-->

jueves, 31 de enero de 2013

Niebla en mi cabeza.

Siempre se me nubla la mente después de estar con él. O casi siempre.

Anoche la batalla sin fin entre mi orgullo y el botón de enviar la ganó el botón, que después de tanto tiempo ya le tocaba. En realidad, como ya me ha dicho alguna que otra amiga bastantes veces, ¿por qué tengo que medir cada gesto? ¿Por qué tengo que dejar de ser yo? A cualquier amigo o persona mínimamente importante para mí, le escribo o le llamo después de una entrevista de trabajo importante. Con él lo pienso, lo repienso y lo vuelvo a pensar, sabiendo que él no lo haría. Bueno, ¿y qué? Pues eso, simplemente le di a enviar el borrador, ese email falseado (una linea escasa, cuando yo escribiría 50) y en menos de media hora obtuve su contestación, que finalizaba con otra pregunta abierta, reclamando otro escrito mío, que envié este mediodía, aunque aún no ha sido contestado.

Qué más da, ¿no?

La agonía se prorroga y se prorroga y esta noche he vuelto a soñar que se iba. Para quien no siga esto en su totalidad (lo normal), los antecedentes son que ha pedido una beca para irse fuera del país durante 6 meses. Ya he soñado otros días que se iba. Al principio pensé que no se la darían, eso me dijo él para tranquilizarme, pues cuando me lo contó me eché a llorar, porque ya sabéis que soy una tía muy dura... ¬¬. Que fuera a las 3 de la madrugada un sábado, estando de fiesta, desde luego, no fue un detalle por su parte.

O se irá o se quedará. Y no sé cuál de las dos cosas puede hacerme sufrir más. Cuando soy realista, como lo estoy siendo hoy, y me doy cuenta de que no, no va a estar conmigo, porque no quiere por lo que sea, pienso que sin dudas lo mejor es que se vaya. Y cuando vuelva, si vuelve, ya se verá. Ya habrá más cosas en su sitio. Quizás me dé cuenta de que no le quería, que no le he querido. A lo mejor tenía razón él y sólo le necesitaba, y lo confundí con amor. Es como decirme que sus sentimientos eran más auténticos que los míos... ¿cuáles? ¿La atracción inicial? Desde luego que lo era, no se lo voy a negar; él nunca me necesitó, y eso siempre le dará puntos a la veracidad de lo que sea que ha sentido por mí. Pero tampoco creo que eso signifique que lo que yo sienta sea mentira. A veces nos decimos a nosotros mismos que lo era. Si algo le agradezco es que no reniegue de lo que sentía; muchos lo hacen, muchos lo hacemos. Cuando dejamos de querer a alguien, tendemos a pensar que nunca estuvimos enamorados de verdad, que creíamos que lo estábamos. ¿Qué estupidez es esa? Al menos él, eso no lo ha negado, eso lo confirmaba, con su "Y tú a mí no, claro..." en respuesta a mi "Joder, me gustabas muchísimo."

A veces saber que cosas que significaron mucho para nosotros no solo lo hicieron para nosotros, nos consuela de algún modo, aunque ya no sirva para nada.

A veces, el dolor es algo menos sabiendo que hubo una gran parte de verdad, aunque sólo se reconozca en momentos puntuales, aunque el resto del tiempo ambos hagamos como que nunca existió.

Pero, en verdad, ¿sirve todo eso de algo? Supongo que no.

Me pregunto como será ese "nada" que me pasará sin se va. Cómo será la vida sin él.

miércoles, 30 de enero de 2013

Locura transitorio-patetil o cómo me creé una cuenta de twitter.

De "sueños cabrones" llega ahora "recuerdos cabrones".

Estoy abriendo viejas heridas con tanto recuerdo hijoputil que se me viene a la mente últimamente. Las abro y yo solica me meto, no el dedo, sino la mano y el brazo entero. Venga, Niebla, más, hurga más, ¡hasta dentro!

De icefromhell y los patetismos de Niebla en la blogosfera, llega ahora... ¡Niebla en twitter!

Iré agregando a los que conozco vuestro twitter y no sois peligrosos para mi anonimato, ya sabéis. No os prometo durar mucho o escribir regularmente. Lo he creado desde un estado emocional un poco border así que quizás se me pase, vuelva a mí la capacidad de pensar de forma racional y quede ahí, sin más. Claro que tampoco puedo prometeos no ser patética porque lo he creado desde ese estado emocional. Pero, eh, lo intentaré.

