-->

lunes, 14 de noviembre de 2011

La verdad.

Escucho "Mi rutina preferida" una y otra vez. Pienso en las cosas que dices y en cómo las dices, y me olvido por fin de las que no dices, sin ponerte notas, sin esperar a que me hables primero por el maldito messenger, sin hacer guardias esperándote, sin mirar la hora en el móvil una y otra vez esperando a que entres por la puerta del bar...

Hay palabras que no mido aunque debiera y ya no llego al ciruelismo porque cada vez tengo menos miedo, como buena temeraria que soy lo voy perdiendo, así que la inseguridad se va disipando y con ella el ciruelismo, porque eso es lo que lo alimenta.

¿No te das cuenta de que piensas muchísimo las cosas pero luego te mueves completamente por impulsos?, me preguntas.

Dicen que cuando nos juntamos, solo estamos con los demás en cuerpo, que sólo compartimos con ellos el techo. Que desaparecen. Volvemos a no verles, ¿te das cuenta? Nos hablaban y no escuchábamos, sólo reíamos, hablábamos, reíamos otra vez... "Chicos por favor... Hooolaaaa... chicos... Joder... A ver pareja... Eeeeeoooo... que si queréis un chupito".

Ver cómo hay cosas que vuelven a ser iguales pero suponer que ahora es diferente, suponer que los dos lo sabemos. No saber cómo sentirme al sentir que ya me vas conociendo y saber que si supieras que esto existe, o incluso lo leyeras, no te pillaría muy de sorpresa ni te espantaría. Saber que sabes que puedo ponerme a llorar en el momento más inesperado, que a veces me caigo y me rompo porque sí... y que no me tomes por loca por ello. Que sepas que a veces me levanto triste y ya, que escucho la misma canción hasta 10 veces seguidas, que escribo mierdas, que cuando voy conduciendo canto como si me jugara mi estancia en la academia hasta un punto de emoción tal que llego a saltarme semáforos. Que grito a los coches como si fuera un camionero. Que duermo con mi perra y que no me importa que me lama la cara entera. Sabes que tengo una cicatriz de 20 centímetros, que me acompleja mi culo y que me gustas más cuando no te afeitas. Que me encantan las metáforas y los juegos de palabras aunque tú no me entiendas cuando te hablo utilizándolos y yo me frustre. Que me pone burra Berto Romero y que tengo un vibrador. Que pienso que mi padre es un hijo de puta. Que prefiero la montaña a la playa, que me gusta pasar horas en mi ventana de madrugada mirando al cielo. Que adoro a un chico muerto y baso mi filosofía de vida en él y su modo de vida, que en la lotería de Navidad compro el número que coincide con la fecha en que estuve en su tumba y que el año pasado tocaron 120 euros y ahora todos queréis jugar a ese número. Que a veces me maquillo en casa pero luego me lo quito porque me da vergüenza salir así a la calle. Que me corto el pelo yo sola desde hace años ya y que parte de mis bolsos, bufandas, guantes... me los he hecho yo. Que cuando tardo dos horas en peinarme acabo pareciendo Mufasa. Que cuando tengo la regla estoy irascible y cuando me pongo escotes es porque estoy ovulando y tengo más tetas, pero lloro por todo. Que me subo en la mesa del salón con la guitarra, me imagino que estoy tocando en un estadio lleno de gente, canto a voz en grito, lloro y presento las canciones. Que mis botas favoritas las compré con 14 años, que me gusta la música emo y cuando entro en fase escucho las mierdas más grandes del mundo. Que no rompí el dibujo que te hice porque quería seguir confiando en ti...

Que ya sabes cómo soy y creo que ya no puedo hacer ninguna cosa extraña más que te pueda asustar, y eso me da taaaaanta tranquilidad...

Yo... yo sigo conociendo más bien poco de ti... pero quiero confiar, quiero hacerlo. Quiero creer las cosas que dices, quiero verlo todo. Y me da igual lo que digan, me dan igual las advertencias, que digan que nada encaja, que por qué antes no y ahora sí... como si fuéramos los primeros en esta vida que se vuelven a juntar...

Quiero demostrarles que todos nuestros esfuerzos han servido de algo. Que sirvió de algo vernos una semana después del golpe de estado y aguantar la noche juntos, invitándonos a chupitos... Que ha servido para algo ese mantener la compostura cuando en la fiesta dos semanas después sonó Wonderwall en el auditorio, ese aguantar las ganas de llorar. Que ese esfuerzo por no condicionar mi vida social por tu presencia y no cerrarme a seguirte conociendo y dejando que me conocieras de verdad (y no a la ciruela de Enero) no fue en valde. Que esos gestos amables para no hacer la vida insoportable nos dolían a los dos. Que lo nuestro tenía solución, que somos adultos y que ese pensamiento nuestro de "si surgió esa conexión una vez puede volver a pasarnos" no es era sólo el pensamiento de esperanza que tienen todas las personas que viven un desamor. Que todas las veces que me ibas a besar y me quitaba por miedo no han servido para alejarte sino para acercarte más.

Y es que ahora ya da igual las veces que escucharas "Por verte sonreir", da igual lo que lloré yo escuchando "N=1", da igual que aquel jueves no fueras al cine, o que aquel sábado te quedaras en la cama. Da igual que yo quedase con el Duendecillo o que dejase al chulo ese del piano acercarse solo por joderte.

Da igual que sepamos que es imposible, que no va a funcionar... Que dure lo que tenga que durar. La noche del 23 al 24 de diciembre del año pasado ni siquiera pude dormir de nervios, de alegría... Después del peor año de mi vida sentí por primera vez que las cosas podían tener sentido, y eso lo hiciste tú, lo hiciste tú... Por mucho que doliera después recordarlo, por muchas canciones que perdiera a raíz de escucharlas esa noche una y otra vez... Por mucho que la gente no entienda nuestra forma de relacionarnos... esta vez no, no van a boicotearlo.

Sé que me voy a arrepentir de esta entrada, de este sentimiento... lo que no sé es cuándo. Pero ahora me da igual, ahora me da igual.

Las cartas están sobre la mesa. Soy yo quien tiene que decidir. Y creo que voy a decidir jugármelo todo. Así que dame la mano... y esta vez no me sueltes, porfa.

No hay comentarios :