-->

domingo, 27 de noviembre de 2011

Trato.

Odio este anuncio con toda mi alma y el chaval me parece gilipollas integral. Ve a una tía en un bus a la que no conoce de nada pero le promete llevarle el desayuno a la cama todos los días de su vida, que no le saldrá barriga y no sé cuántas absurdeces más si ella está para siempre con él. No se lo dice, claro, lo piensa. Seguro que la chica ya sale con alguno. A lo mejor es punkarra con entradas, el pelo largo y alborotao, camisetas de AC/DC y barriguilla incipiente. Me encantaría que el cromo este lo viera y se le quedara la cara a cuadros... tanta mariconada y tanta mierda.

Sí, analizo todo demasiado, ¿os pilla de nuevas?

¿A qué viene esto? Pues a que el otro día, el jueves, antes de que el Hobbit cayera enfermo y me tenga jodidamente preocupada porque lo que le está pasando no es ni medio normal con la edad que tiene, hicimos un trato casi a última hora de noche. Él tosía y tosía, los dos nos cansamos al andar 100 metros y yo además empecé a cojear ligeramente. Entonces empezamos a hablar, de estas veces que se habla seriamente.

Supongo que por post anteriores habréis podido intuir que tengo una enfermedad bastante grave, que me han operado y/o hospitalizado varias veces estos años y demás.

Pues nuestro trato sellado con un apretón de manos es que él dejará de fumar (me contaba que últimamente le dolía mucho la cabeza y se casaba mucho) y yo empezaba a seguir las recomendaciones médicas que ya no sigo por dejadez, entre las que están hacer ciertos ejercicios de rehabilitación que me matan en vida y dejar de lado ciertos alimentos entre los que está el alcohol.

El caso es que yo nunca he bebido mucho. No salía todos los sábados y cuando salía bebía muy muy poco. Es a raíz de toda esta mierda cuando he empezado a buscar refugio ahí y en las noches de jueves y/o viernes y/o sábados. Tristísimo pero cierto.

"Es que nada me motiva", dijimos los dos. Así que ese fue nuestro trato, aunque Juno me reñirá y me dirá que tengo que hacer esas cosas sin prometerle nada al Hobbit y demás. Tranquila Juno, si él no va a dejar de fumar al final, pero yo tengo que hacer lo que tengo que hacer, y por eso me comprometo aquí, delante de vosotros que no me conocéis de nada. Porque es algo que me cuesta mucho hacer, mucho, porque siento dolor con los ejercicios y porque me cuesta no comer ciertas cosas y pasar una noche entera de fiesta con una cerveza, cocacola y nestea. Todos los domingos me digo que el lunes empiezo y nunca lo hago.

Nos dimos un margen de empezar mañana pero yo me adelanté y ayer empecé con los malditos ejercicios que hacen que hoy haya estado como si fuera un maldito trapo, queriéndome morir y sin poder ni leer un puto libro para clase. Y además, por la noche me he ansiado y me he puesto a comer cosas que no debo comer porque contienen cantidades elevadas de ciertas hormonas o toxinas.

Él... como ya os he dicho está jodido ahora, sin poder moverse casi y me tiene muy preocupada. Salir ayer sin él y con una cerveza en toda la noche fue casi suplicioso.

Y nada, esto es. Ya os contaré como me va en mis propuestas personales y si la próxima vez que este se me acerque, que espero que sea pronto porque ya esté bien, no me huele o sabe a cenicero.

.

Inquietud


Seguramente no se imagina lo preocupada que he estado todo el día por él. Ni se imagina lo que le he echado de menos. Cuando sepa que estuve hasta ahora sola con M y que me acompañó hasta la puerta de casa, pensará lo contrario... Pensará, además: ni siquiera contestó mi sms.

"Jopé, ya me tenías preocupada. Cuídate mucho y si necesitas algo ya sabes que sólo tienes que llamar. Y sí, esta noche saldré... Te echaré de menos".

Eso escribí. Eso está en borradores en mi teléfono móvil. No, no lo envié. Ahora, en la cama, antes de dormirme, leeré su mensaje de las 10, posiblemente varias veces.

Qué orgullosa soy... y lo que le he echado de menos.


.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El miedo es el primer paso hacia el fracaso.


Vuelvo a estar sentada en el mismo lugar, pero ahora ya no tengo nada. Ahora no llevo mis mejores galas, mis máscaras se caen a trozos. Estoy desnuda en el mismo lugar, pensando si saltar o no saltar, sentada, rezagada, temerosa. Miro abajo y veo el agua. La veo. Pero no sé cuánto cubre o si es mi imaginación. Tengo tantas ganas de saltar... estoy tan sola aquí arriba. Pero quizás vuelvo a errar. Quizás ver unos centímetros de agua me ha vuelto loca, así que espero... y espero... y sigo esperando. Espero a que vengas y me digas que salte, que hay agua, que allá vamos. Y me des la mano y que sea lo que tenga que ser.

Pero te acercas, me tocas y yo intento alejarte, porque me da miedo tropezarme y caerme, volver a confudirme y sentirme como antes.

Eres bueno. A veces te confundes y me confundes, pero eres una criatura buena, que no quiere hacerme daño. Pero yo soy tan frágil...

El miedo me domina y actúo como la contradicción que dices que soy. Una palabra tuya puede destrozarlo todo pero ¿y las mías? Si tu me dijeras, por ejemplo, lo que yo te dije ayer... Hubiera llorado por la misma acera de siempre, hubiera sentido esa presión en el pecho. Me abrazaste y yo te dije que estabas muy pegajoso esa noche, que te estabas pegando demasiado. Puedo decirte por qué lo hice, aunque en ese momento no lo supe. Lo hice por miedo, miedo, miedo. Luego, no soportaba ver tu cara al salir de aquel sitio, al ir a casa... Te pusiste la capucha, caminabas mirando al suelo, dos metros por delante de mí... estabas pálido y serio y yo no podía decir ya nada. Tan cerca y tan lejos. Y mi amigo M allí en medio, con su brazo por mis hombros... Yo llamándote y tú ni te girabas... Yo solo quería abrazarte, mierda. Te miraba y pensaba: no me puedo ir sin abrazarle...