Sólo es un desahogo más. Uno a tiempo real, supongo.

Me podéis seguir en @NieblaRompible

Si no, tampoco pasa nada, ya sé que alguna también quiere seguir siendo anónima :)

Cuanto más conozco a los humanos...

...más quiero a mi Hobbit.

Pero sigo sin entenderle. Y ayer sucumbí otra vez. A veces funciona como un adolescente inmaduro, que cuando pasas de él vuelve con el rabo entre las piernas, aunque le cuesta, la verdad es que le cuesta. Pero tras tanta insistencia y la mala experiencia del café con el físico, ¿cómo no iba a quedar con él? Si me ofreció hasta venir a buscarme... No sabéis lo que es eso para él, el esfuerzo que le supone. Así que con un margen de apenas media hora, me vestí, me peiné como pude y salí a su encuentro tras casi 3 semanas sin verlo. Y mientras bajaba las escaleras, no sé por qué, recordé cómo al principio, cuando quedábamos y me veía venir, sonreía hasta que los hoyuelos esos suyos que tan loca me volvían casi se le metían por las orejas. Joder, a lo mejor estábamos a 50 metros todavía, pero en cuanto se cruzaban nuestras miradas sonreía como un idiota. En realidad mucho antes de empezar nada, ya sonreía como un idiota cuando me veía venir. Por eso, entre otras cosas, me di cuenta de que al "chico ese rarito amigo de J" le pasaba algo conmigo. Ya no sonríe así, pensé melancólica mientras bajaba las escaleras. Ojalá sonriera así... Joder, ojalá lo hiciera otra vez. 

Esa mañana, al volver del campus y pasar por delante de su casa, me di cuenta, de repente, del rodeo que había tenido que dar el día antes de ir a ver Frankeweenie, para pasar por delante de la puerta de mi facultad. Luego pensé en el cine, en la cena, en esos días de fiesta, en sus frases tipo "No puedo decirte lo que estoy pensando porque sería la perdición para los dos". Siempre me doy cuenta a toro pasado. Bueno, en realidad me di cuenta, pero siempre me bloqueo, porque tengo mucho miedo. Y los otoños y los inviernos son nuestros, siempre lo son. Pero da miedo. Ahora ya, ahora ya no es el momento.

Allí estaba, esa bufanda no se la conocía. 

Sonrió. Maldita sea, quedaban aún 50 metros, más de 15 personas entre medias y allí estaba, mirándome y sonriendo. Justo como recordaba. ¡Está haciéndolo!, pensé. Y claro, sonreí también. 

Le conté lo que me había molestado. Ya lo sabía. Sí, y yo sabía que lo sabía. Pero nunca pide perdón. Y dijo que había sido un malentendido. También sabía que diría eso. 

He soñado con él hoy, aunque no recuerdo muy bien el qué, pero era agradable. No debería haber quedado con él. Yo no sé hacer esto. No sé irme. Sigo esperando a que lo haga él, sabiendo que si finalmente se va a trabajar fuera del país, lo voy a pasar muy mal. Que quizás sea lo mejor, sí, pero lo voy a pasar muy mal. Y son 6 meses y pienso muchas cosas, algunas muy nocivas. Pienso que quizás sea lo que haga que todo tenga un fin, un final, ya sea feliz para los dos o solo para uno. Pienso que tal vez después de 6 meses se de cuenta de cuánto hacemos el idiota y quiera... quererme mejor. O que encuentre por fin a ese alguien perfecto que busca, sin inestabilidades emocionales pero con toda la molonidad del mundo. Yo creo que no existe, pero quién sabe... A lo mejor encuentra a alguien. Eso también sirve como final. 

Últimamente vuelven recuerdos altamente tóxicos, y en parte es porque se acerca esa mierda de fiesta, esa donde empezó todo y también donde acabó. Y veo su jodida cara allí arriba, delante de aquellos cientos de personas. Veo sus putos ojos verdes, llorando mientras me dicen que "No, Niebla, tú nunca has estado enamorada de mí... Tú... Yo... yo solo estaba ahí en ese momento en que tú necesitabas a alguien, pero... podría haber sido... podría haber sido cualquier otro". Joder, monitor borroso. Todavía escuece. Le dije que por favor me mirase a los ojos. Él se mordía los labios para aguantarse las lagrimillas sin éxito y decía "no..." a mis "Mírame, por favor".

