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martes, 10 de julio de 2012

Dopaje emocional de ciencia-ficción.

Si me lo hubieran contado hace un año... bueno, a lo mejor hace un año sí me lo habría creído, pero hace uno y medio me habría reído con unas carcajadas tan sonoras que me habría escuchado Yao Ming desde su país. De un tiempo a esta parte, no sé muy bien cómo, he empezado a tener algo bastante cercano a amistad con la Gafapasta (es quién me limpió la sangre el día gore) y "la zorra de ojos verdes", a la que tengo que cambiarle el nombre, porque es incluso más parecida a mí que la Gafapasta, pero cae una y otra vez en el error de creer que dejándose malfollar (dicho por ella misma) por un tío cada finde va a olvidar a su hobbit. No le funciona, pero al menos se siente deseada, o eso dice. Yo la entiendo, a pesar de que es la chica más guapa que he visto nunca en persona (y de ahí parte de mis celos hace año y pico). Ahora esta probando con tías, dice que cree que es la solución.

Amigos, o más bien amigas, que sois chicas la mayoría de las que nos seguís (creo que sólo hay un tío, de hecho), B nos vuelve distímicas obsesivas piradas y nosotras nos juntamos.

El caso es que esta chica y yo, con toda nuestra distimia, entre chupitos "no-medianos" y tabaco, hemos acabado confesándonos de todo más de una vez. Y realmente es muy extraño porque sé que no va a decir nada al Hobbit a pesar de que su amigo era él y no yo. 

Hace ya un tiempo, al día siguiente de que el Hobbit me dejara en medio de aquella fiesta universitaria después de decirme llorando que yo sólo le utilizaba y nunca había estado enamorada de él, ella me escribió y me dijo que probara a tomar cierto medicamento (un betabloqueante para más señas), que a ella le funcionaba para no sentirse tan mal. Luego en nuestras reuniones nocturnas de alcohólicas despechadas no anónimas me lo ha dicho varias veces: "s____l es lo que necesitas". Un día, después de una cena, sacó una tarta adornada con las dichosas pastillas que, por cierto, toma mi abuela para la tensión. Yo nunca me atreví a probarlo, ni pensé qué base científica podría tener aquello. Conocía el medicamento de utilizarlo en el trabajo, pero nunca me dio por investigar más a fondo sobre el tema. Hasta ayer.


Ayer me encontré en una revista -seria- un artículo titulado: "¿Qué olvidaría si pudiera?". Hablaba sobre el avance de la ciencia en el borrado selectivo de recuerdos. Me puse a leer como una loca y luego continué en internet. Resulta que desde 2009 se están llevando a cabo experimentos con el fármaco que utiliza la amiga del hobbit mi amiga -sí, porque el Hobbit nunca entendería siquiera que necesitásemos estos dopajes- para tratar el dolor que producen algunos recuerdos. O sea, borrar el dolor asociado a ciertos recuerdos. Se ha estudiado con la finalidad de utilizarse para síndromes post-traumáticos (de abusos sexuales, violaciones, accidentes de tráfico...) y de momento la metodología que funciona es evocar el recuerdo mientras actúa el fármaco (en los experimentos los utilizaban IV, en las mismas cantidades que se utiliza para tratar los problemas de circulación sanguínea). Demostró funcionar en un porcentaje muy alto de los casos, que al evocar los recuerdos las siguientes veces no sentían tanta ansiedad y dolor, no les bloqueaba como antes y, lo más importante, los recuerdos no venían si no eran evocados, no les asaltaban de repente en cualquier momento y lugar, no llegaban sin ser llamados; dejaban de torturarles.

No sé a vosotros pero a mí me parece acojonante. A poco que busquéis, encontraréis los papers de investigaciones (eso sí, en inglés) u otros artículos relacionados. Yo, de momento, voy a escribir a esta chica y a preguntarle cómo lo usa ella... No tengo intenciones de utilizarlo -de momento-, pero ya sabéis que el grano de café, cuando me tortura, me tortura de verdad.

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