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jueves, 8 de diciembre de 2011

Mío, mío, mío, mío.

Se acabó leer mensajes a oscuras a las 2 de la mañana en la cama hasta llegar a la máxima ciruelación. Se acabó mirar fotos en el móvil, se acabó leer la cadena de sms de hace un año. No volveré a leer ese sms que decía: "A ver, quedamos a las 10 en el bar que hay en frente del cine? Da toque si sí". Ese mensaje maldito que no tenía por qué significar nada pero ya sabía lo que significaba.

Me han robado el móvil. Vamos, se me cayó, alguien lo encontró y se ve que le gustó. Lo primero que pensé fue: "Menos mal que no me da por hacer Scarlett Johansoning". Lo segundo que pensé fue: "Ahora no puedo llamar a este aunque quiera... bueno, sí, le pido el móvil a cualquiera de los otros". Lo tercero que pensé fue: "He perdido el móvil del Duendecillo".

Supongo que será divertido cuando en Navidad me empiecen a llegar sms de gente que sólo da señales de vida por esas fechas para hacer el acto bienqueda del año y yo no tenga ni idea de quién es cada uno...

Lo que más me jode de que no me hayan querido devolver mi teléfono es que yo sí lo habría devuelto, aunque fuera un smartphone de esos, y no es el caso porque no lo era, pero tenía cierto valor sentimental por él mismo, porque me llevó hasta B. De hecho Juno y yo lo llamábamos del Bphone. He perdido el Bphone. Y me jode, coño, porque yo he devuelto un móvil y una cartera. El karma es un timo.

Y no quiero un HTC ni una blackberry... quería mi Bphone. Jo.


-Párrafo borrado sobre la patética noche de ayer-.


Ahora tengo que llamar a la compañía de teléfono para que me desbloqueen las llamadas y pasarme de 7 a 9 mirando al móvil indecisa sobre si llamar al puto Hobbit o no llamarle, cuando todo el puto mundo me dice que lo haga. Con miedo. Con nervios. Con temor a oír tonos y tonos y que no lo coja, que no devuelva la llamada. Con temor a que lo coja y reaccione de forma incómoda. Con pánico a que lo coja y me diga algo que no quiero oír y que no cambiará porque yo no le llame.

Así que esperemos que esté bien y que yo gane la apuesta que hice ayer con Juno de que estará milagrosamente recuperado para la próxima (muy próxima) fiesta de la Gafapeist.

Y con esto y un bizcocho, me quedaré pensando en si telefoneo o no de aquí a las ocho.

Feliz puente.



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Edito: He encontrado el móvil que usaba durante la carrera... No sólo tengo el número del duendecillo, sino la mayoría de sus malditos sms. Y encima empiezo a entrar en zona hora peligrosa con mis llamadas desbloqueadas y un Hobbit enfermo que lleva ya una semana casi sin darme señales de seguir viviendo. Mierda!

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