Pensaba que era imposible ya, que estaba tan fuera de lugar en aquel momento... ¿Y qué?, pienso ahora. Tal vez debería haberlo hecho. Cuántas veces la situación ha sido al revés, tú no sabes qué decir, todo es tensión y frustración... y yo solo necesito un abrazo.

Llevabas la sudadera que te dije que me gustaba, esa que te dije que puesta en otro era un ultraje. Esa con capucha y cordones que siempre te coloco y que dices que te encanta, que te gusta que te coloque la capucha y los cordones.

Ojalá pudiera hablar y ya. Te diría tu nombre, tu nombre de verdad que me encanta pronunciar y después, te diría: "me está pasando otra vez... y se me está yendo de las manos. Déjame entrar esta vez, déjame entrar". Bastaría una palabra para darme la seguridad que necesito: entra. ¿Por qué crees que no hace falta? Claro, porque yo te alejo, porque soy una contradicción en mi misma, porque a veces cierro la puerta.

Sólo quiero que pongamos las cartas sobre la mesa ya de una vez. Todo se volvió a hacer raro con la puta ofuscación, y fíjate si tenías razón, fíjate si me ofusco. Pienso en aquellos días, en los besos espontáneos, los abrazos, tus palabras... Qué fugaz es contigo siempre esa sensación de felicidad. Tanto que no la diferencio de un sueño, parece irreal.

¿Y sabes qué es lo peor? Que en el fondo de mi corazón sé que esto no va a ir para adelante, y que voy a tener, esta vez sí, gran parte de la culpa. Y que, por mucho que me proteja, me va a doler igual. Y me da miedo. Me da muchísimo miedo. Tengo que intentarlo, pero es tanto esfuerzo. Es tantísimo esfuerzo... y tú no ayudas, y vuelve a ser mi culpa.

¿Por qué nos hemos quedado suspendidos en el tiempo y el espacio?

Culpa. Mi culpa.

.

jueves, 24 de noviembre de 2011

B.


Mi pequeño corazón gris lleno de ti cayó al suelo, se abrió y saliste despedido, desparramado por tantas partes que no pude verte y recogerte.

Ahora intento abrir el rojo, para poner algo en el gris hoy. Ahora. Porque te necesito ahora. Porque no entiendo nada. Así que si quieres decirme algo, dímelo hoy.

No me dejes sola.


.


Y me voy con mi corazón gris vacío, sin ti. Y el rojo lo dejo en casa, guardado en mi cajón, tentada a llevarlo pero al final decido que no porque podría perderse. Así que me voy y te dejo en un cajón.

Algo malo pasará.


.

Mi diario

Tengo esto un poquino abandonado. Ni recuerdo cual fue mi última entrada, pero bueno usare un hueco del blog para resumir mi vida de película de las últimas semanas.
No quería soltar muchas burras, de echo voy a sosegar…sino va ha ser un batiburrillo de chungueces imposibles de leer.

Deje al ciruelo, de la mejor manera que creí posible, de echo llore a mares y con una ansiedad flipante. Él se mantuvo trankilo. Pensé que no solo no le había importado, sino que realmente estaba bien.
Comienzan los estados tuentiles y los mensajes en cabronantes por face… Respiro, venga no pasa nada, quizás si que este jodido. A través de la aplicación maldita (Whatss up) le mando un mensaje preguntando si esta bien. Me responde casi a las 24 horas con un mensaje machil de que esta genial… O.O.
Hasta ahí no hay mucha película.
Quedo con mi amigo, con el que hablo las 24 horas del día atraves de la aplicación maldita, salimos de fiesta, y borracha yo, borracho él, nos comemos el morro…Aquí viene la parte película…el ciruelo lo ve todo en vivo y en directo. Con mi amigo de Whasts solo somos amigos, no debería haber pasado nada…pero en fin…paso.

El ciruelo me abrasa por whatss up llamándome de todo, desde falsa…no creo que hace falta que especifique…para acabar diciéndome después de dos horas de insultos, que me ama, y que si no quiero estar con él, que podemos follar…¿quedamos para ver una película el domingo? NO ME JODAS…NO ME JODAS….estamos bobos o estamos subnormales….

Me hizo sentir como la peor persona del mundo, como la más falsa y zorra, pero todavía no acaba la cosa. Resulta que él ya había echo lo mismo, que él ya se había follado a una rubia… Yo no folle…fueron dos putos besos¡¡ O.O
Después de la conversación tan surrealista que tuve con él y de enterarme de lo de la rubia decidí no volver a tener contacto con él…pero ahí estaban continuamente…estados de tuenti y las frases de face, hirientes… Suelta una frase del estilo “cuanto mas confias en una persona, mas te puede engañar”… o similar…va y retira su cuenta de face, y me bloquea en tuenti. Que le jodan, que jodan pero mucho.

 Estoy harta de sentirme siempre mal por los demás, de pensar en lo que estará bien y lo que no para otros…¿y quien coños se ocupa de mi? QUE LES JODAN.

El gnomo drogata y bienqueda (el amor de mi vida) también ha comenzado con mensajitos por face con la ex novia de su camello…jajajaja con esto si que me da la risa. Es evidente que andan liados, pero …Dios los cría (B no, por supuesto… B no tiene la culpa de que estos seres existan) y ellos se juntan. Él…ya esta descrito, drogata bienqueda, ella…zorra a la que su ex ha dedicado la canción de “Maldita mentirosa” de Leyenda Urbana jajajajaj. Así se maten entre ellos.

Madre que diario he puesto jajajaj Después de todo esto, sigo pariendo, pero ya sin ganas de macho ni nada. Anoche pensé fríamente que me han despojado del corazón, y va en serio, no tengo nada dentro NADA. Supongo que es triste, pero al menos estoy tranquila… I´s something?¿

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Adaptación social.

Eso es que falla en mí, o quizás me excedo, ¿quién sabe? Hace mucho tiempo que esto se parece más a un querido diario que a un blog de reflexión personal, para qué vamos a engañarnos.

