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sábado, 8 de junio de 2013

Yonki patética.

Por fin tengo tiempo para escribir otra vez. Y ganas.

Aunque ahora esté... no sé, rara. Me he subido al coche con ganas de llorar, sin ninguna razón. Sin ninguna. No sé qué pensaba... ¿qué pensaba? Ya he dicho que no sé. 

 

Cada día me escribe por el invento ese del demonio. Desde que se compró el móvil inteligente sé de él hasta 4 ó 5 veces al día. Y que te manden un mensajillo de buenas noches no deja de ser bonito. Pero dos meses ya sin verlo -exceptuando unas cañas en grupo- estaban sirviendo más de lo que yo creía. Es cierto que me hervía la sangre cuando me decía que iba al cumpleaños de una francesa o algo así, pero no era este sentimiento. Ha sido mucho peor de lo que creía y, como siempre, tengo un porcentaje de culpa enorme por seguirle la corriente. Y eso que terminé ayer los exámenes, no me entran los vaqueros y estoy teniendo muchos días de esos de ver un monstruo en el espejo pero... 

Y ahí hemos estado, comiendo y luego viendo una peli en su tele de pijo con gafas con 3D, porque desde que curra parece que le quema el dinero en el bolsillo. Hubo un momento que no sabía si estoy colgada por el Hobbit o por Homer Simpson. Absolutamente espatarrado en el sofá, con la barrigota como si esperase un hijo y la cerveza en la mano, riéndose a carcajadas viendo como en "mil maneras de morir" a una rubia con cara de guarra le estallaban los intestinos después de meterse un spray de nata montada (y nata) por el ojete. "Puff, estoy que reviento, mira qué barriga..., pero no puedo parar de comer". Y se levantaba a por jeta, doblándose sobre la mesa de forma que le ví toda la hucha. Luego puso Gandía Shore. Y por fin después la película de vampiros, que siempre ha sido lo nuestro.

"Sólo éramos extraños, hablando de vampiros..."

No voy a decir que fuera malo el rato del sofá, si quitamos sus momentos absurdos cuando como el sustazo que me metió en uno de los momentos de tensión de la película que me hizo saltar del sofá . Pero no, yo no debería sentirme así de atraída por su jodido olor, ni reírme de todas sus estupideces, ni pensar que me podría quedar toda la jodida vida ahí acurrucada, encima de él y su olor a black-x mezclado con tabaco, no pensar que cómo he podido estar dos meses sin verlo.

Luego había quedado con su madre para ir a comprar pantalones nuevos para el trabajo. "Necesito unos que no estén viejos o desgastados". Pues bueno. Nos despedimos en la plaza y eso, cuando me senté al volante tuve muchas ganas de llorar. Entonces claro, asalta los altavoces "Do you wanna know", de Alkaline Trio.

Do you wanna know
What my love is?
Oh, do you wanna hear how my song goes?
Do you wanna know
What my love is?
Don't say no
Don't say no


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-¿Saldrás esta noche?
-No.
-¿Y eso? Llevas dos meses sin salir...
-Por eso, no necesito salir, estoy muy a gusto en casa.
-¿Y qué vas a hacer? 
-Pues no sé, leeré. Y a lo mejor veo alguna película.



Me vuelvo a mi cajón de la lectura,
ahora que por fin tengo tiempo.
Le toca a "Las normas de la casa".
Ya os contaré.  

  


1 comentario :

Desventuras dijo...

¡Cuánto te echaba de menos! Ya deseaba leer una entrada tuya y ver como va tu vida por ese universo paralelo.
Ains! esos Homers que nos hacen sentir esas cosas... a veces es difícil escapar y siempre acabo pensando que lo mejor es dejarse llevar o al menos disfrutar del momento. Sí, a veces soy demasiado soñadora y luego me pasa lo que me pasa...
Espero que no te quedes mucho en el cajón de la lectura y nos sigas regalando tus entradas que me hacen sentir que estoy acompañada en la distancia, tal vez nos encontremos por ese cajón.
Un beso y mucho ánimo! espero verte pronto por aquí
Siempre tuya.. RB (se me va la cabeza xD)