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lunes, 2 de septiembre de 2013

The catcher in the rye (anécdota a cuento de la entrada anterior, realmente sin venir tan a cuento).

No necesitáis introducción, ¿verdad? Pues eso:

Una de las veces que quedé con el Hobbit aquel primer invierno (no recuerdo la ropa que llevábamos, ¿me estoy curando?), paseábamos por delante de una tienda de menaje del hogar y, sin saber cómo salió el tema, le dije que me estaba leyendo en ese momento La princesa de hielo, de Camila Läckberg (me ha costado casi un minuto hacer memoria de qué libro me estaba leyendo; en serio, este fallo en mi base de datos no me había ocurrido nunca). El chico dijo algo como "Te gusta mucho leer, ¿no?". Supongo que ya le había dado la plasta con algún libro más (he dicho SUPONGO, o sea, tampoco me acuerdo; inglip). Yo le dije que sí, bueno, que siempre estaba leyendo algún libro y que, como había estado mucho tiempo convaleciente (de hecho esta conversación fue entre una operación y otra), pues tenía muchísimo tiempo para leer. Me refugiaba cosa mala en la lectura, pero eso no se lo dije porque por aquellos días yo todavía iba de machota con él. Entonces le debí de preguntar que si a él no le gustaba leer, o quizás me lo dijo él, no sé. Tampoco recuerdo exactamente si me dijo que sí, pero sé que no me dijo que no. Probablemente dijo algo como que sí pero que como en ese momento estaba muy ocupado con el proyecto de fin de carrera, no tenía tiempo. No sé, pero lo que sé es que por iniciativa propia dijo "¿Sabes cuál es mi libro favorito?". Y yo pregunté MUY expectante que cuál era. ¿Tengo yo un libro favorito? Creo que no. No lo sé. Bueno, al tema. El Hobbit dijo que era "El hombre entre el centeno" y a mí algo dentro me hizo "clack" y Nib dijo: "¡Es retrasado! ¡El HOMBRE! ¡Por B, ha dicho el HOMBRE1 ¡Tan favorito no será si no sabe ni cómo se llama!". 
-Es El guardián entre el centeno -dije consternada-, no el hombre.
-Eso.
"Es el típico libro que dicen los que se creen molones y guays, Niebla, es típico libro de culto. Este tío lo ha leído en cuarto de la ESO posiblemente para creerse molón y no ha vuelto a tocar una novela en su vida por iniciativa propia, ¿no ves que no sabe ni cómo se llama?". Estoy dramatizando, claro, no me acuerdo de lo que me decía mi subconsciente en ese momento, pero sí tenía pensamientos cruzados de ese tipo.
-Lo he leído tres veces -añadí sonriente-, me gustaba un montón cuando iba al instituto. La escena del ascensor con la puta me encantaba y...
-No me acuerdo de casi nada del libro...
-¿Pero... no era tu favorito?

No sé lo que contestó, no lo recuerdo. Y ya. Fin, ¿no? Que seguro que sobran los comentarios.

Así leía el Hobbit, así, así. Y no tardando mucho llevará esas pintas también.
No me extrañaría nada viendo el rumbo que lleva.

Volveré pronto, I promise, y os contaré el culebrón de antes de irme a Invernalia, pero dadme una tregua (sí, más), que si me pongo de mala leche no me reinicio (restaurarme no puedo, no soy Windows, por suerte o por desgracia, ni tampoco una partida guardada de Los Sims). Os dejo con una cita del presunto libro favorito de ese ser de otro mundo que resume muy bien mis sentimientos en las últimas dos semanas:

“Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz.”


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