-->

lunes, 12 de septiembre de 2011

Esa sensación de falta de aire


Muchas veces me hago miles preguntas, miles de por ques, y realmente me siento como si tuviera cinco años. Se que no importa que tipo de preguntas haga, por que por mucho que me esfuerce nunca encontrare una respuesta que me satisfaga.

Es la sensación de falta de aire, de ahogo, de sentir una presión en el pecho. Es como si alguien te apretara fuerte con un puño y no pudieras respirar. La sensación de ansiedad.
Una vez Niebla me dijo que yo necesitaba motivos para estar bien, para sentirme bien, y supongo que tenía razón.


Soy Juno, alcohólica y drogadicta anónima. Me siento sola y vacia, nada consigue hacerme feliz.
Sacando a mi perro he tenido una visión, como si grabara con una cámara desde detrás la escena de mi muerte. Un hombre desconocido bajaba de su coche, un asesino, y por detrás me apuñalaba….No he tenido miedo, mas bien todo lo contrario, me giraba mirando a los ojos a mi asesino agradeciéndole por haberme ahorrado el pesar de seguir existiendo.

Ahora ya no tengo a quien echarle la culpa por sentirme asi. ¿Cómo me siento? Es algo inexplicable. Supongo que debí morir cuando recibí aquel email del gnomo diciéndome que se alejaba de mí, o quizás el sábado cuando el ciruelo me miro con prepotencia y asco, o quizás mejor aún…cuando me di cuenta de que uno de mis sueños (mi carrera), ahora se esta convirtiendo en mi tormento.

Se que ni mi amiga, ni el ciruelo, ni el gnomo, ni nadie son los responsables de que este en este estado. Ni si quiera quiero escuchar canciones patéticas, por que creo que he sobrepasado el nivel de patetismo para una persona con mi edad.

Sola…no por que no tenga un macho a mi lado…sino por que realmente me siento sola.

Me regalaron una bruja de los deseos; esta vez si que pedí uno para mi, como no ponía límite de deseos pedí mas de tres, así el cuarto lo reservaba para mi; de todas formas es el que menos me importa. No creo en brujas de los deseos, gatos negros de la mala suerte. El gnomo me abandono cuando portaba mi colgante de la suerte. Ahora tengo un llamador de ángeles, pero por mucho que lo hago sonar, el ángel sigue estando inexistente.

Todo me va bien, tengo un trabajo, 27 años, “amigos”, vivo en casa de mis padres, tengo un coche, dinero… Soy feliz como una perdiz, mi mundo es rosa y los principes azules hacen cola para estar a mi lado. Tengo una agenda repleta de citas para café..
¿Qué mas se puede pedir?

No hay comentarios :