Hoy, voy a sorprenderos y no voy a hablar de machos. Lo sé, no me creéis, de hecho yo tampoco me lo creo, seguro que sale a relucir alguna criatura del bosque por algún lado, pero en principio quiero hablar de esas situaciones de la vida cotidiana, académica y laboral que son los proyectos grupales, o sea, trabajar con otra gente en algo común.

Ya en la otra carrera que estudié terminé hasta las narices de trabajos de grupos y de la gente (hasta 3º por lo menos, porque ahí como ya conocía el percal me juntaba con gente como Juno y similares que eran tan obsesivos como yo o más). Ahora la historia se repite, y con el dichoso Plan Bolonia de mi entrepierna pues nos fríen a trabajos, especialmente en grupo. Es el principio de curso así que te juntas casi con cualquiera sin saber si van a ser retardeds o unos Stephen Hawkins en potencia, o si van a ser unos malditos vagos de mierda (lo siento, pero es que... FUUUUUUUUU).

Aquí tenéis un clip art apestoso que ilustra este infierno del que hablo;
el de la derecha seguro que está pintando penes en la mesa.


Regreso ahora de la exposición de uno de estos trabajos que me ha costado sudor y lágrimas (y no es sólo una expresión; me ha costado noches de insominio y una ansiedad impresionante) y la verdad que sigo bastante inquieta. Después de ceder las partes más fáciles del trabajo a los más lerdos (algunas partes ni necesitaban apoyo bibliográfico), Niebla se queda con la parte más puta, menos vistosa, más pestiño y más difícil de documentar bibliográficamente. Sólo yo sé la cantidad de Reales Decretos, Leyes Orgánicas, Convenios y demás mierdas que me he tenido que tragar para escribir dos folios infectos con los que ni yo misma estaba satisfecha. Pero oh, lo que pasó... ¿pues qué va a pasar? Que dos personas no hicieron su parte a 2 días de la entrega del trabajo, con lo cual... Niebla la hace o no hay parte hecha (por B, ¿os dais cuenta de que cada vez hablo más en tercera persona sobre mí misma? Me recuerdo a Aída Nízar, qué horror).

Bueno, como no importará una mierda lo que os estoy contando resumo en que he tenido que redactar yo todo el maldito trabajo escrito, excepto dos folios (o sea, me he comido 14 folios, introducción, conclusiones y hasta pasar la bibliografía a la maldita estandarización esa que para las páginas webs me toca bastante el potorro; sí, hoy estoy especialmente mal hablada). Además, he hecho yo todo el maldito power point y he tenido encima que explicarle a esos dos que no han hecho una mierda lo que tenían que decir en cada diapositiva y demás... ¡Si hasta les he llevado yo las diapositivas impresas y con notas! Cómo no, también he tenido yo que grabarlo en un cd para el profesor y a imprimir, a encuadernar... ¿Para qué? Para al final quedarme con las diapositivas más horrendas (mi parte no daba para hacer esquemitas, ni cuadros, ni meter imágenes ni nada). Es más, los gráficos maravillos que había (en partes que yo hice pero expusieron otros) encima me los había ayudado a hacer el Hobbit (¿veis? os dije que no podría no nombrarlo).

Para colmo, mi parte-coñazo era la última así que el profesor me hizo un gesto de que me diera prisa porque se hacía la hora y me dejé un montón de mierdas por decir... Y después de que otro expusiera las conclusiones que yo había redactado y el Hobbit había puesto en una diapositiva maravillosa que el cani de mi grupo destrozó presentándola como el culo, propusimos un debate en clase en el que nadie participó así que dimos por terminada la exposición, tras lo cual el profesor hizo la siguiente declaración:

"Entiendo que ya estáis cansados, pero yo me me quedo con hambre, me esperaba más"

Esto provocó que la otra compañera que ha trabajado y yo nos hayamos empezado a comer la cabeza como personas obsesivas que somos: ¿Se refería a la participación en clase? ¿O se refería al trabajo? ¿Qué más quería que le contásemos? Nuestras ansias nos hicieron buscarle en tutoría para preguntarle, sin éxito. Mi compañera dice que nos ha amargado el resto de la semana y el finde y la verdad es que siento lo mismo, pero lo cierto es que estas cosas al final me la acaban sudando a unos niveles bastante importantes, por lo que espero que el viernes se me haya pasado. Últimamente la forma de conseguir que eso suceda (olvidarme de estas mierdas) es dándome a las relaciones sociales y la bebida. Pero lo cierto es que hoy tenía cosas de clase que hacer y no tengo la más mínimas ganas. Fu.


*Como ahora tengo más tiempo para vivir ya que el trabajo me ha estado consumiendo la vida durante la pasada semana, iré leyendo los blogs que tengo pendientes de leer y además haré por fin el glosario de nombres y apodos que utilizo para personas y cosas, ya que algunos vienen de hace hasta 2 años y su origen está perdido por entradas muy muy lejanas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Estoy aquí...


Pensando si cuando se terminen los 15 minutos de batería restante me echo a llorar por puto desahogo o me cojo el vibrador y me doy al faping para olvidar mis penas.

Mi subconsciente me juega malas pasadas y comienzo a utilizar mecanismos de defensa incluso cuando las cosas objetivamente parecen ir bien. Pero yo las veo mal. Siempre esperando la hostia, siempre esperando el huracán. No sólo es que viniera a mi fiesta el jueves, es que ese día me llamó por teléfono 3 veces... Y todo parecía tan genial otra vez por la noche, hasta que... (siempre "hasta que", siempre "pero"). Hasta que, de repente, comenzó a hablar de "cuando la otra vez". Y como si de un segundo ciruelo se tratase, comenzó a confundir palabras en su vocabulario, pero no importaba, porque yo sabía cuáles buscaba y se las encontraba. Y parecía que todo apuntaba en una dirección, hasta que de pronto empezó a apuntar en... una dirección desconocida.

