-->

sábado, 16 de febrero de 2013

Tú eres la coca-cola...


"Harto de estar tan solo rodeao de mucha gente... te espero derrotado en el bar de siempre". Y pienso que no es una buena idea ir a derrotarme al bar de siempre, porque él también va, y mientras suenan canciones como esta todo mi puntillo alegre se viene abajo de pronto. Sí, debería empezar a ir a discotecas de esas con la música tan alta que no te puedes ni oír pensar.

—Pero Niebla, qué pasa, ¿te ha subido todo el alcohol de repente?
Sonrío, seguramente con cara de alto grado de embriaguez.
—Es la puta canción... Ven aquí...
Le tiro del jersey y le acerco. Nos estamos tocando mucho hoy y me encanta. Me mira y sonríe.
Menuda llevas...
Que no. En serio, estoy bien —mentira—, escucha.
—Escucho —me dice sin dejar de sonreír.
Señalo al techo y canto:
Tu eres la Coca-Cola yo soy el wisky barato... No me digas que no es de lo más bonito que te pueden decir.
Se ríe.
—Sí, vamos, es de un romántico...
—Te he extrañado. Bastante. Estos días.
Se le escapa una risilla.
Pero si nos estamos viendo más que si viviera aquí... antes casi tenía que ponerte una pistola en la sien para que salieras un viernes... y ni por esas. Y ahora porque hemos coincidido, que ni me has contestado al mensaje...
—¿Qué mensaje? No lo he visto...
Es cierto. Saco el móvil e intentando entrar en los mensajes me doy cuenta de que sí voy menos sobria de lo que me gustaría... 

"Ya estoy aquí :) ¿te veré esta noche? "

A la mierda todo ya. Si es que encima lo ha escrito sin faltas de ortografía... a eso sí que no me puedo resistir.
—Ven...
Le abrazo y me abraza. Tengo que decir en mi defensa que hacía menos de diez minutos era él quien me había dado un abrazo así, de repente, porque sí. Me da un besico en el pelo y oh, ¡hola B!, creo que estoy viendo a B saludandome a lo lejos... (B está muerto, aclaro).
—¿Quieres que salgamos a fumar un cigarro a ver si te despejas un poco?
No quiero despejarme, lo que quiero es amoooor...
TOMA YA. ¿Niebla? ¿Hola? ¿Hay alguien ahí dentro? No te escudes en el alcohol que no vas tan jodida. Ya, ya sé que la canción tiene mucha culpa, pero por B, que estás a punto de decir las palabras mágicas, que son mágicas porque hacen que se esfume como si de verdad fuera un Hobbit y tuviera el anillo único.
Yo te doy siempre mucho amor.
Alzo la vista y le miro con cara extrañada y sarcástica.
Sí, vamos, un amor... y suelto una risilla-resoplido.

Pero tampoco esa noche me va a acompañar a casa. Y cuando intento iniciar acercamientos que lleven a algo más, noto cómo le incomodo o al menos es la impresión que me da. Cuando nos despedimos ni siquiera saca las manos de los bolsillos y me recuerda al último fin de semana antes de que me dejara, que empezó a comportarse justo igual. Va a hacer 2 años de esa fecha exacta dentro de poco. Desde entonces no volvimos nunca a ser oficialmente nada, aunque realmente hemos sido más cercanos en muchas ocasiones. Y aunque le noto cierta rareza e incomodidad, sin embargo, me ruega que salga hoy y me promete que esta noche me acompañará a casa. Le digo que no sé lo que haré, insiste muchísimas veces e incluso llega a intentar el chantaje:
Pues yo el finde que viene... 
Insinúa que no vendrá.
Chantaje emocional no. Más te vale venir, ya te lo aviso, eh.
Sonríe.
Sal mañana.
—Que no sé.
—Pues entonces yo tampoco no sé qué haré pa'otro finde...
—Haz lo que quieras, no vengas si no quieres, pero sabes que el jueves siguiente es *inserte aquí fiesta en la que viene D y él no está*, ¿no?
En un momento le he dado la vuelta al chantaje. Al principio pienso que quizás no entienda el mensaje, pero sí, le ha cambiado la cara.

Me cago en Dios.
 Yo sonrío.
—Cómo te picas, ¿no?
—Ahora sí que no te acompaño.
Y sé que tiene razón, pero ya me da igual. Ya estoy lo suficientemente sobria como para volver a racionalizar, darme cuenta de que no me quiere una puta mierda y de que por esa noche ya he hecho suficientemente el subnormal por algún puto beso que ni ha llegado y que me va costar muy posiblemente un distanciamiento, sino una desaparición, porque su mecanismo suele ser ese y creo he dicho y hecho lo suficiente —muy poco, pero suficiente— como para ponerlo en marcha.

Y aquí estoy, a las horas que son ya (21:47 pm), sin duchar, sin cenar... tomándome un descafeinado y contandoos los retrocesos de vida sentimental mientras miro obsesivamente el chat de la maldita red social y el móvil esperando alguna señal que me haga ponerme en marcha porque hoy es uno de esos días en los que mi único motivo para moverme del sofá tiene nombre propio pero necesito su impulso para moverme ya que hoy ha sido una de esas mañanas en las que mi parte racional se despierta gritándome que me pare, que me pare, que me voy a estampanar, como absolutamente todas las demás veces.

 

No hay comentarios :