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martes, 5 de febrero de 2013

De vampiros, zombies e ilusiones truncadas.

Estoy entrando en un estado de embriaguez que ni siquiera Juno me soporta, mis familiares me observan con preocupación mientras vago por la casa y una de mis mejores amigas me ha preguntado si la estoy evitando o simplemente estoy evitando la vida, cosa que ya me gustaría poder hacer, pero decidme cómo. Sí, me gustaría meterme en la cama y despertar dentro de 6 meses, ahí en pleno Julio, vacaciones y saber si este ser se olvidó de mí para siempre y construyó su nueva vida fuera de estos suburbios asquerosos, si sigue siendo el mismo o fue otro más que pasó a ser un "amigo" de esos de los que casi no sabes nada, como los de la canción de Amaral.

Me duele lo que hace y lo que no hace también, y vuelvo a pensar que... si supiera cómo estoy, se espantaría más incluso. Aunque creo que lo sospecha.

Pero la vida sigue. Los eventos se multiplican. Prometí a mi amiga, la que me pregunta si huyo de la vida, que la acompañaría a comprarse un modelito cerdo para San Valentín. Para el viernes quieren que acudamos a una fiesta de los años 70 a la que solemos ir cada año; el sábado la Gafapasta, que ya sabéis que ahora es bastante cercana a  mí, me intenta convencer de que organicemos una fiesta en el bar de la zorra de ojos verdes, y así despidamos al Hobbit; el domingo, han contratado un tupper sex solo para chicas.

El Hobbit y yo íbamos a disfrazarnos de Sookie Stackhouse y Bill Compton. Me hacía mucha ilusión. Siempre he querido ponerme una peluca rubia. Y disfrazarme con él, porque a mí me encanta disfrazarme. Era una frikez enorme, y maravillosa. Pero con todo este jaleo no hemos vuelto a hablar de ello, y él irá el sábado a trasladar cosas a su piso nuevo, aunque dice que vendrá para estar aquí esa noche... pero qué más da.

La verdad, no pensé que fuera a pasar.
Aunque me lo diga mil veces, como le he estado viendo más o menos regularmente, y viendo cómo él tampoco encuentra a nadie, como se limita aún más que yo, qué queréis que os diga... Lo que ya sabéis, que ahí en el fondo, rezagada pero alimentándose con las migajas que le tiro de vez en cuando, continuaba esa esperanza. Creí haberla matado después del episodio de la cueva y de la voz, pero quién sabe, a lo mejor es un walking dead. Sí, debe de serlo, porque me ha estado devorando el cerebro.

Ahora me gustaría enseñaros la canción patética que toco compulsivamente últimamente, pero tengo que ducharme y hacerme persona para acompañar a mi amiga a comprar bragas.

Os dejo una foto de mi "amiga"Esperanza, Espe para los conocidos. 
Además de resistirse a morir, es bastante falsa, una falsa esperanza.

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