Año nuevo, mentalidad vieja

Sacádmelo, por Dios.

¡Que me corten la cabeza! (voz de la malaca de Alicia en el País de las Maravillas).


Ay, estoy en fase.

Como tenía pocos problemas en mi vida (a ver, estoy dramatizando, ¿vale? Porque yo soy de dramatizar). ¿Qué decía? Ah, sí, que como tenía pocos problemas en mi vida ahora tengo uno más... Resulta que cuando estuve en UK y en los últimos tiempos pues me di un poco (vale, bastante) a la buena vida y dejé de hacer la puta gimnasia que tengo que hacer, con lo cual mi estado físico es deplorable pero es que, joder, lo odio, maldita sea, es mi blog, lo puedo decir: ODIO HACER DEPORTE.

A lo que iba, que peso 13 kilos más de lo que pesaba el año pasado por estas fechas. Sí, es una barbaridad de la vida, lo sé... El caso es que fui al médico por otros síntomas y como también tengo hipotiroidismo subclínico (para mí las enfermedades son como pokemons y me tengo que hacer con todas) pues me empezaron a mirar y yo que soy tope espabilada y tengo una carrera que no uso para nada empecé a mirarme las glucemias por mi cuenta y vi horrorizada que las tenía como un maldito diabético.

Así que en esas estoy, chicas. Soy una sinvergüenza que no os ha contestado a los comentarios y no ha leído vuestros blogs (pero en cuanto acabe exámenes lo haré, lo juro).

El caso es que la medicación que tomaba para lo mío (parezco Benito el de "Manos a la Obra") me ha descompensao hormonas por otro lado y ahora me veo en estas circunstancias de angustia vital esperando a que pasen los exámenes para que me hagan las pruebas pertinentes y a ver si es reversible.

Y mientras tanto, trato de estudiar y de olvidar que el hobbit no me ama y que no me vale ningún pantalón del armario (bueno, los del chándal). En otra ocasión os hablaré de lo que me jode esto, de lo que me jode la sociedad y los putos cánones de belleza femeninos.


Mierda de entrada. Encima estoy muchísimo peor de lo que parece. Ahg.