Me desperté temprano, ya no temía el exceso de horas. La luz cegó mis ojos…¡Maldito verano! Obligaste con tu calor a mostrar una sonrisa en el momento más inoportuno.
Por que los días son grandes e insuflan alegría…terrazas llenas, y un alma vacía.
Mientras las piscinas se llenan, y las noches se enturbian, mi mente pasea a oscuras entre un retrato vacío y un miserable muñeco de trapo.
Ocupaba horas, minutos… iba a estar bien…¡tenía que estar bien!
Renacer… si fuera un ave fénix incineraría todas mis plumas para poder yacer en el infierno que yo misma cree.
Infierno… por que no me importaba vivirlo, aunque fuera con los ojos tapados.
Los minutos iban callendo…Un libro, una foto… Conversaciones…otra foto…Sonrisa…Nueva foto…¡Aire!...Aparece un nuevo mensaje…
Ambrosía…Ángel blanco de la alegría, entra y destruye cada pedacito de mi ser, cada minúscula parte de mi cordura; haz que ascienda alto, que el dolor se olvide y la locura ocupe ese espacio.
El móvil no deja de sonar, un ruido atroz procedente de un héroe tira de mi. ¡No es él! ¡No quiero salir!, Déjame arrinconada en esta habitación. Ya no importa, es mi castigo, ¡aparta tus brazos¡
Me gustas…ahora no…¡Quiero respirar!. ¡No te alejes….te necesito! Solo es deseo, pasión… en este cuerpo muerto ya no queda nada.
Por que la frustración acuno mis recuerdos,
el odio destrozo el amor.
Ya no hay utopía existente
El color oscuro tiño por fin mi corazón.
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