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sábado, 9 de abril de 2011

Lucidez


Por suerte aún sigo teniendo ratos de lucidez, incluso días enteros, en los que me doy cuenta de que mi oportunidad ya pasó y no la aproveché. En los que me doy cuenta de que a veces la vida da una segunda oportunidad, pero tú no eres la vida y no me la vas a dar. Ratos en los que me doy cuenta de que no te importo nada en comparación con lo que tú me importas a mí. Momentos en los que es obvio que vernos tanto está haciendo que nos llevemos mejor y nos vayamos conociendo, pero posiblemente se esté cargando toda la magia y la atracción del principio. Eso y que yo estoy ya demacrada físicamente de lo que tengo encima. Y sigues sin conocerme, pero creo que crees que sí. Y yo ¿te conozco a ti?
Deberías afeitarte y ponerte esa camisa de rayas horrible que te pones para las entrevistas de trabajo, con el jersey ese pijo de cuello de pico. Porque una no es de piedra y la primavera es la primavera...
Ains.
No mola nada darme cuenta de que ni me quieres ni me vas a querer. Y todo lo que pasó parece tan jodidamente lejano... Y a veces pienso cosas y... me doy cuenta de que no te portaste bien conmigo, no quisiste entenderme, ¿para qué? Si no éramos nada. Y que ya... ya da igual, ¿no? Vendrá el verano y otra vez las jodidas incertidumbres que minan la moral de los seres de agua... tú en tu "poblao", de fiesta en fiesta, y yo trabajando en mi triste trabajo de mi triste vida, haciendo noches el día de las fiestas de los pueblos en los que sé que estarás, y pensaré si estarás con alguna, sabiendo que si es así nunca me enteraré. Y a cada foto que subas al puto tuenti con alguna la miraré mal, como miraba a tu prima antes de saber que era tu prima. Y después, en septiembre... la incertidumbre de no saber si te vas, si huyes... "Informáticos que todos los años dicen que se van a Madrid". Es la historia de siempre, si es que sois iguales el puto enano y tú.
Yo seguiré escuchando canciones tristes, y quizas tenga ratos de lucidez total -y no esta mierda- en los que me vuelva a dar cuenta de que no merecías la pena, y de que si ahora me está volviendo el encoñamiento es en un 50% porque no me quieres y en el otro 50% porque no se puede ir por ahí como vas ahora, con la barba de 3 días y esas venas al aire... Que no soy de piedra, hobbit.

Oh, my B, estoy alcanzando unos niveles de maximum pathetic realmente peligrosos.

Que llevo toda la mañana recordando lo que era estar tan cerca de ti como para olerte, recordando demás contactos físicos que ya ni narro de lo patética que me siento. Pero que eso, que quiero tenerte cerca otra vez, joder. Y olerte, y que me huelas. Y tocarte, y que me toques. Que me muero por un puto beso, hostias.

Joder, qué asco de criaturas del bosque y de necesidades fisiológicas.

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