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jueves, 7 de marzo de 2013

Bienvenidos a mi sitcom (parte I)

Y es que cuando M me dice que mi vida parece una serie de televisión tiene toda la razón. Tampoco sé si una sitcom, porque ha tenido muchos puntos dramáticos los últimos años, pero bueno, también Mujeres desesperadas los tenía. De hecho estos cabrones me han dicho mil veces que soy como Susan, cosa que no me acaba de molestar del todo porque yo amaba a esa mujer.

Al tema: al medio día escribí una entrada. Hasta la publiqué y todo pero luego me pareció que igual era una sobrada porque encima era muy larga (qué raro, como si esta no fuera a salir kilométrica) y la devolví a borradores. Ahora, antes de contaros absurdeces de mi día, os voy a pegar los últimos párrafos que escribí:

"¿Qué, flipando porque no he hablado del Hobbit hoy? Pues ya está, ya lo he hecho. Tengo que decir que el Hobbit (como ya he dicho en otras ocasiones) los únicos deportes que practica son el fapping y el sillón ball, aunque la naturaleza le ha dotado de unos genes que cualquiera pensaría que sale a correr y hace pesas cada día, es todo fibra el cabrón. La realidad es que le haces andar más de 30 minutos o subir una cuesta y se te ahoga (too many cigarrettes). Ni siquiera le gusta el fútbol, no creo que sea capaz de decir más de 3 ó 4 jugadores de un equipo, ni siquiera del Real Madrid o el Barcelona. Si lo pienso es que el Hobbit no muestra interés por nada en esta vida, porque pasa hasta de las cosas que tienen que ver con lo que teóricamente sería "lo suyo", lo que ha estudiado. La verdad es que es nulo con los instrumentos musicales, pasa de los deportes absolutamente, es un zote en la artes plásticas (o eso dice, yo lo que creo es que es un dejado que ni ha probado), no le gustan los animales (y yo los AMO), empezó los libros de "Juego de Tronos" y los dejó porque decía que el lenguaje era "muy denso"(pa'fliparla), escribe como un cani retrasado (como los de ginasia de hoy, que sé cómo lo hacer por los que tengo en las redes sociales) y ve el Sálvame. No sé cómo luego me extraña que Juno me diga que un tío tan rancio no me pega nada.

Hay que ver cómo me he enrollado. Pero ya, con esto y mi tercer café hoy, me voy a arreglar para ir a la inauguración de una exposición que promete muchísimo y que contará en tal evento con la presencia del profesor que más he amado nunca (me dio clase el año pasado). Es ese con el que soñaba que triscaba en su despacho, ¿os acordáis? Luego tomaré un algo con mi amiga Pé y me temo que con su amigo el flipado, el prepotente machista aquel, con cuya reflexión respecto a mí (confesada a mi amiga) os dejo para despedirme:

"Yo soy un caballero con las chicas, pero a tu amiga la empotraba hasta desfallecer"."



Qué cabrona sois alguna que acabo de ver que la entrada tiene una visita; alguien que está suscrito a las entradas, cosa que, de ser cierta, me halaga. Pero que sepáis que las suelo editar 2 ó 3 veces todas, porque soy una ansias para todo en la vida (ya lo deberíais saber) y rara vez leo nada antes de darle a publicar. Luego lo leo y corrijo erratas o añado o cambio frasecillas.

El caso es que fui a la exposición esa con el profesor (ex-profesor mío), ese que me pone burranca perdida. Al acabar la presentación pasamos a la sala de exposición, me hice unas foticos con él y con sus creaciones con la excusa de subirlas al blog (a este no, obviamente xD), y luego ME DIJO QUE SI QUERÍA IR A TOMAR UN CAFÉ CON ÉL. A ver, estábamos charlando allí y me dijo que si íbamos a la cafetería que hay al lado del campus. Así que whatsappeé a Pé y le dije que no podía ir con ella, que el buenorro este me había dicho si quería ir con él... Y así, no sé bien cómo, me pasé hablando con este hombre tres horas. Tengo que decir que el tío (al que ya investigué cuando me dio clase, faltaría más) es psicólogo especialista en sexualidad (si es que parece que me lo invento, como el ex de la bloggera Perfect Contradiction, por eso al Hobbit ni se lo voy a contar). Si ya tenía la impresión en clase de que cuando me miraba me leía mi sucia mente, imagináos hoy cómo estaba yo. Ah, me saca 7 años, que no es tanto, no os imaginéis un viejo porque no. Pero tampoco un tío bueno porque tampoco. Me da morbo (MUCHO) pero no es nada fuera de lo común físicamente hablando. Todo su encanto reside en su forma de ser, de vestir, de hablar...en lo que tiene que residir, vaya.

La verdad que no ha pasado nada extraño, esa es la verdad, y también tengo que decir que me consta que no soy la primera ni la quinta ex-alumna con la que se toma un café. Si a todas les dio matrícula de honor o con todas está hasta las 10 de la noche, eso ya no sé.

El caso es que llego a casa de subidón, miro el móvil y el jodido Hobbit me ha mandado un mail, a las 9, mientras yo estaba con el profe. No hablaba con el Hobbit desde el domingo, adrede. Sí, adrede, porque no había querido yo. El lunes no se conectó a internet en todo el día, y mi cabeza enferma pensó que a lo mejor había quedado con alguna becaria de su trabajo. No sé si estoy pirada de verdad o me digo cosas así pa'quitarmelo de la cabeza, qué más da. El caso es que ayer sí que coincidí en el chat con él, me habló y lo desactivé sin contestarle. Luego estuve escribiendo en los muros de amigos comunes, con lo que se daría cuenta de que seguía conectaba pero que había quitado el chat y le había ignorado vilmente. Hoy hice lo mismo al medio día (pero sin querer) y como este ser tiene un mecanismo machil a tope (más pasas, más te sigue), pues mira, por la noche me escribió un mail, para preguntarme qué había pasado con una avería que tuve en el portátil y que se me ofreció a arreglar gratis ahorrándome así unos 300 euros. Me escribió y me preguntó si había pensado qué hacer, que si pedía la pieza que hacía falta o qué. Muy hobbital él, eh, que el mensaje era tal que así (respetaré su "ortografía"):

"k a pasao con lo de la *inserte aquí palabro tecnológico en inglés*??? las pedido???"

MI CARA (haced click)

Pa haberse hecho un esguince en un dedo del esfuerzo, ¿a qué sí? ¬¬.

1 comentario :

Desventuras dijo...

jajajajajaja creo que soy un poco como el Hobbit pero yo no tengo la suerte que tiene él de tener un cuerpo fibroso, yo más bien sería una del cuadro de las tres gracias de Rubens, debido a mi asquerosa pereza, ah! y también me encantan los animales jajajjaj.
La historia del profesor me ha recordado a una que tuve hace tiempo, aunque la protagonista fue una amiga, no yo. Al menos te alegrabas la vista ;)
PD: tu acosadora personal te manda un abrazo (RB)