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miércoles, 30 de mayo de 2012

El lugar del otro.




Tres han sido las veces en el mismo mes en que he acudido a una fiesta para celebrar tu maldita llegada al mundo. Es irónico, porque posiblemente seas el mayor desequilibrio de mi vida, o quizás, como tú dirías, soy un desequilibrio en mí misma. Sea como sea, estoy cansada de acudir a tus estúpidas celebraciones de cumpleaños que se prorrogan durante semanas, como una boda gitana.

Si hubiera dado antes con esta imagen, desde luego, ten por seguro que la tercera de las veces me habría presentado con algo parecido como presente. Ojalá, de verdad, pudieras pegar un trago a un cartón de estos y te volvieras sensible de repente. Ay, espera, he dicho sensible; puedes partirte el orto que, por lo visto, es una palabra que te resulta muy cómica.

Empiezo a pensar que crees que la definición de empatía de "ponerse en el lugar del otro" se refiere a que te pongas encima literalmente hasta aplastarle y ocupar su sitio. Eso explicaría muchas cosas, porque ahora no sólo te falta de esto, como antes, sino que los pocos temores que no me habían florecido aún respecto a ti, ya están aquí. Estás superando incluso al Duendecillo en generar desconfianza en mí: felicidades. Sé que te gustaría superarle de otra forma, pero nunca tendrás sus ojos, sus pecas ni su forma de follar. Sin embargo, lo has conseguido: no me fío una mierda de ti.



miércoles, 23 de mayo de 2012

Pues nada...

Aquí estoy,  esperando a que Hobbit llame al timbre porque dijo que sobre las 8 y media vendría a buscar sus cosas y traerme las mías... Aquí estoy, esperando mientras escucho esto, porque tengo un jodido problema mental:



lunes, 21 de mayo de 2012

Comunicación no verbal

No quiero que suceda, pero ¿qué hago? ¿Qué hago?

Llueve otra vez.

Está tan cerca. Y se acerca más... Me dice que huelo tan bien... y se acerca más, y mete su nariz en mi pelo y lo repite...

Come on, come on get it right.

No soy capaz. Mi aguante es limitado. No puedo levantarme, no puedo apartarme -no hay sitio físicamente para hacerlo-.
-Has cambiado de colonia...
-Sí...
-Hueles genial.

Lo ha dicho ya más de tres veces. Miro al otro lado y suspiro. Cada vez que me habla y le miro, aparto rápidamente la mirada. ¿Por qué no me da asco como hace 2 semanas? Joder, qué guapo está... Y enseguida me riño por tener esos pensamientos, pero la realidad es que no le aguanto la mirada más de 2 segundos seguidos, enseguida miro al suelo, asustada de las cosas que se me vienen otra vez a la mente y que no quiero que se me vengan. Así que para evitar que suceda, evito mirarle. Lo evito porque sé que se me nota, se me nota lo que siento. Sé que soy un libro abierto, lo sé aún más desde que en clase de Sociología estamos dando las reacciones físicas y fisiológicas ante ciertas sensaciones o sentimientos. Las suyas son equívocas, son equívocas porque cualquiera diría que siente lo mismo que yo... Le brillan los ojos y se le dilatan las pupilas... o se ha fumado un porro o de verdad está encantado de hablarme a 5 jodidos centímetros de mi cara.
-¿Sabes qué? Tu expresión corporal no se corresponde con lo que sientes.
-¿Qué?
-En clase estamos dando diferentes reacciones que en teoría son para todo el mundo igual... gestos, reacciones fisiológicas, posturas corporales... y las tuyas no se corresponden con lo que... sientes, no se corresponden con la realidad.
-¿Las mías? Pensé que hablabas en genérico...
-No, no, las tuyas... no expresan lo que... a ver. Tu boca dice unas cosas y tus expresiones corporales otras. O sea, tú comunicación verbal y no verbal entra en contradicción... Por ejemplo la de M no, ella es totalmente cuadrada en ese sentido... Tú al contrario.

Su cara de póker es importante, pero yo sé lo que digo. Y si de algo me han servido las jodidas clases de sociología son para convencerme un poco al menos de que no estoy tan trastornada como creo. He podido comprobar objetivamente como tengo razón en lo que digo, cómo yo no malinterpreto señales sino que es él quien envía señales falsas o contradictorias.