"Estabas ofuscada"

Y ofuscada me quedé al oírlo y la noche dio un giro de 180 grados. Un giro de esos de sentarte en la taza del vater en solitario y mirarte en el espejo exigiéndote no derramar ni una lágrima. Un giro de esos que hacen que la gente de repente se mueva lento, que la música suene lejana y que todos tus amigos te parezcan payasos. Un giro de los que te hacen quedarte mirando a la Gafapasta mientras él le habla pensando que ni eres ni serás nunca como ella, al menos para él, por mucho que te diga continuamente lo iguales que sois. Llueven los "qué te pasa" seguidos de sonrisas impostadas, nadas, caras de rancio y ganas de llorar.

Vuelves a ver la realidad: ya se ha arrepentido, le ha vuelto a pasar. Creías que te entendía y no. Creías que había entendido las cosas que pudiste pensar "cuando la otra vez", pero no. No te entendía, no te entiende y no te entenderá nunca. ¿Entonces qué pensó para intentar volver? ¿Pensó acaso que la otra vez me volví loca por alguna extraña razón y ahora estoy cuerda de repente? ¿Debo asumir con ese tipo de comentarios que yo tuve la CULPA de que no funcionase? Es lo que estaba diciendo, con otras palabras. Se supone que sabe como soy, que ahora sí, que eso le permite entender también todas las cosas extrañas de "cuando la otra vez". Pero no. No entiende una mierda.

Y piensas que te lo mereces, que ya lo veías venir, que qué estupida has sido otra vez... Es la historia de siempre. Soy lo más payaso de este mundo, pienso. Es cuestión, esto no va a funcionar.

-Eh, Niebla -susurra mientras me toca cariñosamente un brazo-. Niebla, eh, mírame ¿qué has bebido? ¿estás bien?

Y pongo mi sonrisa falsa más realista. "Sí, tranquilo, estoy bien...". Me abraza, me abraza. Dejo caer mi cabeza en su hombro-pecho y ahí me quedo. ¿No me quieres? Pues bueno, da igual, pero ahora estoy tan a gusto... Estoy aislada de esta gente estúpida y de este estúpido bar, de esta estúpida fiesta, pero ahora ya no veo porque tengo los ojos espachurrados en tu clavícula. Sólo respiro sin querer tu olor... malditas hormonas. Sí, estaba ofuscada... y aún lo estoy. Es lo que hay.

Después la vuelta a casa: soledad por la misma acera, discusiones con mi yo pasado, guerra entre Nib y Niebla...

El viernes, a tomar algo a última hora de la tarde.

Sábado y... ¿repetimos? Ya no, porque soy una confusión en mí misma, como él dice. Parece que todos mis mecanismos de defensa se activan a la vez de nuevo. Me alejo, calculo las distancias e intento controlar más mis palabras, no con demasiado éxito en algunas ocasiones. Noche de distancias, de silencio por mi parte: noche rara.

Me pongo el abrigo, me quiero ir a casa. Debería haberlo hecho hace mucho rato.

-¡Niebla! ¡¿Te vas?! Te ha contestado mal braubrau, ¿verdad? He visto la cara que ponías... Espera que cojo mi cazadora y me voy contigo, ¿vale? No volvemos a este bar... El próximo finde tú y yo no venimos aquí, ellos que hagan lo que quieran. Voy a por la cazadora, ¿ok? No te muevas, eh, espérame.

It's something.

Fuera Diluvia. Pienso que B me quiere advertir, pienso que tengo que huir ya de ahí y, entonces, no me he dado cuenta y ya me está rodeando con sus brazos, tengo al Hobbit encima, achuchándome contra él, dándome besos. Y sonrío sin querer porque, qué coños, es lo que llevo deseando toda la noche.
-Si quieres te acompaño a casa
-Con lo que llueve... llegarás empapado a la tuya -digo escondiendo mi Yao Ming interno.
-No llueve tanto...
Y vuelve a la carga. Pero soy incapaz, incapaz de disfrutarlo... Porque todo es demasiado extraño, porque no dejo de pensar en la ofuscación. Así que, sin dejar de sonreír, delicadamente me separo algo, aunque sin soltarme de su brazo.
-Me encanta que llueva, ¿a ti no?
-Hum... no -dice extrañado-. Bueno, si estoy en casa me da igual...
-A mí me gusta, me gusta la lluvia y mojarme, pero ahora me acojona un poco, porque B siempre me advierte con lluvia.
-¿Te advierte? ¿Cómo que te advierte?
-Me intenta decir algo.
-¿Pero para bien o para mal?
-Para mal, supongo.
-Ya empiezas...

.




miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mi lugar seguro

Qué efímera es la sensación de seguridad cuando se trata de mí.

Qué estrés.

Trabajos en grupo, libros que leer, prácticas que entregar, falta de entendimiento en los grupos de los trabajos, niños que no saben ni hacer un índice...

Qué jodido estrés.

Y sólo un sms del Hobbit. Es todo desde el domingo. Debería ser suficiente. El hombre anda resfriado y jodidillo. Y por no repetir patrones pasados, ni le he llamado, ni le he mandado un sms, ni siquiera un mensaje por red social para preguntarle qué tal está. Intentas no pensar en por qué ni se conecta para charlar un rato, ¿él no tiene ganas? Pero no puedes no pensarlo. Lo piensas. Es el camino equivocado. Es una fijación, es obsesivo.

Café descafeinado para poder dormir. Páginas y páginas de bibliografía. Es el infierno. Webs y más webs con infomación, sonando "Time is running out" de Muse y el programa de mensajería instantánea puesto, por si acaso.

Que venga mañana, que venga a la fiesta que organiza mi facultad, que sea como la semana pasada. Que siga igual. ¿Por qué está ahí ese miedo a que todo dé un giro de 180º en 5 días? Pues porque ya ocurrió una vez.

Intentas dejar de pensar en ello, porque te pones a jurar en arameo, te das cuenta del poco sentido que tiene todo y ese tampoco es el camino. Sigues sorbiendo esta mierda que parece café pero no es café.

Y simplemente esperas que mañana no te diga que se encuentra muy mal, que le duele la garganta, que blablabla... Y repetir aquello de: "Te voy a pegar el catarro" "Me da igual".

.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La verdad.