"Yo te quiero. Joder, TE QUIERO". Era la primera vez que se lo decía. Un error como una casa. No el decírselo en ese momento, sino el no haberlo hecho antes. El negaba con la cabeza. Los dos llorábamos. Estábamos dentro de una jodida escena de ficción, de alguna película o serie patética, en donde al final la pareja se abraza y, joder, cómo se aman. Pero no era ficción. Era demasiado tarde. Hacía tiempo que lo era, yo debí haberme dado cuenta. Los dos debimos hablar antes, pero no conocíamos suficientemente al otro, ni confiábamos en nosotros mismos. El otro no nos quería, y ya, eso es lo que había, eso es lo que pensábamos.

No sé si me mintió ese día, o me mintió los días siguientes cuando me dijo que ya nunca había vuelto a sentir lo que sentía al principio. O quizás me mintió al principio. Tiendo a pensar que no, que era verdad aquello de que ambos sentimos que habíamos encontrado al otro y que nos había encontrado a nosotros, que era la primera vez que sucedía, de esa forma absurda, como en esas estúpidas películas. Le recuerdo llorando y creo que si le dolía así, era porque lo había sentido, pero también me di cuenta de que nunca fue feliz conmigo, pero porque no se dejó a sí mismo serlo. En lugar de disfrutarlo, de pensar que la chica que veía como imposible ya no lo era, que la chica que le había gustado durante tantos meses estaba ahí y era suya, pensó que no podía ser verdad, que sólo lo usaba y no lo quería. Reconozco que mis frases negando que fuéramos novios o aclarando que yo solo quería vivir el momento y no ponerle nombre a nada no ayudaban. Joder, ¿cómo podemos cagarla tanto a veces? Me daba tanto miedo agobiarle, joderlo todo y perderle, que por eso precisamente lo jodí todo y le perdí. Y vale que él ya no lo sienta, pero mierda, lo sintió, lo sentía. En dos años, ninguno ha sido capaz de encontrar a otro alguien más allá de los besos de una noche. Siempre volvemos tras los pasos del otro como una jodida luciérnaga a la bombilla. Él tira la piedra y esconde la mano. Yo recibo la pedrada y me escondo yo.

Sí, ojalá se vaya. Ojalá se vaya porque, joder, me cago en la vida, todavía le quiero, mierda. Y no es que sea una jodida obsesión -que vale, a lo mejor también lo es-. Pero es que lo siento así, por mucho que me lo niegue. Me lo puedo negar todo lo que quiera, que el sentimiento siempre vuelve, y vuelve y vuelve. MIERDA. MIERDA.

Mierda. Quiero que vuelva. Mierda.

lunes, 28 de enero de 2013

Y quizás no funciono tan mal, después de todo.

Estos días he escrito algunas entradas que no he publicado. También pensé en escribir acerca de los cabrones anuladores porque una amiga tiene a uno como novio y aún no se ha dado cuenta. Pero lo que me ha hecho escribir ahora es lo que me ha ocurrido esta tarde.

Esta tarde quedé con una amiga para tomar café, en lugar de hacerlo con el Hobbit, que me lo dijo, pero sigo ahí intentando huir. El caso es que estaba en la biblioteca de la facultad y los dos chicos que estaban con ella se vinieron con nosotras a tomar el refrigerio. A uno le conocía del instituto y todavía a veces he tomado algo con él. Del otro le había oído hablar a mi amiga, pero creo que no había coincidido antes con él, o al menos no me había causado la impresión que me ha causado hoy. Porque han pasado horas y aún sigo algo impresionada.

No he escrito esto en un estado de ciruelez, en absoluto. Esto no está escrito desde el patetismo o mi afecto al Hobbit, no, a pesar de las frases con las que acabe. Esto está escrito desde la indignación que seres como el amigo de mi amiga me producen.

