-->

jueves, 21 de febrero de 2013

Feel like a teenager

Me desintegro. Creo que los únicos orificios de mi cuerpo que no expulsan fluidos son mis oídos, aunque sospecho que la infección de la garganta se trasladará a ellos en breve. La semana pasa y a mí estar tanto tiempo dentro de casa no me viene nada bien. Tengo tantas cosas que hacer y me veo en unas condiciones físicas tan precarias que me aturullo, me estreso y creo que somatizo ese estrés, entrando en un círculo vicioso sin fin. Y en otro ciclo sin fin estoy con el dolor de garganta, la lizipaina, los halls y sus efectos laxantes si te pasas con ellos. Y me paso con ellos. Mucho. Yo soy amiga de cualquier cosa que pueda crear adicción.

Esta mañana me levanté y me sentí muy sobrepasada por todo lo que tengo que hacer, el poco tiempo de que dispongo y el estado físico que no me deja. Estaba en pleno ataque de furia contra un vendedor de ebay que no me manda un paquete cuando P me ha escrito un whatsapp para decirme que el presunto Elfo ya se  ha pedido días libres en el trabajo para venir a la fiesta. Ese día propiamente dicho y el siguiente. El siguiente. ¿Y por qué no me lo dice a mí directamente?, os preguntareis. Porque, amigas, el presunto Elfo odia las redes sociales con todo lo que conllevan y no tiene cuenta en NINGUNA. Punto pa él*.

Estoy escribiendo porque es la hora del Hobbit y la ansiedad me va a sobrepasar en breves, en cuanto le vea conectado a la maldita red social de rigor. Ayer, como dije, me mandó un email preguntándome por mi estado de salud, lo que mi amiga P ha traducido como "quiere tenerte atada corta para el día de la fiesta", entre otras lindezas. Yo no estoy tan segura. Por la tarde se conectó al dichoso chat y... supongo que pasó algo parecido a esto, al menos por mi parte, que él igual estaba fapeándose:

Sí, soy como una adolescente. Lo cierto es que una de mis reglas más sagradas es no abrirle conversación primero. En el último año habré empezado a hablar yo como mucho en cinco ocasiones y una de ellas fue el día de su cumpleaños para felicitarle. Y sí, es algo de lo que me siento orgullosa, ¿qué pasa? Sé de sobra lo patético que es, pero peor sería que le abriera yo conversación, ¿o no? Gracias a B doy cada día porque él tiene un Nokia 3310 (true story) con todo lo que eso no implica.

Volviendo a la fiesta, Juno me ha confirmado su no-asistencia, lo cual sé que hará peligrar mi integridad tanto física como moral y si no a ediciones pasadas me atengo. Al menos he convencido a mis amigas de que nos disfracemos de otra cosa diferente a lo de hace tres años, pero no sé si ha sido peor el remedio que la enfermedad, porque el disfraz escogido tiene ciertas connotaciones erótico-sexuales que... Yo no sé cómo me han liado, pero con estas pistas seguro que os hacéis una idea: gorra, esposas, corbata, porra... Sí, hijas, sí, como las estripers, pues así... Si de verdad acabase triscando como quiere P (joder, parece que se la van a meter a ella en vez de a mí) la situación iba a ser cuanto menos pintoresca.

Bueno, pues la hora se me echa encima y ya he empezado a cambiar de pestaña compulsivamente. Llevo una semana bastante out of control en este sentido, ayer el móvil vibró de forma imaginaria en mi bolsillo al menos 10 veces durante la hora en que coincidimos conectados a la vez y le doy más vueltas a todo de lo que sería sanamente normal. El encierro y el no poder hacer casi nada es lo que tiene. Y sigo sin saber si viene el fin de semana o qué piensa hacer. Me estoy indignando cual Elvisa Yomastercard sólo de pensarlo. Que no veas tal peli que ese finde la vamos a ver al cine, que no voy, que sí voy, que hablamos por videoconferencia esta semana (JA!), que tenemos que hacer una escapada este finde, que prepara algo especial para el viernes... Pues genial, ¿eh? Porque además el sábado es 23F, ¡podemos celebrar el aniversario de la primera vez que me mandaste a hacer puñetas! En realidad da igual, todas esas palabras se las ha tragado la tierra, como otras tantas, como a él en ocasiones. Y, de todas formas, estoy hecha una piltrafa, igual ni puedo salir de casa.

Y con esto y un ataque de tos muy sobreactuado os dejo y me voy a hacer algo de más o menos provecho con mi vida.

Besicos virulentos.




----------------------------------------


*El Hobbit tampoco tenía cuenta en ninguna hasta que yo le pedí la suya y se la hizo. Cómo se da la vuelta todo, ¿eh?

No hay comentarios :