Escucho "Mi rutina preferida" una y otra vez. Pienso en las cosas que dices y en cómo las dices, y me olvido por fin de las que no dices, sin ponerte notas, sin esperar a que me hables primero por el maldito messenger, sin hacer guardias esperándote, sin mirar la hora en el móvil una y otra vez esperando a que entres por la puerta del bar...

Hay palabras que no mido aunque debiera y ya no llego al ciruelismo porque cada vez tengo menos miedo, como buena temeraria que soy lo voy perdiendo, así que la inseguridad se va disipando y con ella el ciruelismo, porque eso es lo que lo alimenta.

¿No te das cuenta de que piensas muchísimo las cosas pero luego te mueves completamente por impulsos?, me preguntas.

Dicen que cuando nos juntamos, solo estamos con los demás en cuerpo, que sólo compartimos con ellos el techo. Que desaparecen. Volvemos a no verles, ¿te das cuenta? Nos hablaban y no escuchábamos, sólo reíamos, hablábamos, reíamos otra vez... "Chicos por favor... Hooolaaaa... chicos... Joder... A ver pareja... Eeeeeoooo... que si queréis un chupito".

Ver cómo hay cosas que vuelven a ser iguales pero suponer que ahora es diferente, suponer que los dos lo sabemos. No saber cómo sentirme al sentir que ya me vas conociendo y saber que si supieras que esto existe, o incluso lo leyeras, no te pillaría muy de sorpresa ni te espantaría. Saber que sabes que puedo ponerme a llorar en el momento más inesperado, que a veces me caigo y me rompo porque sí... y que no me tomes por loca por ello. Que sepas que a veces me levanto triste y ya, que escucho la misma canción hasta 10 veces seguidas, que escribo mierdas, que cuando voy conduciendo canto como si me jugara mi estancia en la academia hasta un punto de emoción tal que llego a saltarme semáforos. Que grito a los coches como si fuera un camionero. Que duermo con mi perra y que no me importa que me lama la cara entera. Sabes que tengo una cicatriz de 20 centímetros, que me acompleja mi culo y que me gustas más cuando no te afeitas. Que me encantan las metáforas y los juegos de palabras aunque tú no me entiendas cuando te hablo utilizándolos y yo me frustre. Que me pone burra Berto Romero y que tengo un vibrador. Que pienso que mi padre es un hijo de puta. Que prefiero la montaña a la playa, que me gusta pasar horas en mi ventana de madrugada mirando al cielo. Que adoro a un chico muerto y baso mi filosofía de vida en él y su modo de vida, que en la lotería de Navidad compro el número que coincide con la fecha en que estuve en su tumba y que el año pasado tocaron 120 euros y ahora todos queréis jugar a ese número. Que a veces me maquillo en casa pero luego me lo quito porque me da vergüenza salir así a la calle. Que me corto el pelo yo sola desde hace años ya y que parte de mis bolsos, bufandas, guantes... me los he hecho yo. Que cuando tardo dos horas en peinarme acabo pareciendo Mufasa. Que cuando tengo la regla estoy irascible y cuando me pongo escotes es porque estoy ovulando y tengo más tetas, pero lloro por todo. Que me subo en la mesa del salón con la guitarra, me imagino que estoy tocando en un estadio lleno de gente, canto a voz en grito, lloro y presento las canciones. Que mis botas favoritas las compré con 14 años, que me gusta la música emo y cuando entro en fase escucho las mierdas más grandes del mundo. Que no rompí el dibujo que te hice porque quería seguir confiando en ti...

Que ya sabes cómo soy y creo que ya no puedo hacer ninguna cosa extraña más que te pueda asustar, y eso me da taaaaanta tranquilidad...

Yo... yo sigo conociendo más bien poco de ti... pero quiero confiar, quiero hacerlo. Quiero creer las cosas que dices, quiero verlo todo. Y me da igual lo que digan, me dan igual las advertencias, que digan que nada encaja, que por qué antes no y ahora sí... como si fuéramos los primeros en esta vida que se vuelven a juntar...

Quiero demostrarles que todos nuestros esfuerzos han servido de algo. Que sirvió de algo vernos una semana después del golpe de estado y aguantar la noche juntos, invitándonos a chupitos... Que ha servido para algo ese mantener la compostura cuando en la fiesta dos semanas después sonó Wonderwall en el auditorio, ese aguantar las ganas de llorar. Que ese esfuerzo por no condicionar mi vida social por tu presencia y no cerrarme a seguirte conociendo y dejando que me conocieras de verdad (y no a la ciruela de Enero) no fue en valde. Que esos gestos amables para no hacer la vida insoportable nos dolían a los dos. Que lo nuestro tenía solución, que somos adultos y que ese pensamiento nuestro de "si surgió esa conexión una vez puede volver a pasarnos" no es era sólo el pensamiento de esperanza que tienen todas las personas que viven un desamor. Que todas las veces que me ibas a besar y me quitaba por miedo no han servido para alejarte sino para acercarte más.

Y es que ahora ya da igual las veces que escucharas "Por verte sonreir", da igual lo que lloré yo escuchando "N=1", da igual que aquel jueves no fueras al cine, o que aquel sábado te quedaras en la cama. Da igual que yo quedase con el Duendecillo o que dejase al chulo ese del piano acercarse solo por joderte.

Da igual que sepamos que es imposible, que no va a funcionar... Que dure lo que tenga que durar. La noche del 23 al 24 de diciembre del año pasado ni siquiera pude dormir de nervios, de alegría... Después del peor año de mi vida sentí por primera vez que las cosas podían tener sentido, y eso lo hiciste tú, lo hiciste tú... Por mucho que doliera después recordarlo, por muchas canciones que perdiera a raíz de escucharlas esa noche una y otra vez... Por mucho que la gente no entienda nuestra forma de relacionarnos... esta vez no, no van a boicotearlo.

Sé que me voy a arrepentir de esta entrada, de este sentimiento... lo que no sé es cuándo. Pero ahora me da igual, ahora me da igual.

Las cartas están sobre la mesa. Soy yo quien tiene que decidir. Y creo que voy a decidir jugármelo todo. Así que dame la mano... y esta vez no me sueltes, porfa.