Este ser, que es físico (ingeniero físico, vaya) es de los tíos más desagradables que me he podido cruzar en mucho, mucho tiempo. No os imagináis el machismo, el tono despectivo hacia casi todas las mujeres con el que estaban cargados sus discursos de supuesto follador nato. Si ya estaba causándome una impresión pésima diciendo cosas como que las chicas con las tetas caídas deberían llevar un distintivo en el brazo o algo advirtiéndolo porque el sujetador engaña (y os aseguro que es lo menos machista que dijo en toda la tarde), la situación llegó al culmen cuando mi amiga le dijo que yo era "la que estuvo con -inserte aquí nombre del hobbit-", al que por lo visto "conoce". Su tono de superioridad respecto a él, sus tonos machiles, sus aires de suficiencia... Puedo aguantar que mis mejores amigos me digan ciertas cosas de él. Según cómo sean puedo reírme o decir el típico "eh, que sólo me puedo meter yo con él". Pero lo de este ser ha sido demasiado. Repito que puede decirme esas cosas alguien a quién conozco o el Hobbit conoce desde hace 10 años, pero no este personaje al que había conocido hacía 10 minutos. No. Y me callé, sí, no defendí una mierda al Hobbit, porque pensé que él no lo haría por mí y también, la verdad, porque estaba bastante asombrada como para reaccionar de una forma que no fuera sintiéndome fatal por dentro. Y llegué a un punto de sentimientos tan desagradables que hasta llegué a pensar que quizás todos los tíos sean así y piensen las cosas que este pensaba, pero no lo dicen. Por suerte, conozco a muchos chicos y sé que no es así.

Sólo aguanté una hora y huí de allí. Ahora mi amiga me dice que el personaje este (que encima era MUY feo, aunque eso sea lo de menos porque si fuera muy guapo a lo mejor hasta me molestaría más su actitud), le ha dicho a mi amiga que yo estaba "bastante potable" -a lo mejor debo sentirme halagada, no te jode- y que me tanteara a ver qué me había parecido él. "Menudo personaje", es todo lo que he podido decir. "Pues mira a ver... que por él...". "Ni muerta. Y si hace esto con una tía que le atrae y cree que así se la puede follar, no sé con qué tías trata normalmente".

De camino a casa sólo podía pensar en que al fin y al cabo, es normal que me enamorase así del Hobbit, que cuando le conocí estaba totalmente sin corromper (él), que al lado de cualquier ser de estos era un jodido tesoro (bueno, en realidad en aquella época era bastante tesorillo al lado de la mayoría, no como ahora). Y ahora quizás esté algo más corrupto, pero quiero pensar que no ha llegado ni llegará nunca a ese punto. Ha sido como si se hubiera abierto ante mí la respuesta a la pregunta que me he hecho tantas veces: "¿Por qué me enamoré yo de este chico?". Y , ¿sabéis qué os digo? Que no me arrepiento, no me arrepiento en absoluto, ni me arrepiento de haberme dejado la jodida piel en el intento desesperado de recuperar lo de el principio. Y ojalá me siga enamorando de "empanados", "rancios", "paraditos" y "tíos socialmente disfuncionales" (así se refirió a él este hijo de puta).

Lo he sentido tan jodidamente fuerte que hasta se lo hubiera dicho, pero no lo habría entendido, solo se habría agobiado, pero sabe B que se lo habría dicho: "¿Sabes? Esta tarde me he dado cuenta de porqué me enamoré de ti, y es por lo que no soy capaz de pasar página".

He dicho.

miércoles, 16 de enero de 2013

So long, so long... (gestillo de adiós con la mano)

*

Just let me say one thing: I've had enough.
You're selfish and sorry... you'll never learn to how love.

*

Poned esta canción para sentir lo que estoy sintiendo.



Iba por mi segundo café en apenas 2 horas despierta y me acordé de esa canción maravillosa de uno de mis grupos favoritos (y de los favoritos de Juno) que, para colmo, ha sido abandonado ahora por su líder y cantante. En esta vida todo lo que amamos termina muriendo o abandonándote.

Era la tercera o cuarta vez seguida que ponía la canción, mientras esperaba a que el café subiera en la cafetera mientras hacía un descanso del estudio. Los "So long" cada vez me salían con más fuerza (y rencor, todo sea dicho), y ya ni hablamos de versos como "You're so disappointment...". Y entonces ocurrió: Piribí. Ahí estaba el móvil, vibrando sin parar. No sé cómo lo supe, pero lo supe. Antes de mirarlo, sabía que era él. Y se lo grité al pobre teléfono: "So long, so long... I have escaped!". 

No he leído aún lo que me ha escrito, ni lo haré hasta que pase un buen rato y me asegure de que ya no está activo. 

