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domingo, 12 de enero de 2014

Autocompadecimiento, huidas, dietas y hobbits

Madre mía, casi ni recuerdo haber escrito lo de ayer.

No soy capaz de madrugar para estudiar y esto es un desastre. Pienso en ese puto ser y me amargo yo sola, a pesar de que me digo: ¡No, Niebla, fuera los malos pensamientos!

Sigo sin contestarle al whatsapp, es que... ¿para qué? También me disgustó perder el curro que tenía apalabrado y empiezo a autocompadecerme pensando que las cosas no me salen bien.

Sigo con los tripis que me están haciendo diabética porque en la seguridad social no me dan ni para el endocrino hasta dentro de dos meses y al médico de Madrid ya ni hablamos, está siendo una odisea conseguir cita para marzo, que es cuando me toca ir. Piensas que te has deshecho de un tumor sin ser ni siquiera seguro, pasas un puto infierno de tratamientos y encima luego te vienen los siete males. Lo que os dije, si de supervivencia del más fuerte se tratara, me habría muerto ya unas cuantas veces.

Después de todo no llevo el examen tan mal, lo aprobaré, pero este año tenía aspiraciones de sacar buenas notas porque el año que viene sale una beca para UNA sola persona a la Universidad de Norwich (una de las mejores de UK) y quería tener una media lo más alta posible. Pero con esto me he desanimado.

Sin embargo, estoy mejor que hace unos días... He decidido que los pantalones del armario (al menos algunos) me van a volver a valer, pero como no creo en las dietas hipocalóricas pues he empezado a hacer la que hice hace año y pico que me funcionó por encima de mis expectativas, basada en los índices glucémicos de los alimentos y sin restricciones de cantidad. No es la Atkins ni la Dukan, eh. El tema es que no creo que ahora me sirva de demasiado porque tengo un desequilibrio metabólico importante, pero bueno...

Además, he decidido que voy a huir del país igualmente, aunque sea lo comido por lo servido, y ya me he registrado en una web de familias que buscan AuPair en Irlanda e Inglaterra.

Tengo que remontar. Y volver a ignorar al Hobbit. De hecho, voy a borrar su conversación de whatsapp.

Y está. Me da cosa pero es lo mejor. Porque no me quiere. Por mucho que yo en el fondo de mi ser siga pensando que a lo mejor acabamos juntos dentro de unos meses o años, no va a ocurrir, porque no me quiere, no me entiende y le da igual. Y en cierto modo me siento mal por ser yo quién rompiera el contacto, porque me gustaba que me llamara o me escribiera cada día, que se acordara de mí... Pero no llevaba a ninguna parte, sólo a que yo me hiciera ilusiones estúpidas y lo pasara mal una y otra vez, porque, Niebla, no va a volver contigo. NUNCA. Así que no recuperes la no-relación. NO LO HAGAS.

Y eso es todo.

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