Maximum encoñing

Salvádme de la hostia que me voy a meter...

domingo, 13 de noviembre de 2011

Y entonces...


...entonces pienso que es normal que ningún tío me aguante.

-Yo sí te aguanto. Y te aguantaría mucho más tiempo.


.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Escucha esta canción...



Las canciones no se deben compartir con los tíos que te follas. Ni con los que te besas, ni con los que te atraen simplemente. Porque luego si te joden, cada vez que escuches esa canción sentirás un porcentaje importante del dolor que sentiste y es bastante probable que pierdas la canción para siempre. No la odiarás si de verdad la amabas, pero no serás capaz de escucharla, aunque eso varía según el nivel de masoquismo de cada uno.

Puedes sugerir grupos, puedes sugerir canciones, pero no escucharlas juntos, o confesar (dar a entender) que piensas en esa persona cuando la escuchas. No. Si haces eso, adiós. Adiós canción. Si hasta una canción de Maldita Nerea puede destrozarte la vida ponte encima a compartir canciones como esa de Bunbury que puse hace un par de meses, o "Never too late" de los Three Days Grace (no, no la he compartido Juno, no te asustes, el Hobbit no es distímico y no la apreciaría).

Y ya no hablemos de la maldición de Wonderwall (Noel puede decir toda la mierda que quiera ahora de que era para un amigo imaginario...), o de ciertas canciones de Alkaline Trio o de Rise Against.

Si tienes una cierta facilidad para recordar sonidos, olores, ropa... y relacionarlo con acontecimientos, seguro que tienes un problema grave con las canciones... Juno ha llorado con Danza Kuduro (perdona, tía, tenía que decirlo xD).

Yo tengo un grave problema de contención de las emociones cada vez que me ponen "Por verte sonreir" de la Fuga en un bar, porque el Hobbit una vez, unos dos meses después del golpe de estado, me calló la boca, me dio la mano y me dijo "escucha esta canción", mientras la ponían en el bar de la conexión, el de Wanderwall, True Blood y el vestido azul.

Aunque la vez que más he manifestado mi desequilibrio mental con las canciones fue hace 2 años, cuando estando de vacaciones con mis amigos y disfrazada de Dama Blanca/chica de la curva/fantasma de la curva, metí a un chico en mi coche, dispuesta a trajinármelo. El chaval, la verdad... no voy a mentir, ni me acuerdo de su cara, pero a mí me pareció que estaba bien en aquel momento, no soy de tirarme a tíos que acabo de conocer (de hecho nunca lo he hecho) así que me tuvo que atraer mucho físicamente para planteármelo.

El caso es que una vez en el coche, conversando pero ya sabiendo a qué habíamos subido al coche, al "pobre" hombre se le ocurrió decir "a ver qué música te gusta, podemos poner algo". Cogió mi archivador de cd's y dijo:
-¡Oh! ¡Alkaline Trio! ¡Es mi grupo favorito!
-Sal del coche.
-¿Qué?
-Que salgas del coche...
-Pero tía, ¿qué te pasa?
-No me encuentro bien... por favor, sal del coche.
-Joder, ¿pero qué te pasa? ¡Estas pirada! Blablabla, ¡puta loca! blablabla ¡maldita calientapollas! Blablablabla.

(Era el grupo favorito del Duendecillo y ese disco era suyo)


Pues eso, todo este rollo para deciros que hoy he compartido Transatlanticism de Death Cab For Cutie con el Hobbit. Pegadme un tiro. Pero con un chisme de estos como mínimo.



*Soy incapaz de hacer que la imagen salga pequeña por mucho que marque las opciones "mediana" o "pequeña". Así de inútil soy.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Desequilibrada


Así voy. Asumo mi parte de culpa, por eso luego soy una piedra.

Te dice cosas bonitas, te abraza... te va a besar y te quitas. Te has quitado. Joder, ¿por qué he hecho eso? Tengo mi subconsciente tan petado de miedo...

Toda la noche diciendo que podríamos ir hoy al cine... que hoy hablábamos, hasta que me quité, claro. Te dice que vayáis al cine y le dices que seguro que no ponen nada, que qué quiere ver... y dice una película por la que no pagarías ni un euro. Pero aún así, sigue insistiendo, que quizás hay alguna más, que miremos la cartelera.


Puta barra libre...

Bailamos, me río, me caigo, se ríe, me río... La Gafapasta está allí, está delante, hablo con ella, me río con ella... Muy bien, Niebla, me digo.

Y le digo dos tonterías al Hobbit, que entonces de repente se abalanza sobre mi y yo saco un caramelo que interpongo entre su cara y mi cara. Su cara es indescriptible. Dice que se va a fumar. La Gafapasta, mi mejor amigo y su novia, mi amigo M y Bob se me echan encima: "¿pero qué haces? Pobre chico... como si le costara poco".

Pero la noche es muy larga... Aún es la una y media. Joder, ha hecho esto sin estar borracho... Y me he quitado. Maldita sea...

Lo intento arreglar con palabras cariñosas, abrazos, risas. Y entonces, de repente, en medio de una risa de estas enormes, de estas que hacen que te sujetes la barriga para reírte... me besa en la cara, tan rápido que no lo vi venir. Le miro y tiene esa sonrisa suya, con su hoyuelo. Joder, es la primera vez que veo esa cara en tanto tiempo... Es la primera vez en tantísimo tiempo que le veo comportarse así... Un año, hace un año casi.

Fue de repente, sin venir a cuento... con esa actitud de "o lo hacía o reventaba". Y vuelve, te besa el pelo, te da la mano. Y te encanta... pero vuelves a tener miedo. Te ríes y le preguntas por qué ha hace eso... que qué tontería le ha dado hoy... Mierda, ¿por qué has dicho eso? Mierda, mierda, mierda. ¡Niebla, joder, mastica el puto orgullo, cierra la puta boca y coméle la suya ya de una puta vez!

Se lo pones jodidamente difícil, es la segunda vez que se lo haces, ¿vas a sacarle otro Gummy?