¡Uy! Otra vez. Cómo insiste, ¿no? Que no, cabrón, que no. Que esta vez me voy a librar de tu sabor amargo aunque sea lo último que haga en esta puta vida.


¿A que estoy guapa? Esta foto me la sacó él. Pa ti, guapo.



---------

No os asustéis, no estoy más pirada de lo habitual en mí, ha sido la canción que me ha dado un empujoncito. Sobra decir que la foto va a durar dos telediarios, que me acojonaré en nada, lo que pasa que ahora el orgullo me ha hinchado el pecho de tal forma que creo que hasta he pasado de una 85 a una 90 en cuestión de segundos.

------

Edito.
Acabo de leer lo que me ha escrito. Pobrecillo, es retrasado.


.

lunes, 14 de enero de 2013

Me he perdido.

No sé hasta qué punto tengo razón. No sé hasta donde tengo motivos para sentir este frío incluso estando metida de lleno bajo las faldillas de la mesa camilla y con el brasero al máximo.

Escribió algo como "no ha sido en tono borde, no me pasa nada, lo que pasa es que por aquí no se puede ver el estado de ánimo". Y menos mal, pensé yo, porque me estaba desgajando. Salí disparada a la cocina y rompí a llorar, como si realmente sí me pudiera ver por la pantalla del ordenador, captar mi estado de ánimo. No contesté y entonces intentó sacar conversación varias veces, obteniendo monosílabos o poco más por mi parte. Incluso empecé a usar abreviaturas de esas que odio. "Bueno, ¿y qué tal llevas el examen de mañana? Bn." Sinceramente, creo que supo de sobra lo que había dicho, o cómo yo interpreté lo que dijo, pero no se atrevió a volver sobre ello. Yo tampoco quiero. Es absurdo. Es como obligarle a quererme.

Solo quiero que deje de utilizarme cuando le conviene. Quiero que se vaya ya, y esto se habrá acabado. Por fin.

Por fin.



Si me engañas una vez, la culpa es tuya; si me engañas 18948, es mía.

Mírate y piensa si es normal que tengas todos los apuntes llenos de manchones corriendo la tinta. Piensa si es normal estar sentada con los apuntes delante, el ordenador a un lado, un rollo de papel higiénico al otro y tener que estar parando cada 5 minutos o menos para quitarte las gafas, secarte las lágrimas y secar los apuntes.

Al menos has evolucionado algo; antes te metías en la cama y dormías cual marmota en hibernación. O quizás cual murciélago, porque no eras capaz ni de abrir los ojos a la luz. Ahora ahogas los apuntes mientras te ahogas tú, y continuas haciendo esquemas, sumando, restando, sacando porcentajes... "Este ejemplo no está bien resuelto". Pero no fuiste a clase ese día, ese mes estuviste convaleciente. Escribes un whatsapp y tenías razón; el profesor corrigió el ejemplo en clase, es justo cómo tú pensabas. No has perdido la capacidad de razonamiento matemático. Intenta pensar en toda esa mierda que leiste de poner tus pensamientos a tu servicio, de parar los pensamiento destructivos. "Pero es que cómo seré tan boba...", piensas. Y otra vez gafas fuera, rollo de papel higiénico y vamos a por los problemas del tipo 5b.

Le bloqueas en la red social. Le desbloqueas. Por cómo le has contestado debería darse cuenta de que te pasa algo, pero tampoco sabes si quieres que se la dé, porque, ¿acaso le importa? ¿Es mejor actuar como si estuvieras genial y simplemente ignorarle? Que se pire ya y te deje vivir, maldito egoísta interesado... que se busque otro bufón. Y lloras otra vez.

Esto es un milagro, has acabado el temario. Eres una puta máquina, ¿lo sabías? Ahora a repasar y ver que no se te ha olvidado lo que habías estudiado antes de volver a sentirte como una payasa. Pero primero un pequeño descanso.

Se lo dices muy enfadada al espejo: "¡Idiota, que eres idiota! ¿¡Cómo puedes ser tan idiota!? ¿EH? ¿EH?".

