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viernes, 1 de marzo de 2013

Las traiciones no vienen de tus enemigos.

He llorado como si tuviera siete años, he paseado por la casa como alma en pena con un pañuelo de papel de la mano mientras esperaba a que subiera el café.

Mientras yo escribía la entrada anterior esta mañana, el Hobbit se dignaba a escribirme un email. Ni siquiera era la contestación al mío. Pero no lo vi antes de ir a clase y en clase no miré el teléfono porque creía que no lo llevaba encima.

De camino a la universidad escuchando el cd maravilloso que me regaló M el día que fui con él a la playa y nos despedimos, justo una semana antes de mi inmolación en la fiesta del año pasado, mi cabeza continuaba haciendo puzzles con las conversaciones de ayer. Entonces, de repente... ZAS. El amigo común del Hobbit y mío no había dicho que lo de la amiga de Amy fuera el pasado fin de semana, sino otro, que no lograba recordar. Tengo confianza con él y pensé que no pasaría nada si le preguntaba, así que llegué a casa y me conecté a una red social maldita y le escribí un mensaje. Antes de que fuera contestado, abrí el correo y ahí estaba, el correo del Hobbit. Preguntaba que qué tal en la fiesta, que le contara con quién había estado, que había visto fotos de mi mejor (sic) amigo y yo no salía (no sé qué fotos ha visto este porque salimos juntos en casi todas las que yo he visto). También decía que venía hoy pero que al final iría al concierto de esta noche porque mi mejor (sic) amigo le había escrito para decirle que tenía una entrada y también iban Amy y otra chica amiga de ésta (diferente a la del finde aquel, eh), así que finalmente iba a ir (el martes me dijo que no iría).

Todo me pareció algo confuso y pensé que de no preguntarme si quería ir yo, sería que la entrada era regalada. Así que contesté instantaneamente para preguntarlo. Antes de que el Hobbit contestara, me topé en otra red social con comentarios públicos de Amy a mi mejor (sic) amigo dándole las gracias por darle entradas para ella y su amiga.

Creo que eso es tuyo...
Mi mejor (sic) amigo y yo hemos estado distanciados las últimas semanas, pues su novia es una jodida arpía (lo siento, pero es la realidad) y ha llegado un momento en que ya casi ni nos vemos y se ha sentido ofendido por cosas que no han ocurrido, con unos cambios de humor super bruscos, de los que estoy convencida que es responsable ella. El viernes pasado me escribió disgustado por la situación y ayer estuvimos hablándolo con el puntillo, que es como mejor se hablan estas cosas porque se exaltan los sentimientos de amistad. Después de hablarlo y abrazarnos, le dije que ya me había dicho el Hobbit que le había tocado una entrada para el concierto. Él me dijo que sí, y que iban a ir también Amy y la amiga. Sin más. Es probable que yo dijera que me gusta el grupo pero no puedo permitirme pagar ese dineral de entrada porque estoy intentando ahorrar ya que me estoy quedando pobre del todo. 

Cuando he leído los comentarios entre él y Amy me ha dado un vuelco el corazón, mucho peor que con cualquier mierda del Hobbit. De hecho volví a escribirle al Hobbit, diciéndole que había leído eso y que estaba alucinando, después de la conversación de ayer. El Hobbit contestó instantaneamente, diciéndome primero que le contase cosas de la fiesta y que no le esquivase el tema y segundo, confirmando mis sospechas. A mi amigo y su novia (que odia el grupo porque odia el rock y dice que la música es para bailar y no para amargarse ¬¬) le habían tocado 4 entradas en el sorteo. Una se la quedaba él, obviamente, y las otras se las había ofrecido al Hobbit, Amy y la otra chica. Primero me bloqueé y cuando salí de mi asombro, me puse a llorar. También me puso el Hobbit que si quería ir, me cedía su entrada, que a él le daba igual, o pagábamos una a medias por ir los dos.

No he podido enfadarme con el Hobbit ni echarle en cara su comportamiento de las últimas semanas, y menos cuando me está ofreciendo sinceramente su media entrada (volvió a escribirme hace un rato, otra vez desde el trabajo, insistiendo en que lo decía en serio y que iba a comprarla por internet para no pagar el precio de taquilla). Quizás os parezca una situación más propia de adolescentes, pero yo me he sentido herida y traicionada. Ese chico fue mi primer chico, en la adolescencia. No puedo recordar desde cuando le conozco porque ya íbamos juntos a la guardería, tocamos juntos en el grupo (alguna versión del grupo que toca hoy entre otras) y vivimos juntos durante tres años. Ha pasado por uan enfermedad parecida a la mía y siempre hemos estado ahí, el uno para el otro. En el caso contrario, yo le habría dado la entrada a él antes que a nadie, antes incluso que al Hobbit, sin planteármelo siquiera. 

El concierto no me importa, es la típica situación de que si fuera gratis o barato iría, pero que si no voy me da igual absolutamente. No es eso. Tampoco es sólo el hecho. Es todo: el hecho, las palabras -falsas-de ayer, todo el cúmulo de situaciones... Es algo que no me habría esperado, que si me lo hubieran sugerido, habría puesto la mano en el fuego sin pensar en ningún momento que se me iba a carbonizar como ahora lo está haciendo. 

¿Qué espera que haga yo ahora? ¿De verdad quiere que salga con él y la zorra de su novia mañana a tomar unas cervezas como me pidió ayer? Porque va a ir su puta madre. ¿Cómo ha podido tener la vergüenza de escribirme los emails que me ha escrito, de hacerse el afectado y el dolido por toda la situación? ¿Cómo es posible que sienta que no conozco a una de las personas que sentía que mejor conocía y me conocía? ¿Cómo puede ser alguien a quien quieres tanto tan falso contigo? ¿Cómo pudo tener ayer la vergüenza de venirme con el rollo que me vino? ¿Qué coño le pasa a la gente? ¿Qué mierda de conceptos de amor y amistad tiene todo el mundo? ¿Qué tengo que hacer yo? ¿Salir con la jodida careta de la falsedad también? Maldita sea, que les jodan a todos.


1 comentario :

Desventuras dijo...

Hola Niebla
Me he quedado hecha polvo :( llevo un tiempo que siento bastante empatía, en especial contigo.
¿qué le pasa últimamente a la gente?
Lo que más jode de estas cosas no es lo que te hacen, sino quien te lo hace.
Espero que pronto la gente vuelva a valorar la amistad y que entienda lo que vale la pena conservarla.
un abrazo y espero que se arregle todo :)