-->

jueves, 24 de abril de 2014

La cuenta atrás. Soy olvidable.

"Soy olvidable"

Repito foto, porque soy una obsesiva y esto hacemos las obsesivas.

Me voy en 2 días (aún no tengo nada preparado). Tengo examen hoy y mañana.

Tengo examen en 9 horas y empiezo a estudiar ahora (así estudiaba, así, así).

En mi lugar de alojamiento no hay acceso a internet. Pero tranquilas, toda la vida siendo jodida por informáticos (en el sentido más amplio de la palabra) me han hecho espabilar también en ese ámbito y ya tengo el problema solucionado.

miércoles, 23 de abril de 2014

Disculpad el patetismo.

No valgo para nada.

Doy asco.

Doy pena.

Soy patética.

Lloro.

No soy capaz de creerme las cosas que sé que son ciertas o son como son. Puede ser porque me vaya a bajar la regla, porque mis hormonas en general funcional como la mierda, porque tengo exámenes que no he estudiado... Pero, Tierra, trágame.

Me voy el sábado y no tengo ganas, no tengo ánimo y no tengo ilusión. Pero tampoco la tendría para quedarme aquí e ir a clase o a las prácticas aquí, ni a ningún sitio. De hecho, antes que eso, prefiero irme. Por lo menos allí no me conoce casi nadie.

Soy tan débil pese a la edad que tengo que me dan ganas de darme de hostias a mí misma. Me miro al espejo, así, llorando, y no me doy asco, la verdad, porque voy muy tapada de cuello para abajo y nunca he tenido ningún problema con mi cara, aunque no sea una diosa del olimpo, pero tampoco soy un jodido troll de mordor.

La gafapasta está planeando ir este fin de semana a Madrid a unas jornadas de cine o no sé qué. Veo cómo la vida del Hobbit sigue sin mí, de fiesta en fiesta, con su nómina de casi 2000 euros, cantidad que ni siquiera tengo yo en total en mi cartilla. Ayer vi que en el último año he gastado un 25% más de lo que he ingresado y nunca le doy importancia, pero los ahorros se terminan, y claro, pensé en él. Pero me da igual. En el estado en que estoy no me importa quedarme para siempre en casa de mi madre, metida en mi cama, eso sí, rodeada de todas mis mierdas frikis y mis posters de tíos que sólo yo conozco.

Ayer le hice un corte de manga (una peineta, llamadlo como queráis) al padre del Hobbit. Pero él no me conoce de nada, es más, supongo que no sabe ni que existo. Todavía me acuerdo de cuando después de operarme la segunda vez el Hobbit estaba en mi casa, le llamó su padre y le dijo: "Estoy viendo a... una amiga". ¿Estoy viendo a una amiga? La verdad es que tampoco me sorprendió que alguien que no habla con nadie no contase nada de eso a sus padres... Igual que supongo que él veía normal que mi madre sí lo supiese, después de todo le estaba sirviendo cervezas (y pensando en su interior que era feo, bajito y narigudo, con cara de pingüino). Creo que ni siquiera dijo a sus amigos más cercanos lo que me pasaba, quizás a uno que tampoco habla como él. Así que tampoco me extraña que me dejara. Recuerdo como una amiga exterior a todo me dijo, cuando me enteré de que había recaído y le dije que estaba pensando en dejarle, que por qué no le dejaba a él tomar esa decisión. Y la tomó, claro. Dejarme.

Cuando he contado a alguna amiga externa que he conocido años después y con la que he conectado se ha indignado, sin entender que después de eso le siguiera viendo y teniendo "relaciones" intermitentes con él. Yo siempre me decían que aunque los demás no le entendieran yo tenía que hacer el esfuerzo y otras mierdas...

Voy a dejar de hablar de él, sólo me destruyo.

Creo que me da por ahí porque me encuentro muy mal y no puedo evitar relacionarle a él con una especie de salvación o algo así, porque para mí lo fue. Por eso le dije que Wonderwall era mi canción favorita y que la escuchase, que mucho de lo que decía era lo que yo pensaba y lo que creía que él podía pensar. Y a la noche siguiente, en el bar de siempre, una buena amiga la pidió en la barra sin que nos diésemos cuenta... Fue un momento empalagosísimo. Desde entonces no he sido capaz de escuchar la canción entera sin desear suicidarme (lo de llorar lo superé hará un año ya).

