-->

lunes, 28 de enero de 2013

Y quizás no funciono tan mal, después de todo.

Estos días he escrito algunas entradas que no he publicado. También pensé en escribir acerca de los cabrones anuladores porque una amiga tiene a uno como novio y aún no se ha dado cuenta. Pero lo que me ha hecho escribir ahora es lo que me ha ocurrido esta tarde.

Esta tarde quedé con una amiga para tomar café, en lugar de hacerlo con el Hobbit, que me lo dijo, pero sigo ahí intentando huir. El caso es que estaba en la biblioteca de la facultad y los dos chicos que estaban con ella se vinieron con nosotras a tomar el refrigerio. A uno le conocía del instituto y todavía a veces he tomado algo con él. Del otro le había oído hablar a mi amiga, pero creo que no había coincidido antes con él, o al menos no me había causado la impresión que me ha causado hoy. Porque han pasado horas y aún sigo algo impresionada.

No he escrito esto en un estado de ciruelez, en absoluto. Esto no está escrito desde el patetismo o mi afecto al Hobbit, no, a pesar de las frases con las que acabe. Esto está escrito desde la indignación que seres como el amigo de mi amiga me producen.

Este ser, que es físico (ingeniero físico, vaya) es de los tíos más desagradables que me he podido cruzar en mucho, mucho tiempo. No os imagináis el machismo, el tono despectivo hacia casi todas las mujeres con el que estaban cargados sus discursos de supuesto follador nato. Si ya estaba causándome una impresión pésima diciendo cosas como que las chicas con las tetas caídas deberían llevar un distintivo en el brazo o algo advirtiéndolo porque el sujetador engaña (y os aseguro que es lo menos machista que dijo en toda la tarde), la situación llegó al culmen cuando mi amiga le dijo que yo era "la que estuvo con -inserte aquí nombre del hobbit-", al que por lo visto "conoce". Su tono de superioridad respecto a él, sus tonos machiles, sus aires de suficiencia... Puedo aguantar que mis mejores amigos me digan ciertas cosas de él. Según cómo sean puedo reírme o decir el típico "eh, que sólo me puedo meter yo con él". Pero lo de este ser ha sido demasiado. Repito que puede decirme esas cosas alguien a quién conozco o el Hobbit conoce desde hace 10 años, pero no este personaje al que había conocido hacía 10 minutos. No. Y me callé, sí, no defendí una mierda al Hobbit, porque pensé que él no lo haría por mí y también, la verdad, porque estaba bastante asombrada como para reaccionar de una forma que no fuera sintiéndome fatal por dentro. Y llegué a un punto de sentimientos tan desagradables que hasta llegué a pensar que quizás todos los tíos sean así y piensen las cosas que este pensaba, pero no lo dicen. Por suerte, conozco a muchos chicos y sé que no es así.

Sólo aguanté una hora y huí de allí. Ahora mi amiga me dice que el personaje este (que encima era MUY feo, aunque eso sea lo de menos porque si fuera muy guapo a lo mejor hasta me molestaría más su actitud), le ha dicho a mi amiga que yo estaba "bastante potable" -a lo mejor debo sentirme halagada, no te jode- y que me tanteara a ver qué me había parecido él. "Menudo personaje", es todo lo que he podido decir. "Pues mira a ver... que por él...". "Ni muerta. Y si hace esto con una tía que le atrae y cree que así se la puede follar, no sé con qué tías trata normalmente".

De camino a casa sólo podía pensar en que al fin y al cabo, es normal que me enamorase así del Hobbit, que cuando le conocí estaba totalmente sin corromper (él), que al lado de cualquier ser de estos era un jodido tesoro (bueno, en realidad en aquella época era bastante tesorillo al lado de la mayoría, no como ahora). Y ahora quizás esté algo más corrupto, pero quiero pensar que no ha llegado ni llegará nunca a ese punto. Ha sido como si se hubiera abierto ante mí la respuesta a la pregunta que me he hecho tantas veces: "¿Por qué me enamoré yo de este chico?". Y , ¿sabéis qué os digo? Que no me arrepiento, no me arrepiento en absoluto, ni me arrepiento de haberme dejado la jodida piel en el intento desesperado de recuperar lo de el principio. Y ojalá me siga enamorando de "empanados", "rancios", "paraditos" y "tíos socialmente disfuncionales" (así se refirió a él este hijo de puta).

Lo he sentido tan jodidamente fuerte que hasta se lo hubiera dicho, pero no lo habría entendido, solo se habría agobiado, pero sabe B que se lo habría dicho: "¿Sabes? Esta tarde me he dado cuenta de porqué me enamoré de ti, y es por lo que no soy capaz de pasar página".

He dicho.

1 comentario :

Desventuras dijo...

Me ha encantado tu entrada igual que todas las que escribes. Los últimos párrafos me han recordado enormemente a mí. Mientras lo leía podía sentir perfectamente esa sensación.
Te felicito por las entradas y el blog. No puedo entrar tanto como me gustaría pero te voy siguiendo. Un beso y suerte :)