No voy a hacer una tesis sobre comunicación no verbal, pero estoy harta, y loca. Y desde luego, bastantes de los conocimientos adquiridos en las diferentes clase se psicología y de sociología, solo hacen que termine majara completamente, analizando gestos y posturas de todos conmigo y con los demás...


Y con esta entrada tan insulsa me recojo de nuevo.

sábado, 19 de mayo de 2012

Perdóname

-Te pido perdón si alguna vez te he dicho algo feo -digo en el culmen de mi pedo dejándome caer sobre él, sentados en el suelo.
-Si yo te pidiera perdón por todo el daño que te he hecho... -me dice mirándome a los ojos mientras le huyo la mirada- podríamos estar aquí toda la vida...

Y me pongo a llorar... sin retorno.
-No me digas eso...

Y me abraza, y me toca, y me empieza a dar besos en el pelo mientras yo no puedo terminar de llorar. Y sé que realmente no significa nada... Pero llevaba un año y medio esperando este momento.

-Yo siempre te he perdonado todo... aunque no me pidieras perdón... -dije entre su puto olor.
-Ya lo sé... y por eso te quiero tanto... Ya lo sé.

Y no puedo, simplemente no puedo dejar de llorar. Y él me sigue abrazando, sigue moviendo su pulgar por encima del broche de mi sujetador, sigue dándome besos en el pelo... y yo pienso: ¿puede haber un lugar mejor? Y me separo y le digo: ya vale, ya está; estoy bien. Porque esto, ahora, para mí, solo puede ir a peor.

No sé cómo me sentiré mañana pero hoy, ahora, sólo puedo pensar en que por fin, de una puñetera vez, me ha pedido perdón. En que por fin, de una maldita vez, no me culpa de todo, sino todo lo contrario. Y solo puedo llorar, porque no puedo hacer nada, aunque, sinceramente, preferiría que hubiera sido el mismo prepotente de siempre...

martes, 15 de mayo de 2012

¿Pur qué? ¿Pur qué?


Con razón me dice uno de mis mejores amigos que mis andanzas bien daban para una serie en plan Cómo conocí a vuestra madre vuestro padre y, con más razón aún, dice un compañero que parezco uno de esos personajes femeninos de comedia romántica a lo Bridget Jones. La diferencia es que en mi producto hay a veces melodrama de más (casi en la linea de Anatomía de Grey, diría yo y eso que no lo veo) y que, como en 500 días juntos, yo no me quedé con mi Summer que en mi caso no es nada Summer, más bien es Winter... porque el cabrón es frío como un témpano de hielo.

He conseguido reírme de mí misma incluso con recuerdos como el del 23F del año pasado, la primera vez que me dijo que "esto no va" y demás excusas que un año después –en el que no paró de marear la perdiz- confesó no eran ciertas. Ese día, después de pasear con él como 2 horas echándome la culpa a mí misma, diciéndole lo mucho que sentía que no funcionase, la persona maravillosa que creía que era y lo que lamentaba no poder conocerle más -no sabía lo que decía, pobre yo pasado mío-, tuve un cierto momento cómico-trágico. Ese día, después de todo eso y de una despedida con el abrazo de bienquedismo criaturobosquil de rigor incluido, me encaminé hacia mi casa con lagrimicas en los ojos, con tal suerte que estaban asfaltando una de las calles por las que pasé y me dio un ataque de asma que casi me deja en el sitio. Porque claro, como buen personaje patético de tragicomedia, soy asmática.

Pero me he ido por las ramas. Hoy no me ha dado ningún ataque de asma. Me he levantado zombie total, después de tener un sueño realmente hijo de puta, lo cual no es de extrañar después del fin de semana tan extraño que he tenido. Los findes no me despego al Hobbit ni con agua caliente -porque pa caliente él, que se me puso palote al mínimo contacto, así, de buenas a primeras-, lo que hace que cada vez  que alcanzo un cierto equilibrio mental, él lo ahogue en calimotxo, lo tire por los suelos y luego salte encima, como hizo con mi corazón azul. Pero eso es otra historia.

