-->

miércoles, 17 de abril de 2013

Confesiones serenas desde dentro (longitud involuntariamente compensatoria por todo lo que no he escrito estos días).

He conseguido ir estabilizándome poco a poco, porque realmente había llegado a un estado anímico que me asustaba y, al hacerme consciente, me asustaba más y eso era un bucle. No tenía una sensación de ansiedad ni de descontrol tan grande desde que me ocurrieron cosas que puede que sí lo justificasen, hace ya tres años casi (cuando me diagnosticaron lo que tenía la primera vez y melo pintaron muy negro, sin saber en que iba a acabar aquello). Y desde luego esto no es comparable a esas situaciones. Sí había sentido momentos de mucha tristeza, desánimo y ansiedad cuando ocurrió lo de la Fiesta del año pasado, lo de la voz y todo eso, pero no esta sensación de que todo se me había ido de las manos, de que no podía controlar mis actos y de que hiciera lo que hiciera no podía hacer nada salvo empeorar las cosas y, aún así, seguir haciendo cosas y empeorándolo. Quizás he hecho un jaleo de palabras pero creo que se entiende.

Han sido pocos días de estas sensaciones como tal, apenas tres, que se me han hecho eternos. En ellos se me han juntado muchas cosas pero el detonante sin duda fue una discusión con mi amiga de la infancia. Ella tiene un repente muy malo y creo que a las dos se nos fue de las manos. Yo me dejé llevar por mis sentimientos por el Hobbit y no vi más allá, fui egoísta y reconozco que ella tiene razón en que quizás justifico todos sus actos, ect. En realidad, que a mi alrededor dramaticen más que yo con el tema, es algo que no me hace mucha gracia. Creo que este fin de semana ha quedado demostrado (y yo misma también lo he visto claro) que una discusión con alguna de estas amigas me causa bastante más estrés que todo lo del Hobbit. Con él tuve la última conversación incómoda el domingo de la semana pasada, después de los acontecimientos indeseables que se sucedieron el sábado -y que imagino que ya contaré en el blog-, que para colmo era el día de mi cumpleaños, porque ya sabéis que a mí las cosas me pasan en fechas señaladas para que se me queden grabadas a fuego. Así puedo hacer aniversarios de mis desgracias.

El caso es que hablé con él por teléfono el domingo, el lunes por internet y bueno, quedamos en que olvidábamos todo y en que intentaríamos que no nos influyera lo que los demás opinaran de nuestra relación -utilizó la palabra relación, increíble, ¿no?-. Aún así yo no tenía demasiadas ganas de hablar con él, ni de seguir ni nada... Pensé en que debería cortarlo todo, cortar cualquier tipo de relación, pero no estaba tampoco en condiciones de tomar una decisión, así que me tomé mis días para hacer trabajo atrasado, sin hablar con él y siguiendo con mi vida. Hacía mis viñetas coñas con el bitstrips del Facebook y Juno, y ya se vería lo que pasaría.

Sin embargo, cuando discutí con mi amiga de la infancia, entré en un estado catatónico interior de sentir que todo a mi alrededor se iba a la mierda que realmente pensé que me iba a volver loca y que a lo mejor tenía un trastorno mental de verdad, porque todo me estaba afectando demasiado. Aparte de estas cosas sociales, me obsesioné con la escultura del hall, más cuando en el departamento no han pedido la mitad de los materiales, que incluso prefería apoquinar de mi bolsillo antes que hacer otro puto boceto, pero prácticamente me lo prohibieron. Y era demasiado tarde para abandonar. Imagino que el profesor, que ya no me pone lo más mínimo porque me tiene harta, piensa que estoy de la olla (lejos no anda de la realidad, claro) o que soy maniacodepresiva, porque unos días estoy allí pintando como si no hubiera un mañana y otros días me cuesta sostener los pinceles como si pesaran 5939 kilos cada uno. No para de repetirnos a la compañera y a mí que seamos creativas y nos dejemos llevar, pero él también está un poco pa allá y ideas que un día le parecen maravillosas o incluso son inicialmente sugeridas por él, al día siguiente le parece que "no, no lo veo" o "¿de dónde has sacado eso?". Que hasta doy gracias a que tengo una compañera para poder contrastar, porque si no sería el remate final y ya pensaría que igual estoy empezando a hacerme esquizofrénica y tengo alucinaciones visuales, auditivas y de todo tipo con las cosas que dice el tipo.