Y aun así te acompaña un cacho a casa y duermes bien, a pierna suelta.

Te levantas sin resaca y piensas: hoy me voy a comer mi orgullo, me lo voy a comer con patatas.

Te conectas a internet. Nada, no está, no pasa nada.

Vuelves a conectarte, ya se ha desconectado. Bueno, no pasa nada, ya vendrá. Ahora que sabes que le tienes, sientes un relax...

Y vuelves... míralo, ahí anda. Habláis... qué tal has amanecido, sales hoy, blablabla. Te dice que una amiga tuya le ha dicho que tu grupo hoy no sale. No dices nada, andas mirando la cartelera para atacar. Después de un rato callado te dice: "¿y a ti te apetece salir hoy?". Parece que quiere invitarte a ir con sus amigos, pero no sabe como hacerlo; ya le vas conociendo. Y entonces das una respuesta equivocada, orgullosa, machil. Y la conversación sigue por otros derroteros, bastante banales. Se acabó, se acabó, se lo digo:

-Podíamos ir al cine
-A ver qué
-No sé... como lo dijiste tantas veces ayer...
-Ya, pero no ponen nada

¿Ahora qué pones? ¿Te lo está volviendo a hacer? Esto ya lo has vivido. No, Niebla, deja de montarte pelis, anda. Déjalo ya, es normal, ayer le has puesto un Gummy en la cara cuando te ha ido a besar... y hoy no le dejas invitarte a salir con él y sus extraños amigos, ¿qué esperas que haga? Te ha abrazado, te ha dado tantos besos en las mejillas que ni puedes determinar el número. Quizás los demás tengan razón... y sea culpa tuya.

"Da igual", piensas. Y como se despide muy cariñoso, te convences de que mañana lo arreglas.



jueves, 10 de noviembre de 2011

De Zero a 100... ¿Positivismo?

Conseguí no ser como tú. Si que decepcione, ¿o no?. Las lágrimas brotaban de mis ojos, no de los suyos…en fin, da igual.
Pensé que respiraría de alivio, pero sentí un vació enorme en mi pecho, la ansiedad, la falta de aire.

Quizás por mi forma se ser, soy una persona que no soporta muy bien la soledad…saltando de una relación a otra sin frenos y a lo loco, pero tengo que parar.
El ciruelo expresando su machez me dijo que no perdería el tiempo; vamos que esa noche salio en busca de polvo pero…¡ ¿a mi que coños me importa? ¡


Tengo que volver a parir, ya lo hice una vez en frente de Niebla sentada en un bar, y creo que es exactamente lo que necesito ahora…PARIR TODA LA MIERDA QUE TENGO DENTRO.

Y si el mundo es una cerdada, y la vida una gran mierda…le echare perfume para que huela un poco mejor. Todos esos  sentimientos distimicos hacen que este peor, y ¿para que? Nada va a mejorar por que desee cortarme las venas y no tenga huevos hacerlo, ni por que me encierre en mi misma asqueada con todo.

Esas películas con finales apoteósicos solo muestran los deseos y sueños de muchas personas. Soñar es gratis y satisfactorio; decepcionarte acarrea costes y una cicatriz psicológica.

Supongo que no es cuestión de falsear una sonrisa, sino de levantar la cabeza y darse cuenta de que siempre puede ser peor. Lo único cierto que tenemos es esto…VIDA… la soledad y la felicidad son sentimientos subjetivos y opcionales.

Desde el papel es sencillo ser positivo y mantener inamovible esta postura, pero quiero creer que merece la pena intentarlo.
Todo el día sintiéndonos insatisfechos con lo que tenemos, deseando, lo que no tenemos y metiéndonos en un bucle infinito de decepción.

Por mi parte dejaré que me sigan acariciando, acariciare con palabras y me empapare de ilusiones intentando dar a luz todo lo mejor de mi.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Orgullo de mierda...



...que hace que hagas daño a otros y a ti misma. Que sientas que cada paso es otro error. Que cada vez sea más difícil enderezarlo todo.

Puto orgullo.

Maldito orgullo que hace que restriegues cosas por la cara como si fueras una ciruela dolida de mierda.

There are many things that I would like to say to you but I don't know how...

Como por ejemplo, que me he dado cuenta de que ya no me interesa lo más mínimo el Duendecillo... pero el orgullo, el orgullo no me deja decírtelo. El orgullo me ha hecho dejarle acercarse... El orgullo me ha hecho hacerte daño hoy... Y sé cómo te sientes. Sé cómo te sientes porque yo lo he sentido tantas veces...

"¿Te acuerdas?" me has dicho sonriendo varias veces.

Te acuerdas... te acordabas de todo. Y lo recuerdas. Cómo no me voy a acordar yo... Me acuerdo de cada mierda de esas...

There are many things that I would like to say to you but I don't know how...

Como que lo que tengo es miedo, no es orgullo. Es miedo, un miedo atroz. Y si has aguantado las dos últimas semanas... Joder, cualquiera habría salido corriendo en dirección contraria.

Perdóname. Y haz que vuelva.

There are many things that I would like to say to you but I don't know how...

Lo pensé al final de la noche... pensé pedir la puta canción y que te dieras cuenta de todo, dejar ya esta mierda de actuación.

Pero hay demasiado miedo. Hubo demasiado dolor. Y yo hoy he sido una hija de puta, y lo siento.

Lo siento.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Abrir los ojos y cerrar las alas

Podría escribir otro texto metefórico ("a veces las metáforas se nos van de las manos", me decía el Duendecillo en ocasiones y yo lo recuerdo sonriendo). Pero me falta tiempo, tiempo para todo.

Todo está ocurriendo tan deprisa... es peor que una montaña rusa. Es como un huracán que apareció poco a poco con sus cambios de tiempo, sus lluvias... pero que sabes que al final arrasa con todo.

El lunes no cedí el paso a una pareja en un paso de cebra, y cuando entré al supermercado me topé de frente con todo el surtido Navideño comestible. Ha empezado, pensé, siempre empieza en estas fechas. A sólo una semana de una de las fechas señaladas.

