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martes, 23 de abril de 2013

Análisis extrañamente frío.

No será un día favorable para la relación con los demás, la Luna en el signo de la Oposición indica un comportamiento tendiente a los caprichos y los altibajos emocionales, ¡cuidado! El trabajo y las ocupaciones serán exigentes, complicados por las responsabilidades y algunas trabas menores. Los nervios podrían ocasionar molestias estomacales pasajeras.

Gracias, señor que se inventa los horóscopos.


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Cada vez que intento desengancharme del Hobbit, lo intento también de la cafeína. Empiezo mi tercera semana "sin" ellos y supongo que eso también ha contribuído a no sentir gusanos devorándome las entrañas del pecho y esas cosas. Pongo ese "sin" así, entrecomillado porque la del Hobbit no es una ausencia total, aunque la de la cafeína tampoco, que el sábado me tomé una cocacola. El Hobbit, por su parte, ha intentado estar presente en mi vida cada jodido día desde que me envío el mail absurdo ese. Se creó cuenta en una nueva red social en la que yo tenía y él no y ahora cuando me busca, lo hace a varias bandas, lo cual no es demasiado cómodo para mí, que he perdido libertad de expresión no-anónima y me dejo abiertas ventanas sin darme cuenta y entonces "zas", saludo que te crió. No ha dejado pasar ni un día sin interacción, aunque no hayamos cruzado más de 7 u 8 frases porque he dicho que tenía que irme o lo he hecho directamente. Y no lo he hecho por "dar caña" o como algún tipo de estrategia, lo he hecho porque no me apetecía hablar con él.

Para colmo, en una de esas interacciones, me dijo que se había, por fin, comprado un nuevo teléfono móvil, así que sospecho que dentro de poco se instalará ese invento del demonio (si no lo ha hecho ya) que es el whatsapp, idea que me produce escalofríos.

Cuando me habla sé que, en realidad, no quiere nada, solo mantener el contacto, asegurarse de que todo está "en orden". Sinceramente, no puedo terminar de entender esa insistencia por mantener relación conmigo y que no huya de él como de la peste si después realmente no quiere nada conmigo aparte de esa relación que él dice "especial" en su afán de llamar especial a lo raro, incluidos a nosotros mismos.


Estoy como la Love.
Lo cierto es que emocionalmente creo que no puedo soportar ahora mismo la tensión que me supondría decirle claramente que hasta aquí he llegado y tener que darle las explicaciones pertinentes. Y también, supongo, que no estoy  lo suficientemente segura como para hacerlo, que necesito meditarlo más. El fin de semana me imagino que vendrá, según dijo, y tendré que verlo. Después de una semana preparándome para ello debería poder manejar la situación, pero no estoy segura del todo de ello. Puedo pensar que sí, puedo pensar que actuaré de determinada forma y pondre cierta distancia, pero hasta que no le tenga delante, no sé cómo me sentiré. Lo peor de estas situaciones es que la que al final lo pasa mal con lo que sea soy yo. Puedo pensar en alejarme y quizás él se sienta mal, pero cuando se rebote o simplemente me deje por imposible y comience a divertirse con el resto de la gente, la que volverá a sentirse como un ñordo será Niebla, porque es a la que realmente le importa eso. Y apenas sé fingir, así que puedo entrar en una espiral algo triste. 

En conclusión, no sé cómo actuar cuando le vea. A lo mejor debería quedarme en casa y estudiar para el examen que tengo el martes, aunque de todas formas no iba a poder con la verbena sonando a todo trapo a 300 metros de mi puerta.

Estoy perdida. Siento una tranquilidad pasmosa que no es propia de mí, pero estoy totalmente perdida, sin saber cómo afrontar la situación, cómo comportarme, qué decir si me pregunta si me pasa algo con él (qué cosas tengo; él jamás haría tal cosa, en su linea de cobardía habitual, no vaya a ser que me declare).

Y así es como afronto este nuevo día, que él tendrá libre y yo tengo petado de cosas por hacer que no sé ni por dónde empezar. Estaba rendida con el inglés pero, maldita sea, tengo que intentarlo al menos. Me he estado diciendo a mí misma que no pasaba nada si no aprobaba, si no podía pedir las prácticas fuera, si no podía hacer lo que tenía pensado hacer. Pero quiero tener la oportunidad de decidirlo al menos, de poder tomar yo la decisión y que no me tome ella a mí. Me he dormido en los laureles y lo he ido dejando; está claro que no voy a hacer en dos días lo que no he hecho en dos meses, pero tengo que intentarlo al menos, ir con el mejor ánimo posible al examen y dar lo mejor de mí, hacer ese esfuerzo y luego ya se verá. Creo que puedo y no me debo rendir. Eso sí, espero sacar tiempo hoy, aunque sea unos minutillos solamente, para darme una vuelta por la feria del libro.

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