-->

jueves, 12 de marzo de 2009

De presentaciones, tiempo que se acaba...

Ni siquiera hemos elegido un nombre para el blog y la dirección tampoco está segura, y aquí estamos, presentándonos, locas por escribir, por desahogarnos, por escupir todo lo que nos callamos a diario (unas veces más que otras). No sé qué sentido tiene esto, si es que tiene alguno... pero allá vamos.

Después de Juno (me encanta tu nombre), me toca a mí:

Me llamo Niebla y no me sé definir. Nunca me sé definir. Y ni siquiera es cierto, la primera frase de mi presentación ya es una gran mentira. Es obvio que no me llamo Niebla, aunque no estaría mal para ponérselo a una hija; para el hijo ya hace mucho que tengo el nombre elegido. De todas formas da igual cómo me llame, aunque tampoco es que lo que vaya a contar sea de una importancia trascendental. Seguramente me queje de todo entrada tras entrada, critique y critique, y ponga metáforas absurdas sobre mis estados de ánimo absurdos. Y también es muy probable que me enrolle como las persianas, justamente como estoy haciendo ahora. Un párrafo entero y no he contado nada. Tan habitual en mí como patético.

Empezaré por lo que hago (y lo que no hago). Lo que hago es vivir para una carrera universitaria que ni siquiera sé si me gusta, y supongo que eso es que no me gusta. No sé. Sé que cuando me pregunto a mí misma si quiero acabar trabajando en esto para el resto de mi vida... el mundo se me suele venir abajo. Justo igual que cuando estaba con mi exnovio y me preguntaba si quería "trabajar" con eso el resto de mi vida. La diferencia es que a él "lo dejé" y a mi carrera no. También es cierto que esa pregunta (la del curro, no la del novio) me la hago cuando tengo días malos. Otros días me encanta lo que hago y hasta me he sentido realizada en alguna ocasión (increíble pero cierto). Y para más información sobre "la carrera maldita" harán falta más entradas.

Comencemos diciendo que estudio en esa facultad en medio del desierto del Sáhara. Creo que ninguna otra metáfora hubiera sido más acertada. Un terreno árido y seco, completamente desfavorable, donde mires donde mires solo ves granos, granos de arena (o en el culo) todos iguales... Y de vez en cuando, un espejismo. Y siempre, siempre, mucho calor. Pero calor desagradable, nada de sensaciones cálidas reconfortantes. Menudo chiste. Odio nuestra facultad, odio a nuestros profesores y odio a nuestra clase en su conjunto, aunque por separado, realmente, no les odio tanto. Pero odio el ambiente, las mentiras y, más que las mentiras, todas esas verdades a medias que nos venden día tras día.

Espera un momento... ¿qué ha sido de mi odio visceral hacia toda esa gentuza?

Joder, tengo tantas cosas que contar, tantas cosas que decir... que es imposible decir nada en una entrada. Es imposible presentarse. Hasta en el maldito mundo internetil el tiempo pasa y pasa sin que te des cuenta y cuando te quieres enterar, no has contado nada. Tal como mi triste vida: el tiempo pasa y pasa, y cuando hago balance, apenas saco nada, aparte de algún que otro escarmiento que no es tal puesto que, si Juno tropieza 4 veces en la misma piedra, yo lo hago 5.

Y voy a echar el freno, al menos por hoy, porque no ha salido nada productivo, ni gracioso, y ya no creo que salga. Mañana hablaré de la "pequeña zorra", y otra fauna del Sáhara y alrededores.

No hay comentarios :