Pero no estaba triste, la verdad. Sabía que volvería a irse a la mierda, pero pensé que aguantaría otra vez la Navidad.

Al llegar a casa se produjo esa conversación surrealista. A veces, con él, no hace falta mucho más. Era el principio del final. Y él lo sabía, sabía que si se iba a la cama, que si no nos veíamos, yo entendería lo que entendería. Supongo que por eso no lo hizo, que por eso se quedó, por eso nos vimos. Pero no, no me llamó. LLamo a un amigo, y al no cogérselo llamó a otro amigo. Sí, de mis amigos, de los que saben que están conmigo. ¿Y quién bajó a buscarle al bar? ¿Quién va a ser? Bajó Niebla... Bueno, cuando estábamos juntos nunca me llamaba a mí, les llamaba a ellos... y estaba encoñado, no es tan grave...

Pero la noche ya se había ido de las manos. Yo sólo quería pasarlo bien, y a eso salí. Salí decidida a beberme el agua de los floreros. Tengo que decir que nunca he sido de beber mucho, ni estando muy triste. Pero no pensaba irme a casa ni un minuto antes de lo que lo hago cuando está él.

Una amiga dolida, sufriendo. Es aún más frágil que yo, y de las pocas personas que saben cómo me siento en realidad en muchos aspectos, aunque no en el del Hobbit. La siguen ofendiendo, mis propios amigos. El Hobbit ríe, como si fuera un puto retrasado mental. Por cierto, su saludo hacia mí fue una mierda. "Veo que al final te has desranciado", dije sonriendo. Y por respuesta obtuve su puta cara de rancio.

No pasó nada en realidad, o no sé lo que pasó. División de grupos, lágrimas de tres personas... se nos fue de las manos. La noche que yo quería demostrarle lo bien que podíamos pasarlo, la pasamos llorando una cuarta parte de nosotros. Él no, claro, él es de piedra.

"¿Pero qué te pasa?", preguntó de buenas. "Tú no has estado para verlo, no lo entiendes", dije mientras se me caían las lágrimas (hasta el culo tiene que estar ya de ellas). Me agarró de la cintura y agradecí el gesto, sinceramente "¿Y no me lo quieres contar?". Me sentí como la niña pequeña que va llorando su maestra porque le han pegado en el recreo. Pero no, me deshice de sus brazos y le dije que no. Bastante confianza que no devuelves te he dado ya. No vas a entender más, y no quiero llorar más. Todo mi esfuerzo durante 8 meses para no llorar en tu presencia, a la mierda en 4 días.

Me puse seria para defender a mi amiga, intentando hacer entender cosas a gente que sé que nunca las va a entender, intentando hacerle entender a él, que me mira con cara seria y asiente con esa cara de comprender, cuando realmente no sé hasta donde entiende.

Y todo empieza a irse de las manos. Llega gente, ¿qué pasa? Empieza a haber cruces de insultos... le llamo hijo de puta. Mi mejor amigo me agarra y me lleva a otro sitio. Empieza a pedirme perdón por lo que pasó al principio de la noche... Lloramos los dos, y no es sólo el alcohol, desde párvulos tenemos un mecanismo extraño que nos impide contenernos cuando el otro llora. Me abraza, me da besos, y ciertamente me calmo bastante.

El Hobbit aún así regresa (sí, ya os he dicho que últimamente parece que esté yendo a un grupo de hindúes o algo así). Empiezo a contarle... Cuando dice algunas frases me doy cuenta de que sigue sin entender... Suspiro... "No sé para qué te cuento nada, la culpa es mía...", digo. Y es mi frase con él, una de las más utilizadas. Y me giro para irme. "Ahora te das la vuelta y te vas... Niebla, ¿no ves que siempre me haces lo mismo? No, no te entiendo... Ayúdame a entenderte". ¿Cómo no me voy a girar? "Perdona...", digo (y esta es también una de las más utilizadas últimamente). Y sonrío, sonrío con una sonrisa de "perdón", de "no me entiendo ni yo", de... "no sé qué hacer contigo...".

No pasa mucho más porque los cerdos de sus amigos tienen mucha hambre, así que el grupo se vuelve a dividir... Yo me siento en un banco... cabeza entra las piernas. "Vámonos, te llevo a casa", me dice mi mejor amigo. "No, dame un poco de tiempo...". Lo que quiero es esperar al otro idiota, a que salga de engullir como un cerdo y ver si se ofrece él, si es capaz siquiera de decir algo. Y sin levantar la cabeza comienzo a oír voces. Chistes sobre el primer "it's something" de la historia, "¿Cómo se escribe máximum?". Levanto algo la cabeza, me ha dado curiosidad el grafiti del primer it's something, pero he bebido demasiado como para verlo.

Ni una palabra del Hobbit, ni un nada. ¿Por qué? Porque soy su ciruela. Cada vez lo entiendo más, aunque intento no comportarme como tal. Porque soy una ciruela que sabe que es una ciruela, y se autocontiene tantas veces... pero él no sabe que es un Hobbit, así que no puede hacer como Juno, no puede intentar calmar el ciruelismo de la ciruela, porque no lo entiende.

Mi mejor amigo mueve la cabeza mirándome en gesto de... ¿qué voy a hacer contigo?. Y le pregunto que si nos vamos. Me levanto y no mira a nadie, empiezo a andar.

"¡NIEBLAAAAA!", me giro a unos 25 metros. Le veo con su puta cara de rancio, su sonrisa de bienqueda de mierda. "Adiós..." Y eleva una mano. Repito la palabra con cara de no entender y sigo caminando con mi mejor amigo que se empeña en acompañarme hasta casa. Luego, festival de lloros en mi portal, no poder contar cosas porque el Hobbit no quiere que las cuente. Mi amigo que nunca entendió ni entenderá al Hobbit y que sin embargo me entiende a mí, por increíble que parezca. Pero es que los iguales tendemos a juntarnos.

Y nada... me han jodido la mañana con un trabajo en grupo... Así que...

Continuará...


(pero no esperéis nada bueno, ya sabéis que las espirales siempre terminan mal, para hobbits y ciruelas, da igual).