Despierto de mi sueño cabrón, me empastillo para soportar el puto polen primaveral (también soy alérgica, por supuesto), discuto con mis compañeros de los que estoy hasta el culo ya y durante toda la santa mañana mi cerebro no deja de hacer paralelismo con todo relacionándolo con el jodido Hobbit. Es lo que yo llamo estar en fase, nivel: Él también bebía agua. Incluso cuando me hablaron de instancias me acordé de una reconciliación en la que bromeó con escribir una instancia en la que dijera "Don Hobbit, con DNI xxxxxxxx, nacido en La Comarca blabla, expone... blabla, solicita...". Vamos, lo que viene a ser una instancia de toda la vida de B. Y recordando  estas cosas que intento no seguir recordando, llegué a casa a medio día de un humor no demasiado favorable. Si además tenemos en cuenta que estoy en etapa premenstrual, pues... a tope, vamos. 

Termino trabajo que tenía pendiente, como mientras tecleo porque no me da tiempo, descubro con horror que el Hobbit ha cambiado la fecha de su fiesta (sí, yupi, ¿eh?) para que yo pueda acudir puesto que antes no me era posible por tener que ir a mi cena imaginaria de antiguos alumnos de la universidad, y después cojo el coche para irme otra vez.

Últimamente pongo en la radio la emisora "VIVE Radio", cuyo nombre resulta muy irónico si consideramos que la música que ponen habitualmente hace que me entren ganas de estrellar el coche contra un muro. 

Pues cuando la encendí estaba sonando Fire to the rain, de Adele, y la dejé puesta porque, qué coños, con todo lo del Hobbit anda que no le he dado algunos días a la dichosa canción. El caso es -que me enrollo que da gusto- que una furgoneta gigantesca se precipitó contra mí, así, de repente, desde el otro carril. De Madrid tenía que ser, joder. Pensé que el tío ni bajaría del furgón, pero sí, bajó. Aunque para lo que bajó, mejor que se hubiera dado a la fuga. Que si él no tenía la culpa, que si estaba adelantando porque yo iba muy despacio, que si mierdas. Joder, iba escuchando la canción, ¡déjame vivir!

 El tío se había saltado una línea continua con toda la jeta, por puras ansias e impaciencia, pero vamos, que esto en Madrid lo ves todos los días... ¿te confundes de carril? ¡Pues te cambias y ya está! ¡Qué más dará cómo sea la línea! Claro, llegan aquí y nos llevan por delante. Obviamente no me ha pasado nada, porque iría yo a unos 10 km/hora... Si acababa de arrancar y lo vi abalanzarse. El cabrón no quiso sacar parte amistoso ni no amistoso ni nada. Era un coche de empresa y el pive era un empleado. La furgoneta no tenía ni un rasguño, hay que joderse, y mi parachoques colgando... Pensé que iba a ponerme a llorar de impotencia pero en lugar de eso me puse a soltar improperios -feel like Belén Esteban por lo menos- y hasta un corte de manga le hice al hombre. Tendría que haber llamado a la policía –la gente que lo vio me daba la razón enfervorecida-, pero andaba con prisa porque no llegaba a la puta conferencia así que me subí en el coche y me fui con mi parachoques colgando, en un estado de total enajenación mental. Llego a la Universidad y oh, sorpresa, no hay aparcamiento. Doy mil vueltas y al final veo un coche que sale, en una calle del centro. Como soy malísima para los nombres de las calles y no es la primera vez que pierdo así el coche, busco el cartelito con el nombre y... ¿Calle de la Argentina? Una broma del destino (*).

Pero el episodio ha terminado más o menos bien, porque el hombrico del taller ya me conoce y me ha colocado el parachoques sin cobrarme ni un céntimo, el pobre... Cosa que le agradezco y supongo que mi pobre madre también, porque a este paso la veo llevándome tuppers a Topas; fue subirme al coche, apuntar la matrícula de la furgoneta y todos los datos de la empresa, e imaginarme a mí misma pegándole fuego a toda la flota de vehículos de la compañía (era una de mensajería).