"There are many things that I would like to say to you
But I don't know how
Because maybe
You're gonna be the one that saves me
And after all
You're my wonderwall"

Le expliqué lo que significaba wonderwall y le dije que él se estaba convirtiendo en mi wonderwall, no sé si se puede ser más patética, o más ingenua. Y eso que yo pensaba que yo ya no creía en el amor romántico ni nada. En febrero del año pasado escribiría una canción patética a la que le puse dos títulos: "Salvar" y "Pared maravillosa" (la traducción literal de la palabra wonderwall).


(...) 
La primera vez que se vieron por dentro, 
ella se le echó a llorar; supo que él la iba a salvar. 
(...)
Él se convenció de que, para ella, él solo era una necesidad. 
Y la dejó de salvar. 
(...)
Dos últimos besos y en aquel abrazo, su pared maravillosa se les vino abajo.
(...)
Él ahora es un adulto en un traje de oficina,
ya no pierde las bufandas, no coge flores del suelo,
llega puntual a sus citas.
Ella va a hacer tres inviernos que no llora de alegría,
y cada diciembre, sueña con que él vuelve,
y la devuelve a la vida. 
Cree que la vendrá a buscar, que un día la vendrá a salvar.
Pero él no la va a salvar; nadie la puede salvar.

No sé cómo he llegado a esto. Quiero pensar que es hormonal, mezclado con el estrés. Pero quiero que me trague la puta Tierra.

"Soy olvidable".

Ya sé que estoy deprimida, no soy gilipollas.

domingo, 20 de abril de 2014

Sinceridad.




Si yo hubiera aceptado tu proposición, ahora estaría en la ducha, o planchándome el pelo (sé que es cómo tú me ves más guapa), o eligiendo ropa que disimule un poco el cachalote en el que me he convertido. Estaría descargando lo que queda del frasco del perfume que guardo para ocasiones especiales (o sea, para cuando coincido contigo) que no uso desde que viniste a casa en Navidad, cuando cantamos canciones de Rocío Jurado, Isabel Pantoja, La Fuga y Dover y me metías mano en esta última para distraerme y confundirme porque no tenías forma de ganarme al puto Sing Star. Ahí están los videos, con las caras de sorpresa de nuestros amigos al fondo inclusive. Al menos tengo una prueba de que no lo he soñado. Mientras canta Gunter salimos al fondo abrazados diciéndonos cosas al oído. Concretamente, me estabas diciendo que si a mí no me pasaba que me ocurrieran cosas y quisiera contártelas, que si ya no te quería. No hace ni 4 meses y parece que hayan pasado 4 años. ¿Sólo me lo parece a mí? A veces creo que sí, cuando me escribes como si hablásemos todos los días. Pero yo no puedo disimular mi decepción, no puedo hablar yo también como si no pasase nada, no puedo volver a la normalidad sí de repente, que es lo que parece que pretendías el otro día cuando me escribiste a las tantas mientras estabas de fiesta.

Sé que la culpa es mía por dejar pasar el tiempo y desaparecer cada vez más de tu mapa. Sí, lo sé. Pero creo que si lo he hecho, ha sido por algo. Y también sé que tú no has opuesto resistencia. Sé que ya te doy igual, que no te importo ya, que tú tienes mucha facilidad para pasar página cuando no tienes contacto con alguien, cuando no le ves y pasa el tiempo. Ya lo hiciste en 2010, después de que nos conociésemos y saltasen chispas. Claro que ahí, al vernos después de 10 meses volvieron a saltar, entonces mucho más fuerte, y no pudimos reprimirnos. Ahí empezó eso que tuvimos. Ahí tenías sentimientos. Eras jodidamente entrañable e inocente. Todavía quiero mucho, muchísimo a ese Hobbit de entonces. Le querré toda la vida.

¿Y ahora qué? Quiero olvidarte, que desaparezcas, no sentir nada, no sentir ese dolor de que tú me importes más que yo a ti. De yo ser simplemente una conocida con la que haces tu bienquedismo. Y quizás me siento tan mal por haberlo provocado yo. Es como si mi otro yo me gritase: ¡¿NO ES LO QUE QUERÍAS, NIÑA CAPRICHOSA?! ¡PUES SI AHORA TE ARREPIENTES HABERLO PENSADO ANTES!". Pero podría dar marcha atrás, podría haberte contestado bien a tu felicitación de cumpleaños o a tu intento de contacto medio pedo, o incluso al del día siguiente, sobrio, cuando querías que "en serio, quiero verte antes de que te vayas".

Todo es más ridículo aún de lo que parece. Hay varias cosas que me dan miedo y por eso no he querido verte y, aunque hayamos quedado en vernos en junio, no tengo intención de cumplirlo. Todo es un bucle. Me siento tan tan fea que la inseguridad me domina como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Creo que años, sí, años. Por un lado no quiero que me veas así, así de fea, que sea esa imagen la que tengas de mí. Sinceramente, prefiero que te quedes con esa imagen mía cantando Serenade en pijama muerta de risa mientras me metías la mano por debajo de la camiseta.

Mira, Hobbit, que no sé. Que a lo mejor nuestros caminos sí se vuelven a cruzar dramáticamente, pero yo ahora no estoy preparada para ello. Y sé que lo empeoro, que lapido cualquier oportunidad de acercamiento, pero no puedo evitarlo. Para vencer los miedos que tengo ahora necesito una ayuda que tú no me puedes dar, que no me sabrías dar y que, probablemente, no sabes que necesito. 

En realidad cuento esto como si a ti te pudiera importar lo más mínimo, como si quisieras quedar conmigo porque te importase algo y no lo hubieras dicho por simple compromiso, por el bienquedismo del que haces gala tantas, tantas veces. Si hasta Amy lo dice enfadada, que te has vuelto gilipollas, que te has olvidado de quien eras... Quién soy yo para pensar que pueda importarte algo aún.

Lo cierto es que no me arrepiento de mis últimas decisiones de no verte. Es más, espero no tener que hacerlo hasta las Navidades que viene. A no ser que antes me ponga buenorrísima. Sí, así de primaria, patética y adolescente soy. Lo bueno es que creo que tú no crees que esté tan tonta.

En fin, ni siquiera sé cómo despedirme. Hasta la próxima carta, supongo. Sí, porque escribirte estas basuras es lo único que calma un poquito ese dolor que siento dentro cuando pienso en ti, aunque continue mi lucha interior preguntándome quién y cómo eres en realidad, y por qué no te olvido.

sábado, 19 de abril de 2014

Sabor amargo



Sólo déjame decir una cosa:
he tenido suficiente.
Eres egoísta y, lo siento,
pero nunca sabrás cómo amar.

Cuando tu mundo se desmorone,
mejor mantener la cabeza alta.

Tu nombre,
tu cara,
es todo lo que queda ahora de ti.
Avergonzada, traicionada,
te he borrado.

Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado.
Hasta la vista, hasta la vista,
He querido deshacerme de ti,
Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado,
He escapado
Del sabor amargo... de ti.

Sólo déjame aclarar mi mente
Creo que he tenido demasiado.
Eres tan decepcionante...
pero sabes sacar partido de eso.

Cuando tu mundo se desmorone,
mejor mantener la cabeza alta.

Tu nombre,
tu cara,
es todo lo que queda ahora de ti.
Avergonzada, traicionada,
te he borrado.

Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado.
Hasta la vista, hasta la vista,
He querido deshacerme de ti,
Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado,
He escapado
Del sabor amargo... de ti.


Tu nombre,
tu cara,
es todo lo que queda ahora de ti.
Avergonzada, traicionada,
te he borrado.
Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado.
Hasta la vista, hasta la vista,
He querido deshacerme de ti,
Hasta la vista, hasta la vista,
Te he borrado,
He escapado
Del sabor amargo... de ti.

viernes, 18 de abril de 2014

Sangre en los ojos.

Hola, Hobbit.

Si te digo la verdad, no sé por qué en algún momento pensé que pudieras tener algún tipo de sentimiento o de malestar por la situación actual entre tú y yo. Supongo que fue por tu mensaje a las 3 de la madrugada, que supongo escribirías estando un poco contentillo de más y, ya sabes, se supone que en esas condiciones florecen más los sentimientos de uno, no sé si sabes lo que es eso; son emociones, estados de ánimo, se sienten dentro y hacen a uno estar incómodo o, a veces, muy cómodo.

Ya ni siquiera me enfado contigo. He llegado a la conclusión de que no tienes la capacidad de sentir. Lo digo totalmente en serio. Te falla algo en el cerebro en ese sentido y no sientes como una persona "normal". Además, no soy la única que se ha dado cuenta. Psicópata no eres porque si no, no contestarías esas cosas sin sentido al whatsapp -los psicópatas se integran más-, un momento cabreado e intentando ridiculizarme, al siguiente echándome en cara que "pobre de mí, te has olvidado totalmente de que existo" y al próximo haciendo tu bienquedismo. Y ya no sé si no entiendes nada de verdad o haces como que no lo entiendes. Y tampoco yo entiendo lo que haces, poniéndote en contacto tú para luego eso. Pero supongo que no lo sabes hacer de otra forma. Cada vez soy más consciente de que tienes problemas en reconocer tus sentimientos y supongo que por esto también en manejarlos. Y creo que es irónico porque tú crees que la que no tiene control sobre los suyos, soy yo.

Asumo mi parte de culpa en el distanciamiento, pues que ha sido absolutamente necesaria. Pero este resultado me ayuda a darme cuenta del poco sentido que tiene todo contigo. Y del poco sentido que tiene tu vida. Puede que tú creas que la mía no tiene mucho más, pero al menos hago lo que puedo. Puede que seas la persona más conformista que conozco. Sí, creo que sí. Y siendo así, ¿por qué iba a importarte perderme? Te conformas y ya está. Yo pensaba que a lo mejor no, por lo que pasó el Junio pasado pero... ha pasado mucho tiempo. Y a ti el tiempo siempre te ha hecho olvidar. Ya me lo dijiste al conocernos: "Como sabía que no podía ser, me olvidé y ya está". Pues eso habrás vuelto a hacer.

Al menos te habrás dado cuenta de que tus memeces de quinceañero no valen conmigo. A mí me duelen las cosas de verdad, no digas cuatro gilipolleces de mí en un grupo de whatsapp. Además, ya viste que no tengo ningún problema en soltarte un "que te jodan" delante de todos. Es más, creo que por ese camino tienes muy claro que llevas las de perder. Sólo tienes que recordar cualquiera de esos momentos en los que enfurecido me has gritado "No utilices tu ironía conmigo" o "Me has dejado en ridículo delante de todos". Siempre te ha importado más lo que pensarán los demás que yo.

Pero da igual, no es una guerra, aunque tú hagas de todo una guerra. Y, ¿sabes qué? Tenía un email escrito para ti, Amy lo leyó y me dijo que te lo enviase, pero no lo hice. Creo que hice bien, porque te lo hubieras pasado por el forro de los cojones igual que lo que te puse por whatsapp. Y eso que te lo puse por tu puta insistencia, y pasaste de violento a víctima en un par de segundos. Qué irónico todo.

Es una pena haber perdido tantísimo tiempo y energías contigo, que estás tan vacío, y cada vez más. Pero, como te he dicho otras veces, sólo puedo sentir lástima -y tristeza, mucha-, porque hay cosas que nunca sentirás, porque no puedes. Y habrá ocasiones en las que sea mejor para ti, pero en otras te perderás cosas absolutamente geniales, y no hablo solo de amor o sexo (aunque también).

Yo he hecho lo que he podido, Hobbit. Mientras me dejaste, te acerqué por primera vez a ese mundo de sentimiento y sexualidad. Siempre he intentado acercarte al mundo de los sentimientos y también al de la razón, a lo que yo creo que es la vida. Y parecía que te gustaba. Intenté que vieras más allá de lo que tú pensabas que era la realidad y también me esforcé mucho por conocer tu mundo, me acabaste convenciendo para participar en la peña durante las fiestas del pueblo, yendo a actos (como La Fiesta) y lugares en los que no podría sentirme más fuera de lugar, donde la única forma de diversión es el alcohol, las drogas y hacer que lo flipas. Para mí, todo eso, está igual de vacío de lo que pareces estar tú. Y yo no tenía que salvarte, ni tú a mí.

Así que no me enfado, sólo me da pena, como te dije ayer. Me da pena saber que durante un tiempo fuiste -un poco- más que eso pero que ya no lo eres, ni quieres serlo. Y lloro. Porque yo sí tengo sentimientos.

Good Riddance, yo me retiro, ya del todo.

No cuentes con el café de Junio, ni de nunca.


jueves, 17 de abril de 2014

Hola, Zorra.



Hola, Niebla. Soy el Hobbit y vengo a desequilibrar tu mundo. Quizás es porque me jode que vayas a Londres mientras yo me quedo en la agobiante Madrid, pero va a ser que no, porque me encanta. A lo mejor es porque me jode cómo me contestaste a mi felicitación de cumpleaños, porque eres una jodida neurótica que se cree el centro del mundo y debes de pensar que la única razón de mi existencia es adorarte a ti. He conocido un mundo aparte del tuyo y me gusta más, así que deberías irlo asumiendo y no ser tan prepotente y orgullosa. ¿Y sabes por qué? Porque ya deberías saber que a orgullo no me gana nadie, aunque tenga momentos de debilidad como anoche. Sí, te escribí a las 2 de la madrugada y no me contestaste hasta la mañana siguiente con tu ironía habitual. Pues ahora prepárate, porque YO SIGO TENIENDO TOTAL CONTROL SOBRE TU ESTADO EMOCIONAL y lo sabes. Sabías que con un par te frases podría joderte la vida y desvanecer toda tu felicidad por tu viaje, por tu trabajo, por tus estudios, por tu vida. Pero como no me conformo, decidí también que te iba a ridiculizar delante de todos nuestros amigos, como si llevaras acosándome todo este año sin parar, cuando yo sé que no es así, aunque podría serlo, porque eres una LOCA, una puta ENFERMA. Y como lo eres, sabía que te afectaría, y por eso lo he hecho. Y ya te tengo arrastrándote otra vez, escribiéndome al móvil. Pero ahora seré yo quién te ignore, en venganza por todos los momentos en que me has ignorado tú, por tu prepotencia, tu pasotismo fingido, porque yo sé que en tu soledad estabas reconcomida por dentro, que me echas de menos.

Voy a joderte otra vez mientras pueda, ¿por qué? Probablemente nunca lo sabrás. Porque estoy ahora mismo "en linea", pero no te voy a contestar, porque sé que es lo que más jode, porque tú me lo has hecho a mí.

Me importas una mierda, Niebla, soy más feliz sin ti y tus putas rayadas. Las risas contigo no compensan el agobio que me causas. Uno no puede ser cariñoso contigo sin que te encoñes, te ofuscas enseguida y no hay quien te aguante. Y yo te he aguantado mucho. Ayer te escribí, posiblemente porque había bebido. Pero no te confundas, no quiero nada más contigo, ya no somos amigos, no somos nada, no significas nada para mí. No te necesito y eres tan indiferente para mí que si coincidimos en la vida pues vale, no pasa nada, porque no tengo ningún sentimiento por ti, no me voy a sentir mal, a mí me da igual, ME DAS IGUAL. Y voy a hacer como que no pasa nada, porque en realidad para mí no pasa nada. No significas más que Pé o que la novia de Gunter, hace mucho que no significas más que ellos. Así que, igual que no hablo con ellos y me la suda totalmente, me pasa lo mismo contigo. Te felicité porque me lo recordó el Facebook, a ver si vas pensarte que me acuerdo, que siquiera sé cuando es tu cumpleaños, si nunca lo supe, siempre me lo tenía que recordar alguien.

En fin, Niebla, que seáis felices tú y tu enfermedad mental, porque a mí me importas un cagao. Y nunca sabrás si hago las crueldades que hago sin darme cuenta porque me la sudas o adrede porque de alguna forma me jode que me ignores. Lo que está claro es que yo no siento lo que sientes tú, a mí esto no me duele. Así que sigue jugando con fuego que el que se va a quemar no seré yo. Yo tengo el poder, yo soy el secuestrador y tú el secuestrado con Síndrome de Estocolmo. Que no se te olvide.