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lunes, 18 de marzo de 2013

Pensamientos a tu servicio.

Voy controlando algo la enajenación mental que me dominaba (no tiene otro nombre, es eso), aunque no como debería. En lugar de poner los pensamientos a mi servicio, como leí por ahí no hace mucho, intento desterrarlos un poco, ya que he llegado, incluso, a entrar en bucles absurdos como creer que si pienso algo lo termino provocando y que al final soy yo quién provocará alguna situación desagradable para mí, alguna situación en la que yo sea el personaje secundario que sufre el daño colateral pero a nadie le importa. Después de todo, ya provoqué con mi mente parte de la situación de la Voz. Cunado decidí que debía pararla, que no podía ser, también la logré parar.

Esto no se asemeja, primero porque no ha ocurrido nada, digamos que un 80% son películas de mi cabeza, aunque no estoy segura de que tanto. Segundo, es diferente porque la Gafapasta no es comparable a la Voz, ni de lejos. Y es que parece que haya sido a mí a quién Lennon (su novio) haya engañado, porque he pasado un fin de semana de somatización del estrés que cualquiera lo habría pensado.

A ratos tengo pensamientos muy muy rotundos, en los que me digo a mí misma que sí, ya sé cómo va a terminar pero mira, me aguanto, al menos alguien será feliz, gente que, al fin y al cabo, merece ser feliz. Entro en una especie de autocompasión en la que llego a decírmelo a mí misma, acompañado de un "no sé de qué te extrañas, es obvio que para ti no hay final feliz". Y así caigo en un cúmulo de errores progresivamente, como dar por hecho que la felicidad pueda llegar a depender de eso. Me hundo en mis propias críticas, soy víctima de lo que critico a otros.

Entrar en estas espirales no puede ser más peligroso, porque me vienen infinitos deseos de inmolarme cada dos por tres, aparte del deseo compulsivo de estar al lado del Hobbit constantemente. Es una especie de Hobbit-dependencia, que de momento no me hace demasiado daño porque él me corresponde más o menos bien, pero en el momento en que yo tenga la sensación de que me huye, todo se vendrá abajo.

Es obvio que cuento esto aquí, que no me conoce nadie, mientras en mi vida intento mantener la compostura y la normalidad. Y sí, soy muy consciente de que lo que me está pasando es obsesivo y nocivo para mi salud e intento controlarlo. De verdad, lo intento, lo hago lo mejor que puedo.

Supongo que al fin y al cabo se trata de vivir la vida y no ser tan dependiente emocionalmente. Aunque me ocurre como a esos perrillos de dueños poco cariñosos, que aunque apenas reciban los mimos de su dueño ellos les quieren, sigue ahí, fieles, y son felices a su manera porque es la única vida que conocen. No es exacto, claro, conozco más vida (aunque mucha fue peor, todo sea dicho).

Ayer me despedí de él, fui yo quién le dijo que si quería ir a tomar algo, ya casi a la hora de cenar. Lo pasamos bastante bien; últimamente lo pasamos bastante bien cuando salimos solos, se nos pasa el tiempo rápido y ayer, de hecho, me acompañó de vuelta hasta donde me acompañaba cuando salíamos ("oficialmente"). Hablamos un poco de la Gafapasta, claro está, pero el resto del tiempo lo dedicamos a cosas bastante poco Hobbitosas, sobre las que era él quién preguntaba. Me preguntó a qué me dedicaría si tuviera mis necesidades económicas cubiertas de por vida, o qué actividades "profesionales" desarrollaría sin remuneración. Pareció muy emocionado cuando le dije que tenía una semana libre después de semana santa, en la que quiere que vaya a Madrid y, atentas, porque esto ya es de traca, quiere que vayamos a la gala en directo del reality ese que va ya por su décimocuarta edición. Que lo dice en serio totalmente, eso es lo más preocupante de todo.

Todo es rarísimo y me confunde un montón, porque, siendo sincera, yo creo que hace tiempo que no está enamorado de mí y veo muy dificil, por no decir imposible, que vuelva a estarlo. ¿Y yo? A mí me encanta estar con él, me siento bien. Cuando vuelvo a casa después de haber estado bien, soy un poco más feliz. Y me pone bastante, claro. A él le gusta estar conmigo y es obvio que le atraigo físicamente, pero supongo que no basta. Tampoco soporta que me "relacione" con otros tíos, pero eso tampoco es amor. ¿Y qué coños es amor? ¿La obsesión mía es amor? ¿La obsesión que tenía Juno por el Gnomo es amor? ¿La que tenía la Gafapasta por Lennon, que la ha engañado después de 5 años de relación? Tenemos la manía que crear estándares, de poner etiquetas... También creo (lo veo y me lo dicen "mis cercanos/as") que algo le frena, como si tuviera miedo, o como si le faltara algo. En parte veo el problema el la idealización inicial. Creo que ese freno que se pone a sí mismo, quizás esa sensación de agobio que le entra cuando se da cuenta de que se está comprometiendo, no la tendría con la Gafapasta. Llamadme obsesiva, pero creo que es con ella con la única persona del mundo que no la tendría. Es que sí, terminar con ella sería su sueño hecho realidad. Mi mejor amigo, al principio, cuando me preocupaba por ella, me decía: "Es su Duendecillo". O sea, su amor platónico, su ideal, alguien que le ha gustado siempre. Aunque él nunca (de momento) ha estado con ella. También mirad cómo acabó lo mío con el Duendecillo... En fin, que más me vale intentar racionalizar en todos los sentidos o lo voy a pasar fatal. Me dijo que este fin de semana no vendría, porque sólo trabaja en Lunes Santo y no quiere hacerse ese cacho de viaje para un día (es lógico y me lo imaginaba), y durante la semana no sé si piensa estar aquí o irse a la Comarca. Al menos sé que respecto a la Gafapasta (que está hecha mierda la pobre mujer, también la vi ayer, y en ese momento me sentí fatal y culpable por mis pensamientos eternamente egoístas y obsesivos) estará fuera durante toda la semana santa, lo que, sí, volved a llamarme obsesiva, me consuela. Supongo que esa semana y, si voy con él a la capital (que no lo veo NADA claro), la siguiente, serán las que decidan si intento rendirme de nuevo, a poder ser para siempre. El cuento de nunca acabar, ¿verdad? Ya, a mí me lo vais a contar.

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