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lunes, 10 de octubre de 2011

Fake de mundo



Vivimos en una sociedad que en ocasiones me da mucho asco.

Lógicamente, tiendo a rodearme de gente más o menos afín a mí, y por ello me da algo menos, pero a veces incluso a ellos (quizás incluso a mí) se me escapen ciertas frases que dejan entrever que vivimos en una sociedad realmente asquerosa.

Tengo un amigo/conocido (le tengo aprecio, pero amigo, amigo, pues no es) que tiene un complejo enorme porque está gordo. Y sí, lo está. Probablemente tenga una obesidad grado II, que afecte a su salud que es lo que debería preocuparle. Pero no le preocupa eso, le preocupa cómo le vean y le juzguen los demás.

He pasado muchas horas intentando hacerle entender que en realidad el físico al final no es tan importante (te das cuenta con los años de que no sólo eres tú la única persona que mira el interior de las demás; te das cuenta de que el tío más buenorro de la clase se ha follado a media universidad pero ha terminado felizmente saliendo o incluso casándose con la fea, o gorda, o plana como una tabla de planchar, la coja, o todas esas cosas a la vez).

Me he pasado semanas intentando convencerle de que puede ponerse en bañador en público porque nadie va a reírse de él, de que puede quedarse en camiseta de manga corta, que a la gente no le da asco.

Realmente estoy muy harta del canon de belleza de la delgadez, de la delgadez como sinónimo de belleza, estoy hasta los mismísimos cojones porque desde que era niña he tenido gente a mi alrededor realmente perjudicada con este tema, gente que las ha pasado muy putas, gente que ha terminado con unos trastornos de la alimentación muy serios... Y hasta conocí a una chica que se suicidó por este tema. Así que no estoy para gilipolleces ni para que me toquen los ovarios.

Y hoy me los han tocado. Me los han tocado porque realmente yo no pensaba que la gente fuera tan así... Estar alejada de las aulas ha hecho que olvidara el mundo tal y como era, y sobre todo que olvidara la frivolidad de la adolescencia.

Coincidencias de la vida, este chico del que hablo ha terminado viniendo a mi clase. Como le conozco desde hace aproximadamente un año (por medio de la Gafapasta, que es su mejor amiga), pues al llegar a clase y no conocer a nadie más, me he sentado con él. Y hasta hoy. Porque estoy a gusto con él, porque se puede hablar con él, entiende mi humor y el suyo va en la misma linea que el mío... Peeeero... parecía que él tenía ciertos problemas para relacionarse con la gente, es hipertímido, muy introvertido... Yo pensaba que la gente, al ver que casi no habla, pensarían que es un borde, o es raro... y que en parte era culpa suya. Pero el mundo da asco, da asco en realidad. Él tiene razón.

Llamaremos a este chico "Bob" porque le gusta Bob Esponja y hay que llamarlo de alguna manera.

Un día de estos, contando al Hobbit mis aventuras de clase, le dije que un profesor joven (y con bastante morbo, todo hay que decirlo, aunque a él no se lo dije, claro) no paraba de mirarme en clase, de explicar las cosas mirando para mí... todo el rato mirándome. La respuesta del Hobbit: "Estaría pensando que qué coño hace una tía como tú sentada con un tío como Bob". No le di más importancia. Tampoco os vayáis a pensar que soy un pivón porque no, soy una tía normal, de las que pasan desapercibidas por la calle y luego ya sabemos, para gustos los colores.

El caso es que hoy, llegué a clase y la gente estaba toda revuelta, no estaban en los mismos sitios que otros días, así que me senté en el que vi libre. Luego llegó Bob y se sentó dos filas más adelante. Tuvimos que hacer un trabajo en grupo que obligó a juntarnos varias filas. Al pedir los nombres, una de las chicas que estaban allí (una choni, o cani, o como queráis llamarla, pero pareció totalmente asquerosa) me dijo: "¿Ese chico y tú sois primos?". La pregunta era estúpida, puesto que ni siquiera coinciden los apellidos. Contesté negativamente y la Choni me dijo: "Es que como os sentáis en casi todas las clases juntos...". A lo que contesté: "¿Y qué tiene que ver? Nos hemos sentado juntos porque nos conocíamos de antes...". Luego resultó que la Choni en cuestión sí es prima de alguien, ni más ni menos que del mejor amigo de Bob, también bien conocido por mí (digamos que yo soy su Gafapasta, por lo cual su novia me odia a muerte). Desde el primer momento supe que a él no le caería bien su propia prima. Cuando le dijimos que estaba en nuestra clase su contestación fue: "Es una zorra". Así, tal cual. Si cuando yo digo que calo bien a la gente...

Estuve pensando sobre ello a la hora de comer... pensando si sería la edad de la gente, los prejuicios o qué exactamente... ¿Por qué la gente me hablaba a mí a él no? ¿Tenía él razón?

La cosa se remató por la tarde cuando un macho me hizo una pregunta parecida: "¿Tú y el chico ese sois familia o algo?". Es como si a la gente se le hiciera raro que "alguien como yo" hable con "alguien como él". Como si él fuera distinto a los demás por ser gordo. He visto como le miran, y hasta cómo le señalan cuando está de espaldas. Y como me toquen más los huevos, acabaré a mal con más de uno, lo veo.

En fin... me estoy alargando, así que ya seguiré divagando en próximos capítulos, que yo tampoco soy una santa y también tengo mis malos pensamientos.

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