Después de la "discusión" con mi amiga de la infancia (digo discusión porque no gritamos, somos muy diplomáticas, pero luego en las reconciliaciones hay lágrimas everywhere por parte de las dos, en plan "te quiero mucho", como adolescentes), me dispuse a arreglar otras como si me fuera a morir al día siguiente. Juno me dijo: "para de escribir emails a todos ya y sosiégate". Y escribí a alguna gente, menos al Hobbit. Intenté arreglar todas las cosas que me preocupaban y había ido dejando, no sé cómo explicarlo.

Amy y la Gafapasta han resultado ser un apoyo bastante importante estos días. Nunca nadie podrá igualar a Juno como mi Pepito Grillo particular, pero reduciendose nuestra comunicación al jodido whatsapp porque nuestros horarios no nos permiten otra cosa, las otras dos han contribuido también con sus palabras a que no perdiera la cabeza del todo. No sé si Juno alguna vez sabrá lo que significa para mí, porque como las dos somos bastante rancias en general (aunque por dentro seamos un torbellino de sentimientos) tampoco somos de ponernos sentimentales la una con la otra (menos bebidas ¬¬), pero creo que sabe que si ella me hubiera dicho las cosas que me dijo mi amiga de la infancia, me habría abierto las venas desde el sobaco a la muñeca, lo que probablemente haría que ella se las abriera luego por culpabilidad y sumiéramos a todo nuestro entorno en la miseria (me entra la risa, joder, estoy mal de la azotea de verdad, quitemos ya el modo drama).

 El caso es que desde ayer las taquicardias y la sensación de descontrol se me han ido pasando y hoy me siento, después de estos 3-4 días eternos en los que ni siquiera aguantaba sentada más de 15 minutos (y creo que ni eso), fisiológicamente normal. Entonces, como no, claro, esta mañana apareció su email en la bandeja de entrada (lo vi y leí desde el móvil). Después de diez días de total incomunicación conmigo (impulsada por mí, que le he evitado cibernéticamente hablando), el Hobbit me ha mandado un email desde el trabajo, con el ¿irónico? asunto de "CHAN CHAAAN". Que sepáis que ahora mismo Juno, leyendo esto, está pensando que cómo su retraso mental podrá alcanzar unos niveles tan elevados y que si lo tiene delante lo deja de aguaplast en la pared. Pero sinceramente, el contenido es justamente lo que esperaba: nada. Vamos, contarme una tontería que se supone graciosa, preguntarme qué tal el concierto del finde (al que Juno y yo íbamos a ir pero obviamente no fuimos), contarme en 2 lineas qué anda cansado y poco más, todo en el mismo tono que cualquier mail que nos enviemos normalmente... Vamos, hacer como si hubiera sucedido nada, que después de todo, es en lo que quedamos, aunque a mí me parece imposible y eso hará que por mi parte no sea así, aparte de parecerme insostenible y un sinsentido en sí mismo continuar como hasta ahora. Así que intentaré pensar ahora que estoy tranquila y hacer lo que crea conveniente, sin dar puñetazos de más ni a la razón ni a las emociones, aunque en mi vida, en general, los términos medios siempre han sido algo un poco -muy- utópico.

Y yo creo que con esto ya es suficiente, aunque no tenga que rendir cuentas a nadie de lo que aquí escribo. Me parece que ya ha quedado claro hace tiempo que, en lo que al blog se refiere, lo formal quedó sacrificado hace mucho tiempo en aras de lo emocional, del desahogo, de utilizarlo como esa vía de escape secreta y final, esa donde puedo dar rienda suelta a mi parte impulsiva y obsesiva sin que me miren raro (porque no os veo, supongo).

Un abrazo.


Niebla.




No hay comentarios :