Estás cansada de su condescendencia, así que pon fin ya, ni siquiera le pidas que aclare nada; sus palabras siempre han pesado tan poco que un suspiro se las llevaba. No le pases los avisos, ni siquiera le contestes a los emails. Es un cobarde y no te llamará. Aunque te sueles equivocar en esto y luego siempre llama, te pone el tono ese ciruelo y zas, vas donde sea. Llame o no tiene que darte igual, esta vez no te dejes ablandar. Y pasa, pasa. Deja de sentirte culpable porque no lo eres, ¿crees que si lo fueras habrías recibido los emails que recibiste ayer por la mañana? ¿Crees que si fueran solo cosas tuyas la gente pensaría lo que piensa? Pero da igual; renuncia. Renuncia porque esto no merece la pena, y lo sabes.


Like pills you make me righteous
Like I can rise above it all
Like pills you leave me lifeless
Shaken in a bathroom stall
(*)
------------------------------------------------------------------

Desde aquí quiero dar las gracias a Chari por el premio que nos ha concedido. Es el primero y nos ha hecho mucha ilusión. Somos unas dejadas de mierda y hace mil años que ninguna comenta en el blog de Chari ni el de otros seguidores. Además, nuestros seguidores no aparecen en un link en las listas laterales (ya explicaré el porqué de esta decisión) así que nos parece una buena oportunidad para darles a conocer, para recomendároslos. Estamos preparando la lista y la subiremos pronto. Lo dicho, muchas gracias Chari.

-------------------------------

(*) Foto real, además de patética y absurda. Disfrutadla porque ya sabéis que luego me acojono y borro estos indicios de mi persona.

sábado, 5 de enero de 2013


Y cuando te das cuenta, ya te estás ahogando en tu propia sangre.

¿Del estómago? O de la laringe, de la nariz o del esófago.

                                                                        A borbotones.




"And he emerged from the house 
with blood streaming down his arms. 
And so continued a painful, downward spiral"



*



Las ciruelas no pueden optar a demasiados finales. O bien sirven de alimento a otros o se pudren. En el camino, muchas, muchísimas, se convierten en ciruelas deshidratadas. Lo cierto es que las ciruelas no gustan a todo el mundo. Algunas son confitadas e incluso las hay recubiertas de chocolate, con una pinta genial a la vista, altamente deseables —¿a quién no le gusta el chocolate?— hasta que son descubiertas bajo la capa de cacao; el conjunto resulta demasiado empalagoso para el potencial consumidor y son rechazadas o incluso escupidas si su ingesta ya había comenzado.


Las ciruelas nunca tienen un final feliz.

Abusar de las ciruelas produce diarrea.


*



—¿Has visto, mi tesoro? Se ha hecho casi cuatro kilómetros para escribirnos un email.
—¿Mi tesoro? ¿CÓMO QUE MI TESORO? 
—Somos como Golum y Smeagol, es hora de admitirlo. Esto siempre ha ido de criaturas de la Tierra Media y nunca hemos sabido de qué tipo éramos. Está claro.
—Jajajaja, estás de la jodida olla.
—Lo sé.
—Pero deja de llorar.





miércoles, 2 de enero de 2013

Cualquier tiempo pasado...


Es muy alegre, tío, no sé, muy risueña, da gusto estar con ella. Pero a la vez es seria, no sé decirte, tiene algo, tío, es capaz de hacerte ver las cosas como ella quiera, te sonríe y te crees lo que te diga. Luego de repente te puede decir una chorrada como un piano estando toda seria. Es tan rara... pero mola. Jajaja, estoy jodido, ya lo sé. Me di cuenta el otro día ya, cuando os fuisteis que perdí la bufanda y me quedé un poco off, y ella me sonrió y me dijo: "No te disgustes por eso, es sólo algo material". Y me sonrió, me lo creí totalmente y me di cuenta de lo jodido que estoy porque pensé que solo porque me sonriera así hasta había merecido la pena perder la bufanda jaja. Y le dije: "Me has alegrado la noche". Fíjate si fue triste que me preguntó si la estaba puteando... Se me tuvo que quedar un jeto... 


----

He corregido las faltas porque la ortografía nunca fue lo suyo, pero el contenido está igual. Esto nunca debió llegar a mi poder y ya no sé si me alegro o no de que lo haya hecho. Sólo sirve para recordarme lo que ya no existe, lo que no supe manejar cuando estaba ahí. Lo que me cargué. Y en días como hoy, no es lo mejor. Aunque el miércoles es el día oficialmente autorizado para llorar, ¿no?