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miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Destino?

Esta mañana me he despertado con un email de mi hostmum irlandesa, que he leído desde la cama, en el móvil. Me preguntaba que si es posible cambiar el billete para ir antes (por ciertas razones). Eso implicaría pasar aquí muy poco tiempo entre mi beca en Inglaterra e irme allí. He pensado que si quizás sería el destino quien lo quiere así, dejarme prácticamente sin oportunidades de coincidir con el Hobbit en mi ciudad en esas fechas, sin prácticamente posibilidad de verle después de mi partida en abril.

El otro tema que se ha cernido sobre mí ha sido el de los resultados de las pruebas médicas. No voy a cambiar los billetes sin saberlos, porque quizás no pueda ir en ninguna fecha. Me he empezado a agobiar pensando en ello. Estos días he estado pensando en llamar al hospital a ver si me dicen algo, pero no lo he hecho por lo siguiente. Por un lado, sabía que casi seguro no me dirían los resultados por teléfono. Por el otro lado, por lo mismo que no lo hice hace 3 años: por miedo. Es ridículo porque saberlo más tarde no cambia nada, pero los humanos somos así. Yo hace tres años sabía que las cosas estaban mal, pero estaba siendo muy feliz y cerré los ojos hasta el último momento, cuando no me quedaron más cojones.

Hacia el medio día me empezaron los sudores otra vez. Llamé al hospital, a diagnóstico. El corazón se me salía por la boca. "Si quiere hablar con resonancia, pulse 1. Si quiere hablar con el centro P, pulse 2. Si quiere saber si ya puede recoger los resultados de su estudio, pulse 3". Y pulsé y mientras sonaba una música muy agradable me di cuenta de que no era capaz de sujetar el teléfono sin que me temblara la mano. Saltó un contestador que me decía que probara a llamar más tarde. Probé a los tres números, pero nada. Eso también me lo esperaba; que te cojan el teléfono ya es un triunfo. Abrí el Google Talk en un arrebato de desesperación.

Yo: Oyes, ¿tú sabes dónde trabaja el Hobbit?
Yo: o dónde vive

Gunter: En -nombredemultinacional-
Yo: Ya, joder, eso sí, digo físicamente, donde esta el sitio donde va a trabajar.
Gunter: Ronda de la comunicación
Gunter: o ciudad de la comunicación

Gunter: algo así
Gunter: y vive en -nombre de barrio de madrid-
Yo: ok
Yo: eso donde está, a las afueras?
Gunter: estás planeando un atentado contra su base nodriza? XD
Yo: jajajajajajaja no
Gunter: está al norte, no se si a las afueras, pero en Madrid ciudad no está
Yo: tu cuando tienes que volver a madrid?
Gunter: el lunes

Gunter: pero no puedo llevar explosivos en el tren
Yo: xD idiota eres
Gunter: es que a veces me hacen pasar la maleta por el escáner


Mi madre dice que Gunter y yo deberíamos haber acabado (o seguido) juntos.
El caso es que, como le dije a Gunter, me vino a ver B con que él tenga que ir a Madrid la semana que viene, porque sólo de pensar en pedirle al Hobbit que fuera a por mis resultados me daban ganas de vomitar (literalmente, me venían arcadas y me mareaba). En realidad no puedo encontrar una persona mejor que Gunter, que terminó su tratamiento contra un linfoma hace casi 2 años, para pedirle algo como esto. Además, se puso triste con lo de irme antes a Irlanda y me dijo que le dijese a la irlandesa que tenía exámenes.

Seguí llamando por teléfono sin resultado hasta que se me hizo la hora de irme al club de lectura de la universidad (estuvo genial y estoy más animada en parte por ello; vino la autora de un libro que habíamos leído y ha sido genial). Después me fui con dos compañeras de clase a comprar un reproductor mp3 de una oferta de un supermercado: 15 euros y un brazalete para hacer deporte (yaoming) de regalo. Con él a lo mejor me animo a volver a hacer mis trayectos rutinarios a pie de nuevo.

Al llegar a casa estuve buscando el billete de autobús a Madrid, a ver si no lo había tirado, para comprobar la fecha de las pruebas, ya que como he pasado demasiado tiempo en la cama no estaba segura siquiera de cuánto tiempo había pasado. Suspiré y lo comprobé en el calendario: tres semanas. "Habrían llamado para hacer las otras pruebas", pensé, "Nunca han tardado tanto en llamar cuando han visto algo para pedirme más pruebas". Suspiré. "Por favor, B, ayúdame, te juro que esta vez he aprendido, he aprendido". Como si de eso dependiera algo. Como si las cosas pasaran por algo y no simplemente porque sí.


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