Todo esto no fue suficiente, así que cuando llegué a casa, se me rompió la guitarra, se me bloqueó la impresora y luego el puto Hobbit me habló por una red social mientras mi perro se intentaba follar a mi pierna. Me contó que le habían dado una beca. “A mí me dan una hostia en el coche y a él una beca… ¿dónde está el jodido karma?”, pensé. Así se terminó por rematar mi día de “¿cómo ha llegado a ser tan patética mi vida?”.

Ah, y mañana voy a Madrid a revisión médica. Con el coche. Ya sabéis, si veis por las inmediaciones de algún hospital a una tía de unos 25 años con cara de mala leche y una hostia en el parachoques –porque la de la cabeza no se me ve a simple vista-… esa soy yo.







(*) Quizás entendáis esto mejor si digo que desde que la "voz" apareció, mi serie de Cómo conocí a vuestro padre compite cada sábado en horario de máxima audiencia con Rebelde way.

sábado, 5 de mayo de 2012

Enajenación mental ¿transitoria?

El Hobbit se ha ido a la comarca esta mañana, así que no estará esta noche.
Esta noche vas a salir pensando en verle a él y ¿a quién vas a ver? ¡A mí!
Jajajajja (con 2 jotas suena a más risas, como dice Nikki a quien le tengo que escribir a la de ya).
Que eso, ¿por dónde iba? Ah, sí... que... jajajajja... ¡zorra!


No me lo tengáis en cuenta, ha sido la reacción irracional del momento.

Edito a las 18.13:

SMS: Niebla! que al final me quedo! te veré at night?
Enviado por el Hobbit.

Me está bien, por zorra.

viernes, 4 de mayo de 2012

Otra vez no...


Las voces vuelven... O debería decir la voz, porque ya viene en solitario. Debería decir la zorra que quiere "algo" con el Hobbit. La que desde que supo que yo existía dice que no quiere nada (ya, por eso vuelves...). La que habla demasiado y nadie sabe donde acaban sus verdades y empiezan sus mentiras.

No la llamo zorra porque quiera loqueseaquequiere con el Hobbit, la llamo zorra porque ha demostrado ser una zorra. No soy machista ni soy de echar culpas a terceras personas ni a tías. Y ya sé que no tengo nada con el Hobbit ("nada"... ojalá de verdad fuera de ese modo), así que preferiría que la gente se ahorrase sus putos "consejos" o frases tipo "tú ya no estás con él". Vomito y defeco sobre esos consejos y, sobre todo, sobre esa frase. Estoy hasta los putos hígados de escuchar ciertas cosas. Me estaría giñando en ellas hasta la deshidratación porque el hecho de que yo ya no esté con él no significa que yo sea de piedra, que sea un puto ser sin sentimientos y que tenga que presenciar según qué cosas cuando han pasado apenas dos meses y con el añadido de lo zorra que es esta tía, que encima va de buena. Y esto no es gratuito ni irracional como mi temor a la Gafapasta (que desde un principio dije que era maja, que teníamos muchas cosas en común y demás). Esto es diferente, esta chica es distinta, es lo contrario a la Gafapasta y por extensión lo contrario a mí.

La última vez que apareció, se fue incomodada por mi sola presencia (bueno, y porque el Hobbit me acompañaba hasta a mear, literalmente). Y en una de esas meadas, confesó a un amigo en el descansillo del baño que "Yo quiero a Niebla, tío", seguido de su discurso sobre nuestra falta de entendimiento, nuestra relación imposible... Pero vuelve y yo le doy 1837530394 vueltas a las mierdas que cuenta, a pesar de los ruegos del Hobbit porque filtre y piense en que "tú me conoces" (¬¬ ¿en serio?).

Quizás parezco una obsesa, quizás sí sea una obsesiva, pero dudo que estar en mi situación pueda resultar agradable para alguien. Ahora he visto las intenciones de la tía esta para mañana y ya no he sido capaz ni de cenar... Ella no me espera, seguramente se cague mentalmente en toda mi familia cuando me vea, si es que al final no decido recluirme en casa. Porque no puedo dejar de pensar... ¿qué hago? ¿qué hago?

Que se vaya, joder, que se vaya.

Primavera... dulce olor de las putas flores


Me estoy volviendo vaga hasta para escribir. Tengo que poner banda sonora para que me inspire un poco.

Ahora mismo estoy con Little Pain de Reira, sip, una de las canciones de la serie Nana. A veces me entran ganas de llorar solo con la música. Me encanta quedarme sola y “soñar” despierta.

La música aturde mis oídos, y mientras oigo y escribo, me retraigo por no expresar algo que luego pueda ser leído por otros y provoque daños irreversibles.


Supongo que estoy sumida de nuevo en el estado de distimia. Desde hace un año he cogido 4 kg de peso, me he hormonado y le di la bienvenida a la celulitis en mi cuerpo.

Me doy asco, pero ¡Soy afortunada! Tengo trabajo, novio, comida… por que todo esto es sumamente importante: Salud, dinero y amor… El problema surge cuando me doy cuenta de que soy una insatisfecha de mierda, una cínica cansada de vivir. Shsss… ¡Que nadie me lea...!  ¡Pero que locuras escribo!

Por que el reloj sigue moviéndose, pero yo no, solo se mueve el volumen de mi cuerpo.

Es fácil culpar a los demas de este estado, pero no hay culpables, no hay sangre… no hay nada de nada.

Y pongo Vencer al amor de India Martinez, escucho: - Una razon, cuatro besos y un portazo y un te quiero que me esta matando. Pero nada, mi frase es: -Camino, camino, pero no levanto el vuelo…

No encuentro un hueco que cubrir. Esta vez soy yo la mala. Él es perfecto, con quien soy capaz de ver un poco el futuro, pero ¡Soy yo!, la que se retrae, la indecisa, la que hace daño. Soy un humano de mierda.

Leo en Twiter: -No te odio… un hastag de eso, y pienso: -No le odio. ¿de verdad?.
Y he aquí los pecados capitales, vienen a mi cabeza, a ver que los busco por Internet…
Busco y pongo Cali y Dandee, Yo te esperare. Ciruelez y chunguez, una mezcla explosiva.
Vuelvo a los pecados, Wikipedia me facilita las cosas. Enumero:

1.      Lujuria.

2.      Gula.

3.      Avaricia.

4.      Pereza.

5.      Ira.

6.      Envidia.

7.      Soberbia.

Últimamente pienso mucho en ellos, y escribo lo primero que se me pasa por la cabeza. Suena la puerta, es mi hermano y sigo con –Yo te esperare de fondo.

Una bolsa de Doritos cae en mi cama, 509 kcal… más celulitis para mi culo y asqueroso cuerpo. No soporto esta canción absurda e irreal. Cambio a Let me die de mis Three, bucleando: ¡I just don`t care about you anymore! TOMA DISTIMIA! Pero apacigua un poco mi mala hostia.

Y me vienen a la cabeza nombres de zorras, pienso, ¿por que todas acaban sus nombres en las redes sociales con diminutivos a lo “zorrita”? Vah¡ me da igual, se que ellas están igual o mas jodidas que yo.

Espero una llamada de una vieja amiga con la que ya no encajo y pongo Time of Dying también de los Three, subo la persiana y no veo esa luz que alumbrara mi patético día. Solo hay nubarrones, agua y pienso: - Niebla esta como yo, triste, distimica… ojala no sea asi.

Y regresando por tercera vez a los pecados capitales, numero mis adicciones:

1.      Lujuria: I have everything about you.

2.      Gula: Patatas fritas=Celulitis

3.      Avaricia: Patatas fritas=Celulitis

4.      Pereza: Sillon + aburrimiento+ pc + Patatas fritas=Celulitis

5.      Ira: Odio contenido +hambre + Patatas fritas=Celulitis

6.      Envidia: Zorritas+ pc+ hambre + Patatas fritas=Celulitis

7.      Soberbia: No reconozco nada, soy todo yo y mi orgullo. Me encierro, aburrimiento + hambre + Patatas fritas=Celulitis

Si, se me esta llendo, y voy a dejarlo de una vez.

Mis uñas negras gritan: ¡Quita esmalte! Y finalizo toda esta mierda con Apocalyptica + Three Days Grace en I don`t care.