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martes, 18 de junio de 2013

Sigo con mis canciones desde el rencor pero ya ni siquiera tengo ganas de decirle mil cosas a intentar hacer un mínimo de daño, porque a alguien que no siente no le puedes hacer daño. Y porque no quiero dramatizar y que crea una vez más que tiene la razón. Y porque son las fiestas, aunque sospecho que yo ni llegaré ni a las 10 de la noche.

Es cierto que miro el móvil cada poco, veo cuando ha estado en linea o si ha escrito en algún grupo de los que tenemos en común, como ha sido el caso hace un rato. En algún lugar guardo esa pequeña esperanza de que pida perdón, de que vea que se le ha ido de las manos, de que no tiene razón, aunque en mi mente retumben las palabras de nuestros amigos comunes diciéndome que "no entiendo cómo ha podido ser tan cruel, que le jodan". Y repaso mentalmente todas las cosas que me ha dicho, porque ni siquiera me hace falta tocar el móvil para leerlas; las tengo grabadas a fuego. También me vienen las de antes, y la Voz, y su forma de desaparecer cuando yo me puse enferma... Pero no, no voy a decirle más, porque no sirve para nada y la sensación que le queda a una después es peor. Ese sentimiento de "he dicho todo esto para nada, con todo mi esfuerzo, para que siga sin entender nada". Frustración total.

Albergo la esperanza, sí, la albergo, de que cuando le diga lo que quiero decirle, me pida perdón y me insista. Pero supongo que me dirá algo como "Pues muy bien, si es lo que quieres...". Y yo me iré decepcionada una vez más, diciéndome a mí misma que si esa es su reacción, desde luego he tomado la mejor decisión que podía tomar, por mucho que luego la llore en casa.

Y es que no quiero decirle mucho, a pesar de que tengo mucho que decirle. Pero intentaré simplemente decirle que ya sabe que le quiero, que es alguien especial, pero que con esto he sentido que se convertía en un extraño, que yo esto no lo quiero y que no puede tratarme así, con esos aires de superioridad, de estar en la verdad absoluta, de intentar anularme e incluso diría que humillarme. Que no sé exactamente qué es lo que se le ha subido a la cabeza pero se le ha subido. Y que ese tipo de comportamiento o de mutación la conozco ya de otras personas pero jamás pensé encontrarla en él, que creía que era diferente, que en ese sentido habría puesto la mano en el fuego mil veces. Y eso es lo que más me duele, ver que no, que estaba equivoca, que es como el resto y que sí es el egoísta que muchas veces me parecía. Y que precisamente por todo esto ya no quiero nada con él, no quiero darle mi confianza a una persona que puede llegar a tratarme así aún sabiendo el daño que me puede estar haciendo. No quiero, no quiero ningún tipo de relación con él aparte de saludarnos cuando coincidamos por ahí. Que yo soy consciente de mis fallos, de mis comportamientos inestables... que intento mirar dentro de mí para ver lo que está mal, lo que puedo mejorar o lo que debo erradicar. Y él debería hacer lo mismo, porque no lo hace.

Ya he dicho que me gustaría que esto le hiciera pensar, pero ni siquiera me valdría con que me pidiera perdón ahí porque creo que no lo diría de verdad, que si no ha dado señales hasta ese día es que realmente no cree que se haya pasado o hecho nada malo. Así que con todo el dolor que tengo dentro (porque lo tengo) a lo mejor este sí es el fin de verdad, pero por primera vez pienso de verdad que seguramente sea lo mejor para mí, si de verdad las cosas ocurren como creo que